Dentro de una pequeña cueva, un joven jadeaba y rebuscaba desesperado en una bolsa de cuero. Arthur revolvió sus pertenencias hasta que encontró lo que buscaba: una pequeña botella con un líquido verde.
—Nunca imaginé que usaría mi objeto más preciado apenas en la primera cacería —murmuró con una sonrisa amarga. Aunque es una poción de la más baja calidad, me servirá para cerrar un poco la herida. ¿Cómo puede costar una plata este frasco?
Sacudiendo la cabeza, añadió:
—No… al menos debo agradecer que me hicieron un préstamo a cambio de una de las piedras de maná. Gracias a eso conseguí esta poción y las granadas. Sin eso, ahora estaría muerto.
Sin perder más tiempo, Arthur procedió a verter el líquido del frasco sobre la herida de su pecho. Un ardor insoportable lo recorrió.
—Aaaaagh… —exclamó con el rostro desencajado. Es como echarse alcohol… solo que diez veces peor.
Con manos temblorosas, tomó unas vendas de su bolsa y comenzó a envolver cuidadosamente su pecho.
No he investigado mucho sobre pociones y alquimia, pensó, pero por lo que me dijo la recepcionista, las pociones de más bajo grado como esta requieren un tiempo para curar completamente; solo curan superficialmente al aplicar. Un movimiento muy brusco o un golpe puede volver a abrirla.
Arthur apretó los dientes.
Si quiero matar al lobo, debo ser rápido y preciso… No puedo dejar que me golpee.
Mientras estaba hundido en sus pensamientos, notó que al final de la pequeña cueva un objeto brillaba con una tenue luz sobre el suelo. Con cautela se arrastró hasta acercarse. La cueva no era muy grande, apenas cabía él, pero se las arregló para alcanzar el objeto.
—¿Es un huevo? —murmuró en voz baja.
Era una esfera lisa que cabía perfectamente en su mano, emitiendo una luz tenue pero cálida. Apenas la tomó, sintió un leve pulso de poder en su interior.
Arthur recordó algo y, como pudo, sacó su bestiario de la bolsa. Lo hojeó rápidamente hasta dar con la sección que buscaba.
Bestiario de Lost Sección: Materiales y disección de bestias.
Para ser un buen cazador, necesitas conocer a tu presa, sus debilidades, fortalezas y cómo se mueve en su hábitat. Pero también debes conocer cada parte de la bestia.
Cada parte de una criatura es útil, pero siempre habrá zonas que lo sean más. Por lo general, son los puntos donde se concentra el maná. Sin duda, el lugar donde se reúne la mayor cantidad de maná —al menos en las bestias con corona— es en su núcleo.
Núcleo de bestias
Esferas de maná concentrado que se encuentran entre la boca del estómago y el pecho de la bestia. Sin duda son el botín más preciado a la hora de cazarlas.
Tipos de núcleos:
Tal como las bestias se clasifican en coronas, los núcleos también.
Ejemplo: Una bestia de una corona solo tendrá un núcleo de una corona, y así sucesivamente.
Arthur cerró el bestiario con una sonrisa torcida. Guardó el núcleo en su bolsa y, mientras lo hacía, una duda cruzó su mente.
Quizás este núcleo pertenecía a ese escorpión que luchó con ese lobo… o a algún desafortunado que murió aquí antes que yo.
De cualquier forma, no pensaba desaprovechar aquella oportunidad. Como un villano de taberna, murmuró con una carcajada ronca:
—Ja, ja, ja… Donde hay desgracia… hay fortuna.
Con eso, habiendo recuperado un poco de fuerza y esperanzas, se preparó para salir de aquella cueva. El destino aguardaba, y con él, su danza mortal contra el lobo alfa bajo la tormenta púrpura.
Fin del capítulo.