Sobre la copa de un árbol, Arthur hojeaba un libro maltrecho cuya portada, aunque desgastada, aún permitía leerse con claridad:
"Bestiario de Lost"
—Ya está oscureciendo… Será mejor quedarme aquí por esta noche. En mi antiguo mundo, los árboles al menos te protegían de osos y pumas. Espero que aquí funcione igual…
Suspiró, apoyando su espalda contra una gruesa rama, y abrió el libro por una de las páginas marcadas. A su lado, un trozo de tela con letras torpes, garabateadas con carbón.
"2 colas de escorpión de cristal, 2 colmillos de ciempiés venenoso, 3 aguijones de avispa cortahuesos"
—Maldito orco… ¿Cómo espera que un novato como yo consiga estas cosas?
Aprovechando la tenue luz que quedaba, volvió al libro.
---
Fragmento del bestiario de Lost
> En el vasto y desconocido mundo de Lost, innumerables criaturas acechan en bosques, ruinas y montañas. Conocer su naturaleza es vital para cualquier aventurero que desee conservar su vida y su cabeza sobre los hombros.
Clasificación de monstruos
1. Bestias comunes
2. Bestias mágicas
3. Demonios
4. No muertos
5. Bestias de linaje
6. Constructos
Sistema de coronas
Las criaturas en Lost poseen una marca luminosa en su frente llamada Corona. Su número refleja su poder e inteligencia.
Sin corona: Criaturas débiles y comunes.
1 corona: Amenaza básica para novatos.
2 Coronas: Medianamente peligrosas.
3 Coronas: Líderes de territorio.
4 Coronas: Monstruos letales.
5 coronas: Entidades legendarias.
Rango recomendado según número de coronas:
Sin corona: Cobre.
1 corona: Bronce.
2 Coronas: Plata.
3 Coronas: Oro.
4 Coronas: Adamantita
5 coronas: Clasificado.
---
Arthur sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
—Espero que este bestiario esté exagerando…
Pasó algunas páginas hasta encontrar lo que buscaba.
Escorpión de cristal
Clasificación: 1 corona
Descripción: Pequeños escorpiones de caparazón brillante como vidrio. Su veneno provoca fiebre y alucinaciones leves.
Rango recomendado: Bronce.
—Genial… y yo apenas soy bronce…
Miró el cielo, ya cubierto por un manto violáceo, y sacó el pequeño trozo de tela de su bolsa. Las letras escritas a carbón estaban un poco borrosas.
—Mañana tendré que cazar a estas malditas criaturas. Escorpiones de cristal… Espero que sean tan frágiles como su nombre sugiere.
Acomodándose entre las ramas, Arthur cerró el bestiario.
—Con suerte, no me atacará nada esta noche…
---
El estruendo de un golpe seco lo despertó.
—¡¿Qué demonios pasa…?!
Se incorporó sobresaltado. Ya era de mañana, y los primeros rayos de sol atravesaban las hojas. A lo lejos, Arthur distinguió dos enormes siluetas.
Eran dos ciempiés gigantes, enfrascados en una violenta lucha territorial.
—No pienso meterme en eso…
Recogió sus cosas a toda prisa.
Aún necesito los colmillos de ciempiés… pero no puedo contra dos al mismo tiempo.
Miró su mapa de tela improvisado y eligió la mejor ruta.
—La cueva de los escorpiones de cristal… será mejor romper el hielo —o en este caso— el cristal…
Con dos monstruos a sus espaldas, Arthur dejó el lugar sin mirar atrás.
Era hora de su primera cacería.
---
Fin del capítulo.