Dentro de la tienda sólo había un charco de sangre.
Era la sangre del cuidador de pájaros.
En la tienda de Khal Kerse, la luz parpadeante del fuego hacía que su rostro decidido pareciera aún más oscuro.
Después de solucionar los problemas del comerciante de vinos y sus cómplices, Kerse empezó a pensar en el otro problema que le molestaba.
Lo que le molestaba era el asunto de Jorah Mormont.
Como espía del Trono de Hierro, Jorah sin duda conocía de antemano el plan de asesinato.
En el libro original, fue por su profundo amor que salvó a Daenerys en el momento crítico y renunció por completo a su identidad de espía.
Sin embargo, algunas de las acciones anteriores de Jorah hicieron que a Khal Kerse se sintiera incómodo. Parece tener sus propias ambiciones.
No evitó que Viserys bebiera el vino envenenado, e incluso empezaba a ver a Daenerys de una forma equivocada y puede que incluso quiera sustituirle.
Esto hizo que Kerse se preguntara si debería buscar una oportunidad para deshacerse de Jorah para evitar problemas futuros.
Kerse dudó por un momento. Sabía que Jorah era ferozmente leal a Daenerys y daría su vida por ella.
Además, de su capacidad de lucha. Sabía lo importante que era un guerrero fuerte y un consejero leal para consolidar su gobierno y proteger a Daenerys.
Entonces Kerse le pidió a Molegro que buscara a algunos hombres que buscaban una oportunidad de ascender.
"Quiero que me traigan lo antes posible a Lynesse Hightower, la amante favorita de Tregar Ormollen, el príncipe comercial de Lys". Dijo Kerse mientras miraba a los hombres que se habían reunido al frente de su tienda.
Ante la misión de Khal Kerse, uno de los guerreros no pudo evitar expresar sus preocupaciones: "Me temo que el Príncipe Ormollen de Lys no estará dispuesto a entregar su amor al khal".
Cuando Kerse oyó sus quejas, no pudo evitar burlarse en voz alta, y había un matiz de desprecio y confianza en su risa.
Miró a la persona que se quejó y pregunto: "¿Quién cree que soy?"
Antes de que el soldado pudiera responder, Kerse continuó: "Soy el khal más poderoso del Gran Mar de Hierba, El elegido por el Dios Thor Cabeza de Caballo.
Lo único que necesitas decirle a ese príncipe es: Si no entregas a Lynesse, me aseguraré que ninguna mercancía pueda entrar o salir de esa ciudad libremente."
...
Unos días después, Khal Kerse partió de Vaes Dothrak en gran número. Caminaron en dirección sureste a través de la vasta pradera.
Khal Kerse cabalgaba sobre su majestuoso caballo negro.
Junto a Kerse lo seguían tres personas: uno era su hijo mayor y las otras dos eran sus esposas.
En la parte trasera del equipo había dos guardias, cada uno sujetando dos cabezas incrustadas en una lanza. Uno era vendedor de vino y el otro, vendedor de pájaros.
Era una advertencia para todos.
Los ojos de Kerse recorrieron los rostros de cada guerrero, y una ambición y una pasión infinitas surgieron en su corazón.
Su destino es Lhazareen, establecido en Lhazar, al sureste de Vaes Dothrak, donde vive la gente oveja en el libro original.
La gente oveja es un pueblo que se dedica principalmente al pastoreo y a la agricultura. Son pastores y agricultores de esta tierra, y sus vidas están estrechamente relacionadas con sus ovejas y la tierra.
Las actividades del pueblo oveja siempre han estado limitadas al sur del gran río a lo largo del mar Dothraki. Esto se debe a que a los poderosos Dothraki no les gusta que sus ovejas pasten en la hierba del Gran Mar de Hierba Dothraki.
Kerse eligió ir primero a Lhazareen en lugar de ir directamente a Meereen, porque esas gentes ovejas son débiles y una victoria puede unir mejor los corazones de los soldados. Al fin y al cabo, este equipo se formó hace poco tiempo.
También porque Kerse pretende que los Dothrakis comiencen a aprender a gobernar una ciudad.
En los libros y serie, la ciudad fue saqueada e incendiada por Drogo, pero lo que Kerse quiere es que los pastores se arrodillen.
Quería que entendieran que sólo sometiéndose a los Dothraki se podría garantizar su estabilidad y prosperidad. Sólo jurándole lealtad podían asegurarse de que los Dothraki ya no los saquearían.