—¡Jefe, quiero comprar diez botellas más! —exclama Bu Lige emocionado, tras terminarse lo que quedaba de su Coca-Cola de un solo trago y eructar satisfecho.
Poder adquirir una bebida con semejantes efectos por solo diez cristales espirituales es, para él, una verdadera ganga.
Sin embargo, Luo Chuan niega con la cabeza y responde con tranquilidad:
—Lo siento. En esta tienda, cada cliente solo puede comprar un ejemplar de cada producto por día.
Esa es una de las normas del establecimiento que el sistema acaba de comunicarle mentalmente.
—¿Por qué? —pregunta Bu Lige, visiblemente confundido.
—Son las reglas de la tienda —repite Luo Chuan, con la misma calma.
—Entiendo, jefe, usted manda.
Al ver la firmeza en el rostro de Luo Chuan, Bu Lige comprende que no hay espacio para discutir, así que solo suspira, resignado.
Lanza una última mirada añorante a las botellas de Coca-Cola, se despide y sale del local.
Cuando lo ve alejarse, Luo Chuan suelta un suspiro de alivio. Por fin ha completado la misión.
—Felicidades al anfitrión por completar la misión para principiantes. ¿Desea realizar el giro ahora? —suena la voz del sistema en su mente.
Luo Chuan asiente, y al instante su visión se vuelve borrosa: regresa una vez más a ese espacio mágico.
—Bestias espirituales, armas de diez estrellas, artes marciales de nivel divino…
Mientras observa la enorme ruleta girar frente a él, no puede evitar rezar en silencio para tener suerte.
Después de unos segundos, la ruleta desacelera y se detiene finalmente en una zona de color rojo.
—¡Felicidades al anfitrión! Ha obtenido... ¡tiras picantes! Se ha desbloqueado el canal de compra correspondiente —anuncia el sistema.
De vuelta en la tienda, Luo Chuan contempla en silencio la nueva fila de bolsas de tiras picantes, y no puede evitar reflexionar:
—¿Está roto este sistema? ¿Por qué siempre obtengo cosas raras? —murmura, frustrado.
—Le ruego al anfitrión que no hable mal del sistema. Las críticas pueden derivar en la revocación de futuras recompensas —responde de inmediato la voz en su mente.
Descubierto en su queja, Luo Chuan se sonroja levemente y tose para disimular.
—¿Yo? ¿Hablar mal a espaldas de alguien? ¡Jamás! —dice con fingida rectitud.
El sistema: ...
—Bah, olvídalo —masculla Luo Chuan, y acto seguido abre el panel del sistema:
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Sistema del Comerciante Más Poderoso
Anfitrión: Luo Chuan
Identidad: Comerciante de una estrella
Cultivo: Nivel 1
Porcentaje de ganancia actual: 10%
Evaluación: Apenas un principiante. Aún queda un largo camino por recorrer. ¡Ánimo, anfitrión!
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—¿Mi cultivo ha subido a nivel uno? ¿Qué es esto, sistema? —pregunta, intrigado al notar el poder que ahora recorre su cuerpo.
En el continente Tianlan, 'cultivador' es un término bastante amplio. Además de los cultivadores comunes, existen muchas otras vías poco convencionales de entrenamiento.
Pero en cuanto a los niveles de poder, la mayoría coincide en una estructura común: Templado del Cuerpo, Inspiración Espiritual, Creación, Alma, Retorno al Origen, Cuestionamiento, Venerable y Santo. Cada uno de estos reinos consta de nueve niveles internos antes de poder avanzar al siguiente.
Lo que realmente lo desconcierta es cómo obtuvo energía en primer lugar.
¿Habrá sido por completar la misión?
Sin embargo, recuerda que el sistema no mencionó nada sobre energía en las recompensas.
—El nivel del anfitrión ha aumentado tras completar la venta —anuncia la voz.
Luo Chuan frunce el ceño, sorprendido.
—¿Eso también pasa? ¿Qué tiene que ver vender con cultivar?