Cherreads

Chapter 16 - La puerta sigue estando en el mismo lugar.

¡Un objeto divino por solo cien cristales espirituales! Es absurdamente barato.

Pero, para sorpresa del joven, Luo Chuan niega con la cabeza y responde con indiferencia:

—Las reglas de esta tienda son claras: cada cliente solo puede comprar una unidad de cada producto al día.

El muchacho frunce el ceño.

—¿Y si pago el doble?

Doscientos cristales espirituales por un paquete de tiras picantes seguía siendo una ganga para él.

Luo Chuan vuelve a negar con la cabeza, alza la vista en un ángulo de cuarenta y cinco grados hacia el cielo y suelta una frase digna de transmitirse por generaciones:

—No me interesan los cristales espirituales.

El joven se queda atónito… y luego suelta una risa cargada de rabia.

—¡Ja! ¡Muy bien! ¡Perfecto!

Sus ojos se tornan fríos. Una sonrisa torcida aparece en su rostro.

——Ahora te lo digo claro: no solo quiero las tiras picantes y la Coca-Cola. También me voy a quedar con esta tienda.

—¡Escucha bien! ¡No estoy comprando, estoy tomando!

—Si no fuera por las reglas de la ciudad, ya estarías muerto.

—¡Así que aprovecha que estoy de buen humor y lárgate!

Lo mira con desprecio, completamente confiado en que todo está bajo su control.

Está convencido de que este mortal simplemente encontró esos productos en alguna cueva abandonada por algún cultivador.

En el continente Tianlan, ese tipo de hallazgos no son raros.

Y para colmo, los vende tan baratos... definitivamente no tiene idea de lo que tiene entre manos.

Detrás de él, el viejo sigue en silencio. Inmóvil.

Pero está claro que, si el dueño no se mueve, él sí lo hará.

—La puerta sigue estando en el mismo lugar —dice Luo Chuan, señalando con la barbilla hacia la entrada, sin cambiar de expresión.

¿La puerta?

El joven parpadea, confundido. Tarda unos segundos en entender.

¡Lo acaba de echar!

Respira hondo. Su tono se vuelve gélido.

—Aunque hoy mismo apareciera el Emperador Tianxing, ni él podría salvarte. Y si vas a culpar a alguien, culpa a tu propia arrogancia. No deberías haber provocado a alguien más fuerte que tú.

—Ahora, muere.

Nada más decirlo, su puño se envuelve en una luz plateada y se lanza directo hacia la cabeza de Luo Chuan.

La energía espiritual vibra en el aire. El muchacho claramente está en la cima del Reino Creación.

Y por la intención asesina en su rostro, no se está conteniendo.

Luo Chuan frunce el ceño.

¿En serio este tipo se atreve a atacarlo?

Bueno, justo ahora que tiene las bonificaciones del sistema. Nunca ha probado su fuerza, así que este idiota es el candidato perfecto.

El joven nota que Luo Chuan ni siquiera se ha movido. De pronto, le invade una mala corazonada.

¡BANG!

Justo cuando su puño está a punto de impactar, suena un golpe sordo.

Siente como si hubiera chocado contra una pared invisible. Su puño se detiene en seco.

Un crujido leve le recorre el brazo.

Y el dueño de la tienda… ni siquiera ha parpadeado.

—¿Sabes cuál es el precio por causar problemas aquí? —pregunta Luo Chuan con calma, como si le recordara que está prohibido entrar con mascotas.

El joven intenta moverse, pero una fuerza invisible lo mantiene completamente inmovilizado.

El sudor frío le empapa la frente. Mitad por el dolor... y mitad por el miedo.

—¡Tío Fu!

No lo piensa dos veces antes de pedir ayuda al viejo que lo acompaña.

Porque si este tipo puede inmovilizarlo tan fácilmente… entonces como mínimo, está en el Reino Cuestionamiento.

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