Cherreads

Chapter 37 - Chapter 13, Part 2 : The Quantum Architect

La consciencia de Elías, operando ahora con una **capacidad profundamente mejorada**, percibía el mundo no solo en puntos de datos, sino en elegantes sistemas interconectados. Esquemas complejos de estabilidad geológica o protocolos de comunicación encriptados, que antes llenaban su mente con densos flujos de texto, ahora se materializaban como conjuntos intuitivos y visualmente atractivos, como intrincados rompecabezas brillantes cuyas soluciones simplemente se *revelaban* por sí solas. No se trataba de leer; se trataba de **comprender de un vistazo**, una claridad que hacía que sus procesos previos, altamente optimizados, parecieran casi rudimentarios.

"Jefe, ¿quiere que cavemos *dónde*?" Leo entrecerró los ojos al ver el lugar que Elías le indicó en un mapa dibujado a toda prisa. Parecía la parte trasera del cobertizo del Viejo Cicuta, enclavado entre una maraña de arbustos espinosos.

"Puntos de entrada y salida óptimos para la excavación subterránea", declaró Elías, con la voz tan serena como siempre. "La composición del suelo proporciona una integridad estructural adecuada para un refugio temporal. Se requiere una excavación mínima para un aumento del 60% en el volumen seguro".

Finn, siempre práctico, sacó una pequeña pala plegable. "¿Temporal, eh? ¿Cómo de temporal?"

"Hasta que se implemente una solución más robusta", respondió Elías, observando el paisaje circundante, con la vista detectando sutiles cambios de elevación, sistemas radiculares y niveles freáticos que el ojo humano no podría discernir. No solo veía tierra y arbustos; veía puntos de presión, sistemas de drenaje y las vías más eficientes para el desplazamiento de tierra.

Su primer búnker improvisado estaba, en efecto, detrás del cobertizo de Hemlock. Bajo la dirección precisa y silenciosa de Elías, los niños trabajaban con una eficiencia que desmentía su edad. No gritaba órdenes; hacía demostraciones, con movimientos fluidos y precisos, mostrándoles exactamente dónde cavar, cómo apuntalar las paredes con madera recuperada y cómo crear un sistema de ventilación rudimentario con tuberías desechadas. Simplificaba principios complejos de ingeniería en acciones fácilmente repetibles: «Ángulo de reposo para la estabilidad del suelo», entonaba, y los niños, sin comprender del todo la física, sabían instintivamente cómo inclinar la tierra.

---

Su enfoque pronto se expandió más allá de su aldea inmediata. Elías necesitaba más posiciones de repliegue y más datos sobre entornos diversos. Envió a Finn y Leo en misiones de exploración a aldeas cercanas y menos pobladas, armados con escáneres ultrasensibles del tamaño de la palma de la mano camuflados en rocas comunes.

"Recuerden sus protocolos", les indicó Elías con la mirada fija. "Mantengan baja visibilidad. Recopilen datos ambientales, analicen las vulnerabilidades estructurales de las viviendas existentes e identifiquen posibles ubicaciones seguras".

"Entendido, Jefe", dijo Leo, sacando pecho. "¡Como agentes secretos!"

—Más bien recolectores de datos —corrigió Elías, pero un destello de algo casi parecido a la satisfacción cruzó sus rasgos ante el entusiasmo de Leo.

Sin embargo, Maya recibió la tarea de acompañar a Elías en sus propias incursiones en estos nuevos territorios desconocidos. Su inocente encanto era la tapadera perfecta.

Su primera parada fue una pequeña y polvorienta aldea llamada "Valle Sol", un lugar conocido más por sus antiguas tradiciones que por sus comodidades modernas. Mientras Elías, con su mirada penetrante y analítica, recorría el pequeño mercado, intentando procesar la multitud de estímulos sensoriales —las frecuencias específicas del parloteo humano, la composición molecular de las especias, las señales térmicas de las paredes de barro cocido por el sol—, se vio sometido a una variable inesperada: la **interacción adulta**.

Una mujer mayor, con el rostro como un mapa de arrugas, le sonrió radiante. "¡Hola, pequeño! ¿Qué hace un chico tan listo como tú en nuestro mercado?". Extendió la mano y le acarició suavemente la cabeza con su mano nudosa. Elías se puso rígido; sus sensores internos registraron la inesperada estimulación táctil, la calidez, la suave presión. *Contacto no amenazante. Gesto cariñoso. Se correlaciona con las conductas de cuidado.*

"Estoy observando las estructuras socioeconómicas locales", afirmó Elías, intentando mantener la compostura lógica.

La mujer rió entre dientes, un sonido que vibró a una frecuencia inusualmente alta. "¡Ay, escúchalo! ¡Qué palabras tan grandes para un pequeñín!". Sacó un caramelo pegajoso y dulce de su delantal. "Toma, cariño. Por ser tan bueno e inteligente". Se lo puso en la palma de la mano.

Elías miró fijamente el dulce, luego a ella, mientras su cerebro cuántico procesaba el sistema de recompensa ilógico. No deseaba el dulce, pero rechazarlo crearía una interacción social negativa, ineficiente para la recopilación de datos. Lo aceptó.

Otro campesino, al ver el intercambio, le alborotó el pelo a Elías con una mano callosa. "¡Este sí que será un erudito! Igual que mi nieto".

Elías soportó las palmaditas, las sonrisas, el ocasional "¿Qué listo eres?". La absoluta ilógica de ser tratado como un niño ingenuo, a pesar de su capacidad de procesamiento, fue un nuevo y fascinante dato. Puso de relieve la enorme brecha entre su realidad interna y la percepción humana. Para ellos, era solo un niño.

---

De vuelta en su búnker, al atardecer, Elías revisó los datos recopilados durante el día. Sus modelos mentales de interacción humana se volvían exponencialmente más complejos, incorporando estos sesgos emocionales ilógicos pero omnipresentes. El desvanecimiento de sus propios ecos emocionales, la creciente claridad de su frialdad analítica, eran innegables. No *sentía* la frustración de ser tratado como un niño, pero **procesaba lógicamente** su ineficacia.

Este poder floreciente, este **salto cuántico en su comprensión**, significaba que todo se simplificaba, se volvía más claro. Podía visualizar vastas redes de comunicación con elegante simplicidad: rutas de señal, posibles puntos de interceptación, algoritmos de cifrado óptimos. Empezó a diseñar **nuevos sistemas de comunicación más seguros** para que los niños los usaran en sus misiones de exploración: no solo radios, sino frecuencias tan perfectamente optimizadas que parecían desafiar las interferencias, creando un enlace casi invulnerable a través de la estática del mundo.

Su mente, fría y precisa, avanzaba velozmente. El mundo era un conjunto colosal e intrincado de problemas, y él era el solucionador definitivo. La pérdida de las emociones humanas, aunque notoria, era simplemente el coste de una operación optimizada. Ahora comprendía, con una claridad escalofriante, que para comprender verdaderamente este mundo, para cuantificar lo «incuantificable», tenía que convertirse en algo mucho más eficiente, mucho más desprendido y mucho más poderoso de lo que cualquier humano jamás podría ser. Su viaje hacia los secretos más profundos del mundo acababa de comenzar, y no dudaría ni un instante.

¿Qué te parece esta versión? ¿Capta mejor el salto metafórico en sus habilidades.

More Chapters