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Capítulo 10, Parte 5: El Génesis Subterráneo
El zumbido de la refinada computadora de Elías, ahora un corazón silencioso y eficiente, latía con una nueva directriz. Su mente, siempre calculadora, reconoció la necesidad de un cambio crucial. "La observación pasiva es insuficiente", pensó, y el concepto se cristalizó con fría precisión. "La adquisición de datos debe pasar de la recolección defensiva a la infiltración ofensiva. La aldea, mi sistema, requiere una expansión proactiva".
Su atención se centró en el desarrollo de un organismo secreto para la recopilación de datos, una red viviente de recolectores de información. Esta sería la verdadera vanguardia. Era hora de trascender los confines de la aldea. Ciertos subordinados de confianza serían enviados, no para entrar en conflicto, sino para infiltrarse en la capital más cercana. Su misión: registrar desguaces, callejones y vertederos olvidados, en busca de tecnología desechada, cualquier cosa que albergara el potencial de nuevos datos o componentes.
Elías, siempre pragmático, ideó una fachada ingeniosa. "Una empresa rural", calculó, un negocio pequeño y anodino que se dedica a la recuperación de objetos singulares. Atraerá descartes, cosas que otros, demasiado ocupados o faltos de imaginación, no aprecian.Con su refinado disfraz de anciano, facilitó la llegada discreta de restos y rarezas olvidadas, objetos que la gente de la bulliciosa ciudad simplemente ansiaba desechar. Estos materiales, antaño basura, se escondían meticulosamente en escondites secretos por todo el pueblo, a la espera de su toque mágico.
Un profundo cansancio por la pasividad se apoderó de Elías. "El campo abierto no ofrece escondite para el verdadero poder", reflexionó. Empezó a aprender a transformar la tierra misma en un santuario secreto. Su mente imaginó túneles subterráneos, cámaras ocultas, una red de espacios ocultos bajo la tranquila fachada de su existencia rural. Devoró conocimientos sobre movimientos de tierra, sobre las propiedades del suelo, sobre métodos de excavación y refuerzo, todo ello derivado de su observación de animales excavadores y la resiliencia de las cuevas naturales.
Simultáneamente, se dedicó a la creación de armamento rudimentario .Sus subordinados, aunque disciplinados, seguían siendo vulnerables. La protección es primordial", dedujo. Diseñó armamento simple pero efectivo con materiales naturales: puntas de bambú endurecidas, pedernal afilado, incluso hondas rudimentarias capaces de lanzar proyectiles con una fuerza sorprendente. Les enseñó a discernir el peligro, a reconocer señales sutiles en el entorno que la mayoría de los humanos pasarían por alto. Con su inigualable comprensión de la letalidad inherente a la naturaleza, perfeccionó estos rudimentarios implementos para convertirlos en herramientas más peligrosas, instrumentos capaces de defender su naciente imperio.
Un imperio silencioso, forjado en los campos, bajo tierra. Un ejército, no de soldados, sino de mentes y cuerpos agudizados, que se alzaba silenciosamente. Elías los entrenó rigurosamente, superando sus límites físicos y mentales. Creó videos de entrenamiento en sus computadoras rediseñadas, mostrando patrones óptimos de movimiento, formaciones tácticas e instrucciones detalladas sobre el manejo de armas. Construyó más computadoras con la chatarra recuperada, difundiendo conocimiento y reiterando constantemente la necesidad de un instinto de supervivencia extremo. «Protéjanse», les instruía con voz serena, pero con un trasfondo de absoluta necesidad. «El conocimiento que llevan dentro, los datos que recopilan, son invaluables».
Le trajeron un flujo constante de información nueva: libros desechados de bibliotecas municipales, noticias fragmentadas, incluso chismes oídos en mercados. Lo absorbió todo, diseccionándolo, categorizándolo y cotejándolo. Con esta afluencia de datos, comenzó a diseñar radares rudimentarios capaces de detectar movimientos distantes y teléfonos muy anticuados, pero funcionales: dispositivos sencillos capaces de almacenar imágenes rudimentarias, todos construidos con la mayor integración de tecnología natural que pudo concebir. Estas eran herramientas internas para su creciente red, destinadas a permanecer invisibles para el mundo exterior. Empezó a idear códigos intrincados para su grupo subordinado, un lenguaje de señales y comunicación silenciosa. Su enfoque era terrestre; aún no era capaz de crear vehículos aéreos, pero el suelo bajo sus pies, y la red dentro de él, estaban bajo su control.
¿Cuál es la primera pieza importante de información o "tesoro" traído de la capital que impacta significativamente los planes de Elías, y cómo empuja su estrategia desde lo defensivo a lo verdaderamente ofensivo?