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Chapter 3 - Capitulo 3: Quirk naciente [1]

El sol del mediodía se colaba tímidamente por las ventanas grandes del centro médico pediátrico, donde las paredes blancas parecían absorber cada rastro de calidez. Reiji y Himiko estaban sentados lado a lado en un banco frío, expectante a lo que podría suceder en los próximos minutos. 

Sus padres al costado de ambos, igual o incluso más ansiosos por la resolución medica de sus dos pequeños.

Frente a ellos, el doctor Nakamura, un hombre de mediana edad con gafas gruesas y expresión impasible, revisaba minuciosamente la carpeta médica de Reiji y Himiko mientras tomaba notas en su tableta.

La aparición de los Quirks, hizo que las revisiones de los niños hasta sus cuatros años se hicieran de forma minuciosa. Esto con el fin de asegurar la protección de los niños en el propio despertar de sus habilidades, y de todos aquellos que estuvieran cerca, cuando esto mismo sucediera.

"Bien, empezando por el pequeño Reiji. Su Quirk lo que hace en términos simples, repara el daño a una velocidad mucho mayor de lo normal. Las células se dividen rápido, eliminan tejidos muertos con eficacia y regeneran los nuevos sin dejar cicatrices. Es como si su organismo estuviera en estado de curación constante" Dijo sin demasiado rodeos, viendo los informes en sus manos.

El pequeño niño no pudo evitar sentir un deja vú, múltiples ocasiones en la que los científicos decían sus nuevos descubrimientos en voz alta, justo al lado suyo, como si no existiera o no pudiera escuchar lo que decían a viva voz.

"¿Y eso es bueno, cierto?"

"En principio, sí. Es útil para cortes, fracturas menores, infecciones... Pero no es invulnerabilidad. No puede regenerar órganos perdidos o sobrevivir heridas letales. Y aunque suene raro, un cuerpo que se cura tan rápido también gasta mucha energía. Va a necesitar buena alimentación, descanso, y revisiones periódicas para asegurarnos de que su metabolismo no sufra"

Reiji entendió mejor que nadie las especificaciones del doctor, eran las mismas que en su vida anterior extrañamente. Si eso era así, entonces conocía perfectamente las limitaciones de este nuevo cuerpo.

Aunque era extraño, su madre tenia un Quirk que le permitía transformar sus manos en distintas cosas que ella imagine. Su padre tenia un Quirk que hacia que su sangre pudiera solidificarse una vez que este saliera de su cuerpo. Himiko era una combinación de ciertas características de ambos, lo cual tenia cierta lógica. Mientras tanto él tenia una recuperación acelerada, podía relacionarse con el Quirk de su padre, pero realmente no era la fuente como tal.

Podía suceder claro, pero el hecho que sea el mismo poder que tenia en su vida anterior, le hacia sentir que había algo extraño en todo esto.

"Ahora bien, en cuanto a la pequeña Himiko aquí. Su Quirk todavía no muestra signos de activarse, aunque no por esto se debe estar menos alerta. De acuerdo a nuestros análisis, su dentadura tuvo una cierta modificación, haciendo que sus caninos sean bastante afilados. No se que tipo de consecuencias esto puede tener en su Quirk final, pero es algo a tener en cuenta" Concluyo sin más detalles, levantando la vista para ver a toda la familia.

La madre de Himiko, con el ceño levemente fruncido, se inclinó hacia adelante

"¿Modificación en su dentadura...? ¿Cómo exactamente?"

El doctor entendió la preocupación, girando la tableta para mostrar una imagen ampliada del escáner bucal de Himiko. Los dos adultos miraron fijamente, mientras tanto Reiji desvió la mirada hacia Himiko, que ahora jugaba con una bandita adhesiva pegada en su muñeca. Se notaba ajena a todo, su mente completamente concentrada en descubrir por qué el adhesivo hacía ruido al despegarse.

"En términos técnicos, observamos una ligera hipertrofia en los caninos superiores, con una mineralización distinta al resto de los dientes. Son más resistentes, tienen una densidad similar al esmalte de animales carnívoros, y su raíz parece tener una conexión directa con el sistema nervioso simpático."

El padre de Reiji arqueó una ceja.

"¿Esto puede ser dañino para ella?"

"En condiciones comunes, no" Respondió Nakamura con serenidad. "Con la variabilidad genética que conllevan los Quirks, no es inusual ver adaptaciones físicas previas a la manifestación activa. El cuerpo se prepara, por decirlo así. En este caso, su fisiología está evolucionando hacia algo que probablemente requiera de esos colmillos"

Ambos padres asintieron, algo aliviados de que su hija no tuviera mayores problemas con el cambio fisiológico que tenia. En ese momento, el padre recordó otra cosa.

"Doctor..." Dijo entonces el padre, mirando de reojo a Reiji. "¿Está completamente seguro de que el Quirk de mi hijo no se está sobre exigiendo? Últimamente ha estado cansado con más frecuencia"

"Es probable que lo esté" Respondió el doctor, sin sorpresa. "La regeneración celular constante implica un gasto calórico elevado. Incluso si no está sanando heridas visibles, su cuerpo sigue trabajando a nivel microscópico. Necesita al menos un 30% más de calorías que un niño promedio de su edad, con alto contenido en proteínas y hierro. También suplementación de zinc y vitaminas A, B2, y C para evitar el desgaste."

Apuntó todo con precisión en una hoja que arrancó de una carpeta y extendió hacia los padres.

"Esto es un plan alimenticio base. Si se agota demasiado seguido, hay que reforzarlo con descanso. Su cuerpo está bien adaptado, pero no es inagotable"

Reiji asintió en silencio. Era casi reconfortante ver que, al menos en esta vida, lo trataban como un niño con una condición especial, no como una herramienta viviente. Aquí, al menos por ahora, todo parecía más humano.

Volvió a mirar a Himiko, que lo miraba con la lengua afuera y los ojos brillantes por la travesura de haberse robado su curita.

'Lo importante es que se preocupen por ella...' 

***

El cielo azul se extendía limpio sobre el patio de juegos, donde los niños del jardín infantil corrían de un lado a otro entre risas y gritos. Era la hora del recreo, y como cada viernes, los cuidadores permitían a los niños jugar a "Héroes contra Villanos", un juego que mezclaba imaginación con las primeras manifestaciones de sus Quirks. Esto con el fin de que puedan controlar sus

"¡Yo quiero ser All Might!" Gritó uno de los niños, subido sobre una banca de madera.

"¡Tú ya fuiste el héroe la semana pasada!" Reclamó otro, inflando las mejillas. "¡Ahora me toca a mí!"

Reiji observaba desde un costado, sosteniendo de la mano a Himiko, que apretaba su osito de felpa contra el pecho. A pesar de que parecía nerviosa, sus ojos brillaban de emoción por participar.

"¿Y tú qué quieres ser, Himiko-chan?" Preguntó una niña, con una sonrisa a su lado.

"¡Una heroína! ¡Como la señorita, Nana Shimura!" Respondió ella, levantando una mano entusiasta.

Pero las quejas no se hicieron esperar.

"¡Otra vez no! ¡Tú siempre quieres ser la heroína!"

"¡Ya cansa! ¡Además, tú deberías ser la villana con esos colmillos raros!" Añadió un niño, señalando sus caninos con descaro. Reiji, dos años menor que la mayoría lo vio molesto. Aunque su pequeña presencia no afecto demasiado al niño.

La sonrisa de Himiko se desvaneció. Bajó la mirada, apretando el peluche con más fuerza.

"Está bien…" Murmuró, arrastrando las palabras. "Yo seré la villana esta vez…"

Reiji frunció el ceño, pero no intervino. Entendía que no podía siempre ayudar a Himiko, además de que tampoco era algo tan grave.

El juego comenzó. Corrieron, gritaron, se lanzaron al suelo simulando ataques y rescates. Himiko interpretaba su papel al principio con desgana pero poco a poco su energía de siempre volvió, ocultándose tras un árbol y saltando para capturar a los "civiles". 

Reiji se mantuvo al margen, viendo todo atentamente. Su mente divagando en todas las cosas que tendría que hacer en un futuro, proteger a Himiko era el primer paso, pero también tenia que hacer algo más que eso en su vida.

Entonces ocurrió.

Uno de los niños, esquivando un "ataque", tropezó con una raíz expuesta y cayó de frente. El golpe fue seco. Un hilo de sangre corrió por su ceja.

"¡Kyo-kun!" gritó una niña.

Todos se detuvieron. Himiko, más cerca que nadie, fue la primera en acercarse… La preocupación genuina en su rostro, mientras veía la herida que el chico tenia en su frente.

Los profesores saltaron rápidamente de sus asientos, listo para atender al pequeño que amenazaba con llorar en cualquier momento.

"¿Estas... Bien...?" Pregunto inocentemente la pequeña niña rubia, a la vez que sus ojos se fijaban en la sangre. Sus pupilas se dilataron, mirando directamente el pequeño hilo rojo que empezaba a correr por su ceja.

El niño frente a ella rompió en llanto, justo cuando los profesores se arrodillaban a su lado para revisarlo. Uno de ellos extendió una compresa sobre la herida, presionando con cuidado, mientras intentaban calmarlo.

"Vamos, Himiko-chan" Reiji se acercó con rapidez, tomándola de la mano para alejarla suavemente. Pero algo no estaba bien.

Ella no se movía.

La pequeña tenía fija su mirada en la sangre, como si todo lo demás hubiese desaparecido a su alrededor. Su cuerpo estaba tenso, sus dedos ligeramente crispados, y su nariz seguía aspirando el aire con una cadencia casi imperceptible.

"Himiko…" murmuró Reiji, bajando la voz.

Ella parpadeó, como si despertara de un trance, y giró apenas el rostro hacia él. Sus ojos estaban vidriosos, una humedad tenue asomando en las esquinas. Su expresión lo decía todo, incluso sin palabras: sabía que algo en ella había estado mal… Incluso si no había hecho nada.

Reiji miró rápidamente a su alrededor. Nadie parecía haber notado ese pequeño desliz, ese instante en que Himiko no era del todo ella misma. Suspiró con alivio y volvió a enfocar su atención en su hermana.

"Ven, vamos. Ya pasó... no hiciste nada malo" Susurró con calma, tomándola de la mano mientras la alejaba de la escena.

Ella no respondió, pero no hacía falta. Reiji había visto suficiente. Aunque su hermana no pudiera expresarlo aún, él lo entendía.

Su Quirk… o al menos, esa hambre innata por la sangre, acababa de despertar.

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