Velkan Bajo Vigilancia
El día amaneció con un aire pesado en Velkan. La seguridad en la ciudad se había multiplicado, y los oficiales patrullaban sin descanso. Apenas salía el sol y ya se podían ver agentes recorriendo las calles, algunos caminando y otros en vehículos de vigilancia. El margen de error era mínimo.
Cada habitante de Velkan sentía que algo estaba ocurriendo, algo grande que iba más allá de la simple seguridad de la ciudad. Algunos creían que estaban protegiendo algo… o a alguien. Lo que era un hecho es que, aunque muchos lo negaban, en sus mentes aún resonaba el caso del niño desaparecido: Ryan.
La Duda de los Chicos
Carlos, Moisés, David, Sofía y Lilian despertaron con pensamientos inquietantes. Desde aquella batalla que presenciaron, sus mentes no encontraban descanso. Seguían preguntándose quiénes eran aquellos seres y qué tipo de habilidades poseían.
Carlos, Moisés, David, Sofía y Lilian despertaron con el mismo pensamiento en mente: Ryan. Pero algo más se había instalado en sus mentes.
—Los seres que vimos ayer... —murmuró David mientras se desperezaba—. ¿Y si entrenamos lo suficiente? ¿Podremos hacer lo mismo que ellos?
Los demás lo miraron en silencio. La pregunta resonó en cada uno de ellos. Sin embargo, en lugar de discutirlo, se prepararon para desayunar y dirigirse al bosque.
Pero esa mañana, una nueva pregunta los atormentaba.
—Si entreno lo suficiente… ¿tendré esas habilidades? —pensó Moisés antes de salir de la cama.
—¿Acaso nosotros también podríamos hacer algo así? —se cuestionó Sofía mientras se vestía.
Cada uno de ellos, sin decirlo en voz alta, se hacía la misma pregunta antes de reunirse a desayunar.
La Llamada del Doctor
Mientras tanto, en una pequeña casa al borde de la ciudad, los padres de Ryan estaban desesperados.
Mientras tanto, los padres de Ryan se encontraban en casa, aún sumidos en la angustia. De repente, el teléfono sonó. Era el doctor que estaba a cargo de la operación de Ryan.
—Buenos días, señor y señora Dawson —saludó el doctor con tono serio—. Los llamo para saber cuándo traerán a Ryan a la operación. Además, necesito recordarles que deben pagar por la cancelación de la cita, ya que no asistieron en la fecha acordada.
Hubo un breve silencio en la línea. La madre de Ryan respiró hondo antes de responder.
—Doctor, le pedimos disculpas… No hemos podido comunicarnos antes porque… porque Ryan ha desaparecido.
El doctor quedó en silencio por un momento.
—¿Desaparecido? ¿Desde cuándo?
—Hace semanas… No sabemos dónde está. Hemos buscado por toda la ciudad, pero no hay rastro de él. No hemos podido concentrarnos en nada más —explicó el padre, con la voz quebrada—. Pagaremos lo que sea necesario, solo le pedimos que comprenda nuestra situación.
El doctor suspiró, ahora con un tono más comprensivo.
—Lo entiendo. No se preocupen por eso ahora. Lo importante es encontrar a su hijo. Espero que lo hallen pronto. Si hay algo en lo que pueda ayudar, háganmelo saber.
La llamada terminó. Los padres de Ryan se miraron, aún con la misma incertidumbre en sus rostros. La angustia de no saber dónde estaba su hijo seguía pesando en sus corazones.
Nuevas Decisiones en Velkan
Mientras tanto, en otro rincón de la ciudad, Karla, Clarence y Stiven dormían durante el día, recuperando fuerzas. Su plan era claro: a partir de la próxima noche, patrullarían Velkan en busca de respuestas.
El alcalde de Velkan, por su parte, estaba cada vez más preocupado. Sabía que la ciudad estaba en una gran desventaja comparada con Cresthaven y Redmire. Pero no podía hacer nada más que seguir las órdenes y acatar las cartas que llegaban. No podía enfrentarse a esas ciudades directamente.
Entrenamiento y Estrategias
Carlos, Moisés, David, Sofía y Lilian salieron al bosque nuevamente. A pesar de que cada uno sentía que su energía fluctuaba durante el entrenamiento, no se detuvieron.
—A veces siento que puedo hacer más, y otras, como si mi cuerpo no respondiera igual —dijo Sofía, frotándose los brazos.
—A mí me pasa lo mismo… Como si hubiera momentos en los que puedo correr más rápido y otros en los que apenas me muevo —agregó Carlos.
—Debe ser la adrenalina o algo así —dijo David, golpeando un tronco—. Pero si seguimos entrenando, tal vez descubramos cómo mejorar.
Todos asintieron. Sabían que el tiempo era limitado y que debían apresurarse. No solo por ellos, sino porque tenían una misión más importante: encontrar a Ryan.
Mientras tanto, en Cresthaven y Redmire, los altos mandos analizaban la situación.
—Los videos muestran seres con habilidades impresionantes… —dijo el Mayor 1, con los ojos fijos en la pantalla.
—Son habilidades similares a las de los chicos que entrenamos en nuestro laboratorio secreto —respondió el Mayor 2—. No lo olvides. Debemos investigar más y averiguar si hay más como ellos en Velkan.
—Los videos muestran seres con habilidades especiales —dijo uno de ellos, observando las grabaciones en una pantalla gigante. —Habilidades muy similares a las de los sujetos de nuestro laboratorio secreto —agregó otro. —Eso significa que hay más como ellos en Velkan. Debemos adentrarnos y descubrir quiénes son. —Y, quizás, averiguar quiénes destruyeron nuestros robots y equipos.
Un silencio tenso cayó sobre la sala. Era hora de actuar.
—Tal vez ellos sepan quiénes fueron los que destruyeron nuestros robots y equipos.
La discusión continuó. Estaban decididos a intervenir en Velkan lo antes posible.
El Final de un Día Intenso
El sol comenzaba a ocultarse, y Carlos, Moisés, David, Sofía y Lilian decidieron regresar a sus casas. Sus cuerpos estaban cansados, pero sus mentes aún estaban llenas de preguntas.
Ryan, por su parte, había pasado otro día en el río, entrenando en secreto. Su determinación por mejorar no hacía más que crecer. Al caer la noche, regresó al laboratorio, donde pasaría otra noche en soledad.
Los habitantes de Velkan, aunque cansados de la vigilancia excesiva, seguían con miedo. No sabían qué pasaría, pero algo dentro de ellos les decía que lo peor aún no había llegado.
La noche cayó sobre la ciudad.
En otro lugar de la ciudad, Karla, Clarence y Stiven despertaron. Ellos no entrenaban de día. Su momento era la noche, cuando Velkan dormía. Sabían que pronto estarían en las calles, preparándose para lo que estaba por venir.
La ciudad de Velkan dormía, pero la sensación de peligro no desaparecía. Algo grande estaba a punto de suceder... y nadie sabía si estaban listos para enfrentarlo.
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