Las puertas de la academia se abren y el sol del mediodía ilumina todo el camino del pasillo de baldosas de mármol brillantes, acomodadas de manera correcta y perfecta, a los lados y enfrente hay gente, alumnos de hecho, todos mirando a quien entro, las miradas de todos son distintas.
Enojo, miedo, duda, algo de alegría en pocos pero la mayoría solo como si quien entró así, fuera peste.
Más aún con eso, avanzó, el sonido de sus tacones de sus zapatillas resonaba a cada paso, sola, con una mirada tan confiada en sí misma que parecía brillar a la par del día. Una sonrisa tan hermosa y tranquila, los ojos fijos en su camino, un paso tan marcado y fácil que parecía no perder su equilibrio aún cuando era algo tranquilo, el abanico que siempre le acompaña y un vestido largo normal y de todas las mujeres de su alrededor.
De rostro sencillo, ojos filosos, cabello negro como la noche pero córneas amarillo pálido, la tes promedio, labios sexys, pero más que nada la expresión como si hubiera ganado la copa del mundo de fútbol.
«Si, mirenme, mirenme, soy hermosa, soy lo mejor que nunca podrán ver»
Siguió avanzando.
—!Amarilis¡
Y esa voz la detiene, nadie vuelve a respirar por qué absolutamente nadie le quería dirigir la palabra siquiera. Pero todos sabían sobre la única persona que lo haría sin importar el lugar momento y tiempo.
Ella da la vuelta de una manera cortés sin perder el estilo, abre su abanico y lo pone para cubrir su boca.
Puede ver a quien le habló, una chica totalmente distinta a ella, una mirada seria en un rostro igual de hermoso pero su tez un poco más clara, de chinos en su cabello esponjoso, castaño y reluciente, ojos azules pocas pecas y teniendo igual su vestido como ella, pero un poco más baja.
—¿Que se te ofrece Darcy? ¿Por qué me llamas de esa manera?
Eso era normal en ellas, pero más lo que venía a tema era…
—¿Es cierto que le robaste el triunfo a mi hermano Martin?
Todos sabían eso y era un rumor al parecer pero Amarilis no se inmutó.
—Si, pero si no mal recuerdo, quedamos en eso, no tengo la culpa que no se moviera más rápido
—!Deberías comportarte como una señorita¡ !hacer eso con alguien que se ha esforzado no es justo! !¿Por qué haces esto? !Todo eso, todo hasta ahora no tiene sentido¡ ¡Has hecho cosas que perjudican a las personas¡ ¿Por qué?
Amarilis no dijo nada, solo se quedó en silencio dejando a la otra chica seguir hablando hasta que se silencio.
—Son cosas mías, ¿Segura que has escuchado tal cual pasó o igual te has dejado llevar por lo que otros dicen? ¿Le has preguntado a tu hermano como fue al menos?
Darcy se quedó callada.
—Yo… no… !Pero lo has admitido!
La chica con el abanico cubriéndole medio rostro se rió, una risa tal cual mostrando superioridad.
—Me encanta cuando no tienen excusas fiables, así son más fáciles de tratar… aunque contrasta cuando se trata de hermanos… si, es muy lindo
Y se dió la vuelta abandonando la conversación.
—! Espera! !no he terminado de hablar!
—Yo si, cuando tengas algo creíble o confirmado, vuelve a intentarlo
Darcy se quedó ahí sin decir nada más, su alrededor cambió su mirada a una de pena hacia ella y se fue. Amarilis siguió adelante como siempre y entró a su clase, todos ahí dentro la miraron al abrir la puerta y se quedaron en silencio, todo hasta que ella se sentó no hizo ruido alguno. Volvió a extender el abanico a su rostro.
«!BIEN, ESO FUE PERFECTO! ! MI ACTUACIÓN ES TAN IMPORTANTE Y BUENA QUE ME HE GASTADO Y GANADO SU ODIO, SI, SI, QUIERO Y SEGUIRÉ ASÍ! ¡LO SIENTO PUEDO SENTIRLO, MI EXILIO SE ACERCA¡
Sus ojos seguían fijos en el pizarrón pero su sonrisa era sádica y descontrolada… todo lo que ha hecho, ha sido por una cosa. Su exilio, quiere librarse de todas responsabilidades por qué ella siempre lo ha sabido… es la mala de la película de ese mundo, de esa vida.
«! ESPERA AHÍ VIDA LIBRE, SOLO ESPERA!»
Todo comenzó con una plática inesperadamente espectral y espiritual.
—Sobrevivir, he estado toda mi vida así, saber en qué momento puedo hacer algo y en qué momento puedo usar a alguien para poder seguir adelante, no me importa que, no me importa cómo, yo voy a sobrevivir, ¿Con esto es suficiente?
Quien estaba frente a ella, no sabía qué decir, sabía que había elegido a quien creía para esto, pero… eso lo superó por momentos.
—Sé que has sufrido, lo sé igual que tú pero… ¿En serio es todo lo que quieres?
—Si, los humanos somos simples, se supone que eres dios, ¿No?
—No en sí dios, pero uno de los supervisores, le pedí permiso para usar un alma si es que esta quiere, obviamente olvidarás toda esta plática si no aceptas pero… en serio me sorprendió
—Tú mundo, suena a uno que conocí de niña, a un juego
—Ah sobre eso, hay ciertas historias que pueden concordar con ciertos recuerdos muy aferrados, ví el caso de una ardilla dientes de sable que después se volvió real por qué descubrieron el esqueleto de una, ¿Entiendes mi punto?
—Si, las leyendas son solo pedazos de algo que realmente pasó, incluso por algo existe la arqueología prohibida… ¿Entonces todo lo que haré será conforme a la historia que sé?
—Tendrás esa ventaja, pero solo pido algo, que no dejes de ser la malvada, que arregles ciertas cosas que la principal no pueda, te enviaré los detalles y más que nada, ya que te gusta sobrevivir, te salves de la ejecución, no me gustaría verte sin cabeza al final de todo, te lo digo por qué no puedo intervenir de ninguna forma que no sea la que te estoy diciendo, lo siento por adelantado
—... Haré lo que pueda, pero yo pido algo a cambio
—Di, ¿Quieres una ventaja de mi parte?
—No, que todo sea normal pero que la música no me falte, ¿En serio crees que algún fondo musical no vale en situaciones que tendré?
—...
—...
—¿Qué?
—¿Solo eso?
—Si
—... Ahora entiendo por qué ese sujeto solo los observa, ok
Y le entregó un abanico.
—Si no te separas de él, escucharás música, leerás las partituras y letras de música conectada a tu tiempo o la que quieras, igual podría servirte de defensa y ataque ya que es indestructible, se
—Gracias
—Ahora despierta, es hora de comenzar y buena suerte