Capítulo 4
[Punto de vista desconocido]
Ha pasado un tiempo desde la última vez que el grupo de chat reaccionó así.
{El Último Caminante se ha unido al chat}
Un nuevo miembro ha aparecido.
—"Otro extraño con pasado misterioso. "—
Decidí revisar el chat. Me daba un poco de curiosidad saber quién era ese nuevo usuario.
Esto me recordó cuando mi vida cambió.
Cuando era nueva en todo esto, y por mi mente pasaron los otros integrantes de este grupo de chat.
Los demás eran… interesantes. Aunque, si soy honesta, al principio no creí nada de esta sala de chat. Me parecía irreal. Pensé que, de alguna forma, había desarrollado una enfermedad mental que causaba alucinaciones.
Eso cambió con el tiempo.
Busqué maneras discretas de confirmar que todo esto era solo una ilusión. Pero no importaba cuánto lo intentara… no podía deshacerme del chat.
Así que opté por investigar.
Accedí a la interfaz buscando información, pero no logré conseguir nada relevante. Entonces, busqué información externa y me encontré con un género de novelas ligeras que usaban algo similar. Lo llamaban "sistema".
Aprendí a interactuar con esta pantalla. Descubrí distintas funciones: podías hablar con otros usuarios del chat —aunque por aquel entonces yo era la única—.
También descubrí que en esas historias, los sistemas solían otorgar habilidades especiales.
Pero al parecer, el mío era solo una interfaz... no hacía nada más.
Un tanto decepcionante, sí. Pero no me detuve demasiado en eso.
Dentro de la interfaz aparecían varias opciones.
La principal, obviamente, era el chat.
Había otras como "Inicio diario", que me daba lo que parecían ser puntos… aunque aún no descubro para qué sirven.
Otra pestaña era "Misiones", pero está bloqueada, igual que una que dice "Viaje".
Deduje que deben cumplirse ciertos requisitos para desbloquearlas.
Por otro lado, estaba algo llamado "nivel de poder".
Después de mirarlo, parece que muestra una clasificación en escalas con base a las habilidades y capacidades del usuario.
Según eso, estoy en Nivel 10-B. No sé exactamente qué valor tiene, pero está ahí. Curioso.
Pasó una semana cuando apareció un anuncio por parte del chat.
Aparentemente, cada cierto tiempo el grupo de chat escoge de manera aleatoria una persona nueva.
{Señor "No me pagan lo suficiente" se ha unido al chat}
Por lo que entendí tras interactuar con él a través del chat, esta persona es un maestro en el lugar del que proviene.
Es alguien pragmático. No habla mucho. Me agrada.
Él descubrió algo nuevo: parece que no podemos hablar con otras personas sobre el grupo de chat. Incluso si lo intentamos, hay algo que nos lo impide.
Yo no lo descubrí por mi cuenta porque... bueno, la idea de hablar con otros sobre esto nunca cruzó por mi mente.
Por otro lado, me comentó que podemos acceder a una especie de interfaz personal que nos cataloga según nuestro "estado".
Es algo similar a un perfil, supongo —o eso fue lo que dijo Señor "No me pagan lo suficiente".
Llevada por la curiosidad, decidí revisarlo.
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[Análisis de perfil: Yukino Yukinoshita]
Nivel estimado: 10-Bajo (Nivel 13)
(Capaz de derrotar a un humano promedio)
Potencial latente: 9-Bajo (Nivel 19)
(Podría rivalizar con artistas marciales entrenados)
Estado físico: Estable.
Estado emocional: Fluctuante.
Estabilidad mental: Alta, con episodios de disociación emocional leve.
Rasgos observables:
— Alta capacidad analítica.
— Inteligencia por encima del promedio.
— Dificultades en interacción emocional con terceros.
— Necesidad de validación interna más que externa.
— Personalidad autoexigente con tendencia a la autosuficiencia.
Habilidades pasivas:
— "Observación crítica" (Aumenta la percepción de intenciones en conversaciones).
— "Lengua afilada" (Incrementa eficacia en confrontaciones verbales, puede intimidar o desarmar al objetivo).
— "Frialdad racional" (Reduce el impacto de efectos mentales/emocionales externos en un 20%).
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La pantalla se iluminó frente a ella con el análisis detallado de su perfil. Leyó cada línea con una ceja ligeramente arqueada, su expresión neutra, aunque una leve tensión en la comisura de los labios delataba su incomodidad.
—...¿"Capaz de derrotar a un humano promedio"? —repitió en voz baja, entrecerrando los ojos—. Qué forma tan innecesariamente específica de subestimarme. —
Pasó a leer el resto del informe. A pesar de no mostrarlo externamente, cada línea era como un bisturí afilado deslizándose por capas de su personalidad. No era la primera vez que alguien intentaba "entenderla", pero pocas veces había leído una descripción tan clínicamente precisa. Se detuvo en la parte de "necesidad de validación interna" y "personalidad autoexigente". Su ceño se frunció apenas.
—...Ciertamente, no esperaba halagos, pero esto... es inquietante. ¿Quién ha diseñado este grupo de chat? —
Silencio. No buscaba respuesta. Sus dedos se entrelazaron sobre el teclado sin teclear nada.
—Y esa habilidad llamada "Lengua afilada"... ¿es una habilidad pasiva o una crítica encubierta? —
Finalmente, exhaló un leve suspiro, resignada.
—Tch... no es como si fuera mentira.
Con el transcurrir de las interacciones, nos dimos cuenta de algo más: no pertenecemos al mismo mundo.
En el suyo —que, según entendí, ocurre varios años en el futuro con respecto al mío—, las personas desarrollaron algo llamado quirk.
Una especie de habilidad sobrehumana que se manifiesta de forma individual.
En otras palabras, poderes. Como los de los cómics… pero reales.
Eso fue sorprendente, pero explicaba el nivel de poder con el que fue clasificado.
Nivel estimado: 9-Alto.
Después de consultarlo con el grupo de chat —que, para mi asombro, respondió de manera clara—, apareció una tabla donde se clasificaban los niveles de poder.
Según esa escala, yo era una humana común.
No es algo que me sorprenda. Mi físico y edad no destacan. Pero él… él entraba en niveles sobrehumanos, tal como mostraba su perfil:
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[Análisis de perfil: Shota Aizawa / "Señor 'No me pagan lo suficiente'"]
Nivel estimado: 9-Alto (Nivel 27)
(Capaz de someter o neutralizar múltiples enemigos humanos altamente entrenados; demuestra control táctico, movilidad avanzada y capacidad de adaptación en combate real)
Potencial latente: 8-Bajo (Nivel 28)
(Puede enfrentarse a enemigos potenciados si se prepara con antelación o si su habilidad de anulación es efectiva; capaz de combatir en condiciones desventajosas)
Estado físico: Excelente (alto rendimiento físico sin dependencia de quirk activo).
Estado emocional: Contenido, pero fatigado.
Estabilidad mental: Muy alta. Presenta pensamiento lógico, capacidad de mantener la calma bajo presión y autocontrol extremo.
Rasgos observables:
— Experiencia táctica extensa.
— Alta tolerancia al estrés y al dolor.
— Intuición en combate desarrollada.
— Fuerte código personal, aunque lo oculta bajo una fachada apática.
Habilidades pasivas:
— "Mirada Negadora" (Puede anular temporalmente habilidades especiales de otros si mantiene contacto visual; efecto no permanente ni universal).
— "Combate reactivo" (Aumenta la eficacia de movimientos defensivos y de contrataque frente a múltiples oponentes).
— "Presencia apagada" (Difícil de detectar fuera de combate; reduce posibilidad de ser percibido por enemigos en emboscadas o vigilancia).
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Con esto, comenzaron a surgir pequeñas conversaciones entre nosotros, intercambios breves pero útiles de información.
Pasó un mes.
{Araña Trágica se ha unido al chat}
Sorprendentemente, habló poco después de unirse.
A diferencia de mí o de "Señor No me pagan lo suficiente", no dudó ni un segundo en comenzar a hablar.
Parecía extrovertida, aunque no en el sentido forzado o superficial que tanto me desagrada.
Su curiosidad era... natural. Preguntaba con interés genuino. Cuestionaba sin arrogancia.
Era evidente que estaba acostumbrada a interactuar con otros, incluso en situaciones extrañas como esta.
Decía llamarse Gwen. Aunque su apodo en el grupo de chat era "Araña Trágica", lo cual, debo admitir, suena innecesariamente dramático.
No hizo comentarios sarcásticos, pero tampoco se mostró completamente abierta.
Más bien, su tono estaba cargado de ese tipo de entusiasmo medido que se tiene cuando se está acostumbrado a lo inexplicable.
En este caso, pudo más mi curiosidad. Ya familiarizada con el grupo de chat, entré a la pestaña de niveles de poder y seleccioné su nombre para ver su perfil.
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[Análisis de perfil: Gwen Stacy / "Araña Trágica"]
Nivel estimado: 9-Alto (Nivel 27)
(Capaz de enfrentar amenazas armadas o potenciadas con movilidad mejorada, fuerza aumentada y percepción sensorial agudizada; competente en entornos urbanos o de combate cerrado)
Potencial latente: 8-Medio (Nivel 29)
(Podría enfrentarse a múltiples enemigos sobrehumanos de forma simultánea si optimiza el uso de su habilidad y entorno; adaptable a circunstancias de presión elevada)
Estado físico: Excelente (cuerpo fortalecido más allá del límite humano promedio; condición atlética).
Estado emocional: Activo, ligeramente inestable (signos de estrés postraumático incipiente).
Estabilidad mental: Estable, con fluctuaciones emocionales intensas bajo presión emocional.
Rasgos observables:
— Reflejos extraordinarios.
— Agilidad sobrehumana.
— Sentido de responsabilidad elevado.
— Tendencia al auto-sacrificio emocional.
Habilidades pasivas:
— "Agilidad Arácnida" (Incrementa el rango de reacción, coordinación motora y equilibrio en un 300%).
— "Sentido Arácnido" (Percibe peligros inmediatos con segundos de antelación, aunque no identifica la fuente).
— "Doble Vida" (Capacidad psicológica mejorada para gestionar identidades múltiples sin desestabilización emocional completa).
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No fue necesario preguntar mucho.
Ella misma confesó que… no era del todo normal.
Su historia parecía sacada de una novela gráfica. Literalmente.
Dijo que venía de un mundo donde existían héroes con trajes llamativos, villanos con motivaciones difusas y una ciudad que rara vez descansaba.
Mencionó que su poder provenía de la picadura de una araña genéticamente modificada.
Y que desde ese día, su vida había cambiado para siempre.
No lo dijo con orgullo. Tampoco con pena.
Solo con el tipo de resignación que uno carga cuando ha tenido que crecer antes de tiempo.
Hubo un momento en que calló.
Creo que fue cuando mencionó a alguien… Peter. No dio detalles. Nadie preguntó.
Incluso Aizawa, que a veces lanza preguntas cortantes como cuchillos, se mantuvo en silencio.
Lo que sí es seguro, es que ese nombre le pesa.
Me pregunté qué se sentiría tener un poder así.
Volar entre edificios, escalar paredes, detectar el peligro antes de que llegue.
Pero al ver el informe del grupo de chat… entendí que ese poder no venía gratis.
Fluctuaciones emocionales intensas bajo presión.
Tendencia al auto-sacrificio.
Una doble vida que no se quiebra, pero sí se agrieta.
Parece que ser especial es más parecido a cargar con una maldición que a tener suerte.
Esta vez no paso mucho tiempo antes de que otro miembro apareciera.
{El Buda de Escritoriose ha unido al chat}
Ese fue su apodo.
Francamente… extraño.
Pero, después de conocer a alguien llamada "Araña Trágica" y a un hombre que parece vivir de café y sarcasmo, supongo que ya nada debería sorprenderme.
No tardó mucho en hablar. Su tono era directo, firme, con una calma tan bien controlada que resultaba casi intimidante.
Parecía mayor que todos los anteriores, aunque eso no lo hacía menos observador.
Hablaba como alguien que está acostumbrado a que lo escuchen, no porque levante la voz, sino porque lo que dice tiene peso.
Dijo llamarse Sengoku, y tras un tiempo de conversación, no parecía un mal hombre, pero según lo visto parecía ocupar un alto cargo.
Con curiosidad decidí revisar su perfil.
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[Análisis de perfil: Sengoku / "El Buda de Escritorio"]
Nivel estimado: 9-Medio (Nivel 24)
(Capaz de liderar fuerzas armadas con eficiencia estratégica; experto en combate cuerpo a cuerpo y toma de decisiones en crisis de gran escala)
Potencial latente: 8-Bajo (Nivel 28)
(Podría enfrentarse a enemigos de nivel urbano si decide intervenir directamente; inteligencia táctica sobresaliente, y posibles habilidades especiales aún no activadas)
Estado físico: Muy bueno (entrenamiento militar riguroso, condición superior a la media).
Estado emocional: Estable, aunque con signos de carga mental por responsabilidad prolongada.
Estabilidad mental: Muy alta. Capaz de manejar presión constante, tomar decisiones difíciles sin desestabilización emocional.
Rasgos observables:
— Liderazgo innato.
— Inteligencia analítica.
— Alta resistencia al estrés.
— Fuerte código de justicia (aunque flexible en la práctica).
Habilidades pasivas:
— "Dominio de Autoridad" (Presencia que influye en aliados y enemigos; aumenta la eficiencia de quienes lo siguen).
— "Mente Estratégica" (Capacidad táctica aumentada; anticipa movimientos en combate o negociación).
— "Disciplina Imperturbable" (Control emocional reforzado; inmune a provocaciones, manipulaciones o presiones psicológicas moderadas).
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No estaba segura de qué pensar al principio.
No parecía el tipo de persona con la que uno comparte una charla casual.
Era como si todo en él gritara: orden, estructura, control.
Me limité a observar al principio.
Él tampoco se apresuró. No llenó el chat con palabras innecesarias ni buscó llamar la atención.
—Es curioso —escribió, finalmente—. Un grupo de chat que conecta mundos. No creo en coincidencias. —
—Tampoco yo —respondí, casi por reflejo.
Hubo una breve pausa.
No incómoda… solo densa. Como si incluso el silencio tuviera un propósito.
—La mayoría aquí parecen jóvenes —añadió luego—. ¿Este grupo de chat los eligió por potencial o por necesidad? —
No supe qué responder de inmediato.
¿Nos eligieron porque podíamos ayudar?
¿O porque necesitábamos ser salvados?
—Quizá ambas —fue lo único que dije.
—Hmm… suena a una respuesta que no pretende cerrar la pregunta, sino mantenerla abierta. Buena señal. —
¿Eso fue… un elogio?
No pude evitar arquear una ceja.
Entonces, como si hubiese sentido mi duda incluso desde otro mundo, agregó:
—La incertidumbre es subestimada. Pero un líder que cree tener todas las respuestas suele ser el más peligroso. —
Otra pausa. Más corta esta vez.
Y después escribió:
—¿Tienes experiencia de campo? —
¿Campo?
¿Campo de batalla?
¿De estrategia? ¿Social? ¿Académico?
¿Por qué sentí que todas esas palabras eran válidas viniendo de él?
—Depende de a qué te refieras —respondí.
—A convivir con gente complicada —aclaró.
Tuve que contener una sonrisa.
—En ese caso… sí. Bastante. —
—Entonces sobrevivirás aquí mejor que la mayoría. —
Era como hablar con un comandante que hubiera leído demasiados libros de filosofía.
Cada palabra estaba medida, cada pregunta tenía una doble intención.
Y aun así, no me sentía juzgada.
Evaluada, sí. Pero no menospreciada.
—¿Y tú? —le pregunté, de vuelta—. ¿Cómo defines "experiencia"? —
Tardó un momento en responder.
Y cuando lo hizo, fue con una frase que se me quedó grabada:
—Tener que decidir qué vida pesa más, y cargar con ello. —
No supe qué decir.