Después de estar satisfecho por haber obtenido la información que quería, dijo: "Primero te perdonaré la vida ya que me serás útil en el futuro. Segundo, escribirás una carta a tu mayordomo o esposa pidiendo que envíen todas tus pertenencias. Ten en cuenta que la revisaré personalmente, no intentes hacer algo si de verdad aprecias tu vida".
Al oír las peticiones de Xaro, no se deprimió, sino que se puso feliz al saber que tenía una oportunidad de sobrevivir: "Gracias por la oportunidad, Khal Kerse. ¡Cumpliré con todas tus peticiones! Sin duda, pediré que entreguen todas mis pertenencias como regalo para su majestad".
Kerse sonrió con satisfacción al ver lo obediente que era y gritó: «¡Molegro, encuentra una habitación cómoda para que descanse nuestro querido, hasta que lleguen sus regalos.»
Molegro dijo: "Sí, la sangre de mi sangre".
Kerse miró a Maegor, que estaba aburrido jugando con los dragones, y gritó: "Mocoso, ve a jugar, a entrenar con Jorah".
Maegor puso una sonrisa maliciosa, pero rápidamente lo disimuló y mostró una mirada lastimosa y dijo: "Pero padre, desde la última vez que entrené con él, él ya no quiso seguir entrenando conmigo".
Kerse sonrió ante su hijo y dijo: "Dile que es una orden mía, que a partir de ahora no podrá rechazar tus peticiones de entrenamiento".
Maegor gritó felizmente: "¡Viva Padre, eres el mejor!"
Kerse mostró una sonrisa cómplice y dijo: "Espero que des lo mejor de ti y no te contengas, no solo por que Jorah es el mayor, eso sería una falta de respeto para un guerrero formidable como él".
Maegor sonrió malvadamente y dijo: "No te preocupes, padre, no me contendré".
...
Kerse caminaba ansiosamente por el pasillo, fuera de la habitación. Estallidos de gritos provenían de la habitación, cada uno como una cuchilla afilada, atravesándole el corazón.
El llanto de un bebé despertó repentinamente a Kerse.
Rhaenys yacía en una habitación de estilo dorniense, iluminada por la luz, sobre una gran cama cubierta de seda manchada de sangre.
"¡Majestad, es un niño!" Se acercó una sirvienta a Kerse y le informó.
Aunque fue un parto normal, el rostro de Rhaenys seguía cubierto de sudor. Su cuerpo era terriblemente fuerte. Inmediatamente se incorporó, cogió al bebé arrugado y lloroso, y lo bañó personalmente: "Buen niño, no llores, no llores, mamá está aquí."
"Padre, ¿ya le han puesto nombre a mi hermano?" preguntó Maegor, que había estado junto a su padre todo este tiempo, esperando el nacimiento de su hermano.
"Rhaegor." Antes de que Kerse pudiera responder, respondió Rhaenys con el rostro lleno de calidez maternal, pero había una persistente tristeza entre sus cejas: "Rhaegor Targaryen". Mientras hablaba, sus ojos no podían evitar mirar el mar que se extendía por la ventana; su mirada era pausada, como si sus pensamientos cruzaran el océano.
"No te preocupes, cariño, recuperaré todo lo que te pertenece." Hace una pausa y mira a Daenerys, que tenía una gran barriga y a sus dos hijos con cariño. "Los que nos pertenecen."
Los dos pequeños dragones, Smaug y King Ghidorah, asomaron la cabeza por la ventana, mirando al bebé con curiosidad.
...
'Bueno, que mi hijo naciera en este lugar abandonado por Dios, no sé si fue una buena o mala señal.' Penso Kerse.
Como tía, Daenerys estaba naturalmente muy feliz de ver al hijo de su sobrina y al de su querido esposo nacer sano y salvo.
Daenerys miró a Kerse y dijo con una mirada llena de anhelo: "No puedo esperar a que nazca nuestro hijo, también espero que cuando crezcan sean tan fuertes como su padre y sus hermanos."
Kerse, fingió estar insatisfecho y entre pequeñas risas, respondió con ligereza: "Nadie es tan fuerte como yo, ni ese mocoso, ni los que vendrán, pero creo que será lo suficientemente fuerte para derrotar con un puñetazo a Jorah."
Daenerys no pudo evitar poner los ojos en blanco ante su comentario y dijo: "¿Por qué te gusta tanto meterte con él? Él es un buen hombre y me es leal y nunca se ha metido contigo, ¿por qué te gusta molestarlo?"
Kerse solo resoplo en respuesta.
Al ver que Kerse no quería responder, Daenerys decidió cambiar de tema y dijo: "Se dice que los dragones que Aegon el Conquistador y sus dos hermanas montaron en el pasado pueden medir más de 150 metros de largo, y la sombra de sus alas puede cubrir un pequeño pueblo. Cariño, ¿cuánto tiempo crees que tomara para que podamos montarlos?"
Kerse, un poco insatisfecho con Daenerys por defender a Jorah, pero aun así respondió con ligereza: "Creo que no tardaran mucho en crecer, más aún con el aumento de marea de magia."
Daenrys, al ver que Kerse se enojó un poco por haber defendido a Jorah, permaneció en silencio y se tocó la barriga y pensó: "¡Naced rápido, mi niño! ¡Qué ganas tengo de tenerte en mis brazos!".