Capítulo 7: Ahora Es el Momento de Conocernos — Ratatoskr.
Parte 1.
Al día siguiente había clases en la escuela.
Resultaba inusual ver a un estudiante fuera del horario escolar, trabajando en un restaurante familiar. Sin embargo, todo tenía sentido al enterarse de que ese estudiante no tenía dinero para vivir y que, de no hacerlo, podría terminar durmiendo en la calle. Por eso se veía obligado a faltar a clases para cubrir la jornada completa en su trabajo.
Aun así, ese chico no parecía enfadado por la situación, como si prefiriera eso a pasar horas aburrido en un aula.
Descuidar su falsa vida escolar parecía no preocuparle mucho.
Kamijou observaba en silencio desde la ventana.
El cielo gris no dejaba pasar ni un rayo de sol y parecía a punto de desatarse en una lluvia intensa, como si la primavera hubiera olvidado su turno en el calendario. Si lo hubiera sabido, habría traído un paraguas, aunque en realidad no tenía dinero para comprarse uno.
(Qué bueno que no haya perdido este trabajo.)
Pensó mientras retiraba algunos platos vacíos de una mesa.
No había nada diferente. Kamijou dejó los platos junto al fregadero para que el encargado de la vajilla se encargara. Caminó unos pasos más, pero se detuvo en seco. Su mirada vagó por las mesas del restaurante mientras su mente se alejaba, atrapada en otro lugar.
—...
Kamijou recordó a cierta chica de cabello púrpura.
Al final, no pudo salvarla. Estaba dispuesto a luchar, pero fue derrotado. Incluso con su mano derecha, no puede devolverle la vida a alguien que ha dejado este mundo. Pero sabe que esa chica no es humana, por lo que sería lógico pensar en la posibilidad de que ella regresara.
Ahora que lo piensa, él había visto algo extraño en ella. En esa grabación, el cuerpo de esa chica se desvaneció como un diente de león arrastrado por el viento hasta que no quedó nada.
En realidad, su lucha tenía un solo propósito. Impedir que usaran el cuerpo de la chica como material de laboratorio. Kamijou lo sabía bien. Si Ciudad Academia si llegaran a capturar a un ser de otro mundo con una energía desconocida, lo tratarían como un experimento, sin importar si tenía una apariencia humana.
—Menos mal que no revelé nada sobre mi Imagine Breaker.
Imagine Breaker. Ese es el poder ubicado en la mano derecha de Kamijou Touma que puede anular poderes sobrenaturales, ya sean poderes mágicos o científicos. Si la AST hubiera descubierto su habilidad, sin duda la habrían usado como un arma contra los Espíritus.
—Kamijou.
Escuchando esa voz, Kamijou deja escapar un "Ah", antes de girarse de inmediato.
Era el dueño del restaurante, un hombre de mediana edad.
—¿Sí? ¿Qué pasa, jefe?
—No viniste ayer.
Al escuchar eso, Kamijou se rascó la mejilla mientras hablaba.
—Oh, disculpe por eso. Tuve un contratiempo que no pude evitar.
—Bueno... que no vuelva a ocurrir.
El dueño vaciló un momento antes de continuar:
—Cierto, esa chica... ¿sigues en contacto con ella? Quería pedirte un favor. Un colega tiene un café llamado "La Pucelle", y creo que ella sería perfecta para trabajar ahí.
En ese instante, Kamijou no pudo evitar mover su mirada hacia un lado.
—¿Es posible que pueda ir?
—No puedo...
Kamijou murmura para sí mismo en silencio.
Esa chica, Tohka, lo había acompañado en el trabajo, estaba muerta.
El hecho de que alguien más lo recordara hacía que el corazón de Kamijou se estremeciera.
—Lo siento, pero eso no será posible. Perdí el contacto con ella.
Kamijou casi se quiebra al decir eso, y el dueño suspira.
—Oh... qué lástima. Bueno, sigue con tu trabajo.
—...
Después de que el dueño dijera eso, Kamijou se dirigió hacia el baño.
Empujó la puerta y entró en silencio, se acercó al lavamanos y abrió el grifo. El agua fría cayó con un murmullo constante mientras se inclinaba hacia adelante y se daba un par de palmadas en el rostro.
Se apoyó en el lavabo con ambas manos y alzó la vista hacia el espejo.
(Tal vez si hubiera tenido más cuidado, Tohka todavía estaría viva... Si tan solo lo hubiera sabido... nada de esto habría ocurrido.)
La muerte de Tohka lo había golpeado con fuerza.
Sin embargo, seguía teniendo problemas para comprender el significado de la decisión final que Tohka tomó en sus últimos momentos.
¿Fue su forma de protegerlo de la verdad? ¿De evitar que se viera arrastrado al conflicto con el AST? ¿De impedir que lo lastimaran solo por caminar a su lado?
Una sensación amarga, densa como el plomo, le recorrió el pecho. Pero debía aceptar esta realidad que no puede cambiar.
—¿Por qué no pude salvarte, Tohka?
Kamijou murmuró con los labios temblando y luego, apretó los dientes.
Esa chica solo quería comprender este mundo. Y aun así, se le negó esa oportunidad.
—...
Kamijou cerró los ojos un instante, como si pudiera borrar el recuerdo con un simple parpadeo.
Pero la imagen volvía con Tohka tendiéndole la mano en su último segundo de confianza.
Antes de que todo se desvaneciera.
Antes de que él fallara.
—No puedo seguir así.
Volvió a suspirar y murmuró.
—Tengo que volver.
Cuando salió del baño y se dirigía a limpiar una de las mesas del fondo, Kamijou se detuvo en seco al notar algo inusual.
Una mesa, la más apartada del restaurante, cerca de la ventana, que hasta hace un momento había estado vacía ahora tenía una ocupante.
—¿Una niña...?
Los labios de Kamijou dijeron esas palabras.
Sin duda era una niña debido a su estatura.
Tenía un manto con un lindo diseño, envuelto alrededor de su cuerpo, estaba formando una pequeña sombra.
Su rostro no era visible, principalmente porque su capucha con orejas de conejo decorativas estaba cubriendo todo su rostro.
Lo que era más característico era su mano izquierda.
Una terriblemente cómica marioneta en forma de conejo estaba equipada en la mano
¿Qué hace ella sola? ¿Estaba aquí sin sus padres? ¿Tampoco parece ser un estudiante?
No había duda de que llevaba un atuendo llamativo.
Tenía sentido que llevara lo que parecía ser un impermeable debido a que ahora el día se encontraba lloviendo.
—¿Qué pasa con ella? ¿Acaso pretende comprar algo?
Entonces, él se acerca.
—Esto...
En ese momento, Kamijou fue capaz de ver el rostro de la niña.
Su edad debería de ser de alrededor de unos 13 años.
Su pelo azul ondulado era azul como el mar. Sus suaves labios tenían un color rosa y ella era una niña que parecía una hermosa muñeca francesa.
—...!
Y entonces, la niña abrió sus ojos, revelando sus largas pestañas y sus pupilas color zafiro.
—Um, niña... ¿estás esperando a tus padres?
Después de que Kamijou dijo eso, el rostro de la niña se volvió pálido y sus manos se abrazó a sí misma, como si intentara ignorar a Kamijou.
En ese instante, la mano izquierda de la niña se alzó revelando que tenía una marioneta de conejo.
—¡Hola, Onii-chan! ¡Yoshinon te da la bienvenida! ¿Has venido aquí a invitarnos a comer?
—¿Onii-chan?
Kamijou parpadeó, confuso.
—Espera, ¿me estás pidiendo comida?
La niña no respondió, pero la marioneta en su mano asintió vigorosamente.
—Yoshinon no ha comido todo el día así que estaría agradecida de que me dieras de comer.
—Espera. ¿Eso es cierto?
La niña de cabello azul apenas reaccionaba. Su expresión seguía distante, como si la conversación no fuera con ella, como si estuviera ausente en su propio cuerpo. Todo indicaba que no tenía intención de hablar directamente.
Entonces, ¿quién estaba hablando?
Kamijou entrecerró los ojos, observando cómo la marioneta agitaba sus orejas y abría su boquita de tela con cada palabra.
¿Era ella? ¿Estaba fingiendo que la marioneta tenía voluntad propia?
—¿Oooya? ¿Eres tonto? Bueno, debe ser difícil conseguir algo gratis.
—Eso no es el punto.
Después de ver a Kamijou con esa expresión, la marioneta golpeó sus manos juntas.
—¿Entonces quieres algo a cambio? Bueno, como puedes ver... no tengo dinero. Oye, lo entiendo. No me digas que eres de los que obligarían a esta chica a desnudarse. Eres un verdadero pervertido, Onii-chan.
—Por favor, detente.
Después de decir eso, la marioneta comenzó a reírse.
—Era broma. Pero quisiera un menú infantil, vamos. Sé que un chico como tú tendría algo de dinero para complacer a Yoshinon.
—Lo entiendo. Por favor, me siento extraño tener que escucharte con esa forma de hablar.
—Ou, lo siento.
Kamijou suspiró.
—Está bien. Sólo espera aquí.
—¡Hurra! Es bueno oír eso.
Mientras se alejaba para traer algo que comer para la niña, pero antes de pudo escuchar a la marioneta.
—¡Yoshinon estará en deuda contigo, Onii-chan! ¡Gracias por ser tan amable~!
Kamijou volvió a la cocina, aún rascándose la cabeza con desconcierto. En su mente, la escena se repetía una y otra vez. Una niña misteriosa, un impermeable con orejas de conejo, y una marioneta que hablaba por ella.
(¿Una niña tímida? ¿Sera ese su único modo de comunicarse?)
Después de pensar eso, Kamijou volvió su atención a la cocina.
El chisporroteo del aceite rompía el silencio de la cocina. Kamijou se lavó las manos, se puso el delantal y se acercó a la parrilla.
—Veamos... menú infantil, ¿eh?
Después de decir eso, Kamijou puso el pan sobre la sartén caliente, donde la carne ya chispeaba. Mientras se cocinaba, Kamijou preparó el queso, listo para colocarlo al final.
—Huele bien.
Después de unos minutos, el aroma de la carne cocida llenó la cocina. Kamijou puso el queso sobre la hamburguesa y esperó a que se fundiera. Luego sacó papas fritas doradas de la freidora y las escurría antes de servirlas.
Finalmente, abrió el refrigerador, tomó una pequeña cajita de jugo de uva con popote incluido.
Kamijou sacó una bandeja limpia, colocó el menú infantil encima.
Hamburguesa de carne, papas fritas y un jugo de uva.
—Esto debería estar bien.
Suspira mientras camina hacia la mesa donde estaba la niña.
Cuando llegó a la mesa, Kamijou colocó con cuidado la bandeja frente a la niña. Ella no levantó la mirada. Sus manos que estaban ocultas bajo la mesa. Fue la marioneta la que reaccionó con entusiasmo.
—¡Oooh! ¡Mira esto, Yoshinon tiene un banquete real! ¡Gracias, Onii-chan! Eres el mejor humano del día.
—¿De verdad vas a seguir con ese teatro? Ya sabes que sé que tú estás haciendo la voz, ¿cierto?
La marioneta giró lentamente la cabeza hacia él.
—Qué grosero.
—¿Hay una razón para que uses esa marioneta?
Cuando Kamijou preguntó eso, sintió como la temperatura comenzó a descender bruscamente.
—¡Oh, demonios! ¡¿Acaso el aire acondicionado está fallando?!
Kamijou volteó su mirada hacia un lado, pero luego volvió hacia la niña.
Cuando sintió de nuevo la mirada de Kamijou, la niña se movió un poco en el asiento para aumentar la distancia. Sus ojos azules, antes ausentes, ahora parecían opacarse más, como si se replegara hacia sí misma. La marioneta, o mejor dicho, su mano izquierda se alzó lentamente.
—Qué humano tan cruel…
Yoshinon murmuró con una voz que ya no sonaba tan alegre.
Kamijou retrocedió un paso por instinto.
— Oye… perdón. No era mi intención molestarte. Solo quería escucharte hablar.
La niña no respondió. Solo apretó los labios y bajó aún más la cabeza.
—Mi nombre es Kamijou Touma. Soy un chico de preparatoria que puedes encontrar en cualquier lugar... Entonces, ¿tú nombre?
—Wah, jaja, ¿Qué fue eso? ¿Una presentación? Touma-kun, tiene una presentación única.
—Gracias.
Kamijou se tocó la nuca mientras hablaba.
—Pero sería injusto que yo me presentara sin saber tu nombre.
—Oya, oya~. ¡Qué impaciente eres, Onii-chan!
—No quiero forzarte, si quieres.
—Yoshino.
En ese instante, la niña decidió decir su nombre.
—¿Yoshino? ¿Ese es tu nombre?
Al escuchar eso, Yoshino asintió con la cabeza.
—Vamos, no necesitas estar a la defensiva. Por ahora, come. Yo iré a seguir con mi trabajo.
—...!
Yoshino permanece en silencio mientras mira como ese chico se aleja.
Entonces, observa a las personas del restaurante familiar y luego vuelve a su plato, tomó la hamburguesa de carne y comenzó con una pequeña mordida.
—¿Nn?
Cuando Yoshino hizo eso, sus ojos se abrieron de inmediato.
Pero cuando sintió que era observaba por Kamijou, ella apartó los ojos, avergonzada.
Parte 2.
—…Mmm.
Reine exhaló suavemente después de tomar un bocado de taza de té. Al frente, Shido estaba sentado mientras apoyaba su brazo derecho en la mesa, y al costado de él, Kotori tenía un Chupa Chups en su boca.
Estaban ahí para hablar de lo que había pasado en esta última semana.
—…Así que… lo liberaron.
Shido rompió el silencio con una voz que no buscaba una respuesta.
Kotori dejó escapar su Chupa Chups por un momento.
—Kamijou Touma, liberado sin condiciones… Ni siquiera una prisión domiciliaria. Bueno, la AST fue bastante suave con ese chico. Si se tratara de otra organización, el escenario hubiera sido diferente.
—Nn... Bueno, Kamijou ya conocía a Origami así que incluso con sus diferencias, ella probablemente intercedió por él.
Una vez dicho eso, Reine bajó la mirada a su taza y comenzó a agitar el azúcar en el té.
—Es cierto. Pero no parecía ser eso, creo... ya que tuve que decirle a Origami que sacara a Touma.
—Eres un tonto, Shido. Espero que no se te haya ocurrido revelar la existencia de Ratatoskr.
Shido frunció el ceño un instante antes de responder a Kotori
—Por supuesto que no.
—Es bueno escuchar eso. Pero no creo que la AST lo haya soltado sin más.
—¿Qué quieres decir, Kotori?
Ante la pregunta de Reine, Kotori suspira mientras mueve su mano derecha donde estaba ahora su Chupa Chups.
—La AST tiene la manera de ubicar a los Espíritus una vez lleguen a este mundo. ¿Por qué no utilizarlo como cebo?
—¿Piensas que Kamijou podría colaborar con la AST?
—Una opción sería contactar con él y acabar con nuestras dudas. Además, quiero saber algunos detalles sobre Princess.
—Princess...
Shido soltó ese nombre.
Princess era el nombre que le dieron la AST a ese Espíritu de cabello purpura que murió hace cinco días en ese lugar donde fue atacada por sorpresa por ellos.
Ese chico estuvo ahí, pero no parecía tener una imagen de cómplice.
Era de alguien confundido, que no sabía al peligro que se enfrentaba.
—Tampoco tengo datos de él, probablemente la AST se haya encargado de eso... pero entonces, eso significa una cosa... ¿Quién es él?
—Hablas como si fuera traído de otro mundo.
—Shido, deja de mezclar este tema con tus mangas isekai.
—Pero estas sugiriendo eso, Kotori.
Reine dejó la taza y suspira.
—Un terremoto espacial. Un Espíritu llega a este mundo después de producir un terremoto espacial como un puente, entonces... ¿sugieres algo como eso?
—Sería más creíble si el fuera un Espíritu.
—¿Un Espíritu hombre?
En ese instante, Shido tragó su saliva.
Estaba un poco asustado. Definitivamente no quería besar a un hombre.
Cuando un Espíritu lo acepta y sus valores de afecto alcanzan cierto punto, Shido besa al Espíritu para que pueda sellar sus poderes.
—No te asustes, Shin. No hay casos de un Espíritu hombre.
—Gracias, Reine-san.
—Es una pena que no tuviéramos información importante sobre él.
Kotori refunfuño, Shido vuelve su mirada hacia ella.
—Uh, sobre... ¿Hermit?
—Ah. No hay señal de aparición de ese Espíritu, ¿Por qué te preocupa tanto? Un espíritu como ella no caería tan fácil con la AST.
Después de escuchar eso, Shido baja su mirada.
—Es cierto. Avísame si aparece aunque este durmiendo.
—No lo dudes. Si es necesario, te sacaré de la cama a rastras, aunque tenga que jalarte del cabello.
Kotori sonrió con malicia.
Parte 3.
Después de que la niña haya terminado su comida, exhaló un suspiro satisfecho.
Entonces, Kamijou se acercó a la mesa.
—Vaya, sí que tenías hambre.
Yoshino bajó un poco la cabeza y levantó su mano izquierda. La marioneta Yoshinon se cruzó de brazos.
—Gracias por darnos de comer, Touma-kun. Ha pasado mucho tiempo desde que alguien fue tan amable.
Kamijou respondió con una sonrisa genuina.
—No hay de qué... Um... Oye, Yoshino. Hay una cosa que me gustaría saber... ¿puedo hacerte esa pregunta?
—Eso es... bueno, está bien.
—¿No tienes un lugar a donde ir, verdad?
Cuando Yoshino escuchó esa pregunta, sus labios temblaron un poco.
Ante esa expresión, Kamijou supo lo que eso significaba.
—Touma-kun, se puede considerar de mala educación meterse en la vida de los demás. Aunque debo admitir que tu buena voluntad.
—Es solo que toda persona haría al darse cuenta de tu situación.
La niña se tensó de nuevo, pero la marioneta respondió:
—No te preocupes, ¡Yoshinon está aquí! ¡Siempre! ¡Jamás dejaré que nadie la lastime! ¡Ni un rayo, ni un trueno, ni un grito feo de adulto!
—Entiendo… ¿Y dónde dormiste anoche?
La niña se encogió de hombros. Sus labios se fruncieron un poco, y sus ojos se humedecieron.
—...
—Lo sabía. No tienes que ocultarlo. Cualquier podría caer en la miseria y no tener un lugar a donde ir.
Kamijou apretó los puños. No podía quedarse de brazos cruzados. Algo en él, algo muy profundo, se revolvía al saber que una niña de apenas trece años había pasado la noche sola bajo la lluvia.
—Oye. ¿Qué te parece si hablo con el encargado para encontrar un lugar a dónde ir? Tal vez podamos ayudarte. ¿Te parece bien?
Yoshino lo miró, sorprendida. Por primera vez, sus ojos color zafiro se encontraron directamente con los de Kamijou. No habló. Pero la marioneta sí:
—¿Lo dices en serio, Touma-kun?
Kamijou asintió.
—Claro que sí. Nadie debería estar sola bajo la lluvia. Y mucho menos una niña como tú.
La marioneta quedó en silencio.
—Voy a hablar con el encargado. Quédate aquí, ¿sí?
La niña asintió.
Kamijou sonrió y fue hacia la cocina. El encargado era un hombre mayor, de voz ronca pero corazón blando. Cuando escuchó toda la historia, frunció el ceño.
—¿Una niña sola?
—Sí. Está asustada. No tiene un lugar a donde ir. Necesita ayuda.
El encargado suspiró, rascándose la barba.
—Bueno, no podemos tenerla aquí todo el día, pero… podemos llamar a alguien. Hay refugios que reciben a niños como ella. O a la policía, eso sería lo más correcto. No quisiéramos tener problemas con tener a una menor de edad aquí, ¿lo entiendes, verdad?
—Bueno, tienes razón. No lo había pensado.
Entonces, Kamijou volvió su mirada hacia la mesa donde estaba la niña.
—Oh, dijeron que lo mejor sería enviarte a una patrulla de policía.
—No puedo.
El cuerpo de Yoshino tembló al decir eso.
—No hay de qué preocuparse. Ellos se encargarán. Como eres una menor de edad, te preguntaran cosas como: ¿Si tienes padres? ¿o alguien cercano para que se haga cargo de ti? En el peor de los casos, serias llevado a un refugio.
—No... lo... entiendes.
Yoshino parecía decir algo, pero Kamijou no pudo escuchar eso.
—¿Todo bien?
Entonces, Yoshinon movió la cabeza.
—¡Touma-kun! ¡Gracias! Yoshino está feliz, de verdad. Pero... hay algo...
Kamijou se inclinó un poco hacia adelante.
La voz aguda de Yoshinon se tornó más baja, casi un susurro.
—A veces... cuando nos quedamos en un sitio por mucho tiempo... pasa algo. Algo malo.
—¿Qué quieres decir con "algo malo"?
La marioneta ladeó la cabeza. Yoshino bajó la mirada.
—Si descubren nuestra ubicación, ellos...
—¿Tienes a alguien persiguiéndote?
Kamijou apretó la mandíbula.
Esa declaración tenía demasiadas implicaciones. ¿La estaban buscando? ¿Por qué? ¿Quién?
—¿Te han hecho daño antes?
—¿¿...??
—Eh, no es necesario ocultarlo.
Kamijou explica.
—Sé que alguien te ha hecho daño. ¿Escapaste de tu hogar?
—No es así...
Yoshino negó con la cabeza lentamente, pero no parecía convencida de su propia respuesta.
—No es tan simple de explicar.
—Deberías pedir ayuda.
—Yo... no quiero hacer daño.
Kamijou dio un paso atrás cuando la niña se levantó.
Yoshino cerró los ojos y corrió junto a su marioneta en su mano izquierda.
—Espera.
En ese instante, la niña se detuvo.
Volvió la mirada al rostro de Yoshino.
—Yoshino…
Pero Yoshinon lo interrumpió.
—Ou, no te preocupes, Touma-kun. Yoshinon se encargará de protegerla.
—No sé lo que te esté pasando, pero no deberías estar acostumbrada a esto.
Ella le dedicó una sonrisa melancólica. Y entonces, lentamente, comenzó a caminar hacia la puerta.
Pero antes de que saliera por completo, Kamijou se armó de valor y la llamó.
—¡Hey, Yoshino! Si tienes algún problema... está bien si quieres volver aquí.
Inmediatamente, Kamijou piensa en la posibilidad de acoger a la niña y detenerla.
Pero... al final, sólo pudo optar por decirle esto.
—Mn, Touma-kun... Puede que regresemos mañana si no pasa nada malo.
Esa voz parecía ser de alguien agradecido. Eran esas palabras que...
Pero algo raro había en esas palabras.
—¿Algo malo? ¿Ella tendrá algún problema? ¿Tiene que ver con que ella viva fuera?
Kamijou agachó un poco la cabeza y dijo.
—Lo siento.
Cuando levantó su cabeza y abrió sus ojos, la niña desapareció.
Parte 4.
Una semana después y la mañana del 2 de mayo llegó.
El paisaje era común como siempre. La brisa del bosque movía las hojas ͏de los árboles y llenaba el aire con un silencio tranquilo. La calle sola bajaba entre naturaleza y piso, sin nada más alrededor. Al avanzar se veían muros de ladrillos ͏naranja con ͏bordes ͏grises, mostrando entrada de la escuela Raizen.
Kamijou Touma dejó escapar un suspiro mientras caminaba por todo eso.
(¿Qué le pasa al clima? Ayer no podía dar un paso sin empaparme, y ahora me estoy derritiendo en el calor del sol.)
Durante toda la semana pasada, los días se habían cubierto por unas nubes grises impidiendo la entrada de los rayos del sol así como la lluvia intensa. De hecho, hubo alarmas de terremoto espacial mucho más seguido durante ese mismo periodo.
Él sabía la razón de todo eso. La aparición de un Espíritu.
(Será una molestia tener que volver a presentarme, pero no puedo evitarlo. Entonces, ¿por qué sigo viniendo aquí? ¿Tiene algún sentido continuar con esto, eh?)
Kamijou volvió a la escuela Raizen luego de una semana sin ir. Aunque aparece igual a las otras escuelas ͏en ͏Japón, resalta por tener ͏el mejor refugio bajo tierra en Ciudad Tenguu, ͏y tal vez de todo ͏el país.
(Hasta hoy, no he logrado hacer ningún progreso en mi búsqueda para regresar a mi mundo...)
͏Después de soltar su frustración, de repente volvió su mirada hacia la puerta de cierto salón.
—¿Hm?
En este nuevo mundo, había experimentado cosas que͏ tocaban lo͏ ridículo.
Aunque, siendo honesto, su vida nunca fue normal.
Esto no debería ser una novedad. Pero cuando llegó a este mundo supo que tenía que involucrarse con algo poco "normal" y eso lo llevo sin querer a conocer la existencia de los Espíritus.
Al final esa fue la razón por la que fue capturado por la AST.
(Espera, espera... eso significa que tendré que cruzarme con Origami)
Su mano derecha se detuvo en el momento en que iba a abrir la puerta y retrocedió, pero...
—Kamijou Touma.
—...
Kamijou se congeló en su lugar, se volvió hacia la fuente de la voz, y se encontró con una minifalda morada, una bata blanca larga con unos pechos prominentes y con pelo largo plateado recogido en una coleta a la derecha.
—¿Re... Reine-sensei?
Era la profesora de Física, Murasame Reine.
—¿Qué pasó? No viniste la semana pasada.
—¿Eh? Yo... Bueno, pasaron muchas cosas.
Kamijou murmuró, rascándose la nuca con torpeza mientras hablaba.
—No sabría por dónde empezar, pero... estoy aquí ahora, supongo.
—Te entiendo. No necesitas explicarme nada. Solo quería asegurarme de que estuvieras bien.
Kamijou bajó ligeramente la cabeza, como si tratara de evitar su mirada.
—Gracias, Reine-sensei.
—Kamijou.
—¿Sí?
Kamijou levantó la mirada casi al instante.
Entonces, Reine inclinó un poco la cabeza, como si evaluara algo en silencio, y dijo:
—Me preguntaba si podrías acompañarme esta noche
(¿Escuché bien...? ¿Reine-sensei acaba de pedirme que la acompañe... esta noche?)
Kamijou la miró, paralizado.
(Espera, ¿es una cita? ¿¡Una cita!? ¿¡Con mi profesora de física de expresión estoica, pero con un cuerpo probablemente sexy!? ¿Esto es una prueba sorpresa? ¿O simplemente estoy alucinando sus palabras? Reine-sensei no es del tipo que diga esas cosas a la ligera...)
—¿Eh? ¿Acompañarla? ¿A dónde?
—A una cafetería en el distrito comercial.
Reine sacó una pequeña tarjeta y se la extendió con calma.
—Quiero hablar contigo de unas cosas. Nada relacionado con la escuela. Es algo personal.
La palabra "personal" retumbó en su cabeza como una alarma.
Kamijou sintió que el aire se le escapaba por la nariz, como si el alma se le estuviera evaporando. Su mano derecha tembló al tomar la tarjeta, pero ni siquiera se atrevió a mirarla.
—A las ocho. Si estás disponible.
—Ah... sí, sí, claro. Estaré allí.
Respondió con una sonrisa forzada, tratando de no parecer un idiota, mientras sentía que su corazón golpeaba con fuerza el interior del pecho.
—Perfecto. Entonces, nos vemos más tarde.
Después de eso, Murasame Reine se marchó como si nada.
Kamijou se quedó inmóvil unos segundos. Luego, bajó lentamente la mirada hacia la tarjeta.
—¿Qué... fue eso...?
Su mente empezó a correr.
(¿Será una confesión...? ¿Me citará para decirme que ha estado observándome? ¿Dirá algo como: "No soy buena expresando emociones... pero contigo..."? ¿¡Me besará sobre una taza de café humeante bajo una lluvia ligera de primavera!?)
Su cara se encendió como si la hubiera metido en un horno.
(¿Una cita con una profesora sexy? ¡Esto es como una de esas fantasías imposibles de adolescente que jamás esperas que se hagan realidad!)
Y entonces, sin poder contenerse, gritó:
—¡Qué alegría! ¡Esto es algo que Kamijou-san jamás habría imaginado! ¡Una aventura! ¡Una aventura con una profesora! ¡Um... no debería decirlo tan públicamente! ¡Bien, sé que esto no es exactamente correcto! ¿Qué hago? ¡¡No importa!! ¡Tengo que ir!
Suspiró profundamente y guardó la tarjeta en su bolsillo.
Finalmente, dio un paso hacia la puerta del salón.
—Vamos, Kamijou Touma... Solo tienes que entrar como si no hubieras gritado y esperar a que termine este tonto horario escolar.
Y con eso, Kamijou abrió la puerta del aula 2-4.
—¡Ah! ¡Permiso!
Su voz llegó interrumpiendo la clase y todas las miradas se giraron de inmediato hacia él.
Un silencio.
—¡Hola a todos! Disculpen si interrumpo la clase y por llegar tarde.
—¿Kamijou Touma...? ¿Dónde has estado?
Tamae-sensei murmuró, sorprendida.
Ni ella ni el resto de la clase tenía alguna noticia clara sobre su ausencia de una semana de ese chico. Algunos pensaron que se había transferido de escuela, enfermado o que se había desaparecido sin dejar rastro.
—...
Kamijou se quedó en silencio, pero Tamae-sensei suspiró.
—Bueno, es bueno verte de nuevo. Toma asiento frente a Tonomachi-kun sin hacer más ruido, por favor.
—De acuerdo, sensei.
Kamijou caminó en dirección a ese asiento.
Paso a paso, sentía cómo las miradas de sus compañeros se despegaban lentamente de él.
En ese instante, sintió la mirada de cierta chica e hizo que su cuerpo se detuviera.
(¿Cómo puedes sentarte ahí... como si nada hubiese pasado?)
La imagen de la persona que había querido salvar cruzó por su mente como un relámpago. La sonrisa que no pudo proteger. El final que no consiguió evitar.
Y ahora, la responsable de todo eso... Tobiichi Origami estaba allí.
Tan cerca. Tan tranquila.
Kamijou apretó los puños, pero no dijo nada.
Sin embargo, no eran las única personas en este salón que sabían de este hecho.
—¿Esta todo bien?
Al escuchar a Tamae-sensei, tanto Kamijou como Origami desviaron sus miradas.
—Oh…Si. Todo está bien. Acabo de recordar algo importante, ja.
—Ya veo. Entonces, toma asiento.
Justo en ese momento, Tonomachi Hiroto, quién se sentaba detrás de Kamijou, tocó el hombro del chico para llamar su atención.
—Kamijou regresaste. Qué bueno volverte a verte.
—Si. Lo mismo digo, Tonomachi.
Kamijou comenta mientras gira ligeramente su cuerpo hacia atrás acompañado de una pequeña mueca en su rostro.
—Eh, Kamijou, ¿Qué te ha pasado? ¡No supimos nada de ti desde hace más de una semana!
—¿Ah? Si, digamos que tuve ciertos problemas que atender.
—¿Es así? ¡Bueno, lo importante es que estás aquí, ¿no lo crees, Itsuka?!
Después de que dijo eso, Tonomachi giró un poco su cabeza hacia Shido.
—¡Por supuesto! ¡Espero que los problemas que tuviste se hayan resuelto, Kamijou!
—…
Kamijou no dijo nada y solo asintió su cabeza.
En ese momento, Tamae-chan, que estaba escribiendo en la pizarra, se volteó hacia la clase.
—Ah, casi lo olvido. Hoy tenemos examen de Ciencias Sociales. Espero que todos hayan estudiado.
Después de decir eso, la clase se volvió ruidosa.
—¡¿Ehhh?! ¿Hoy examen?
—Tamae-chan-sensei, ¿no podríamos dejarlo para la próxima clase?
—¡Por favor, tenga piedad!
Tamae-chan respondió con una sonrisa angelical.
—Por supuesto que no.
En ese instante, la atmósfera del aula se volvió oscura.
Un aura opresiva pareció emanar de la profesora como si fuera una entidad de otro plano.
—...que desgracia.
"…"
El timbre de la escuela sonó.
Era la hora de descanso del cuarto período.
En ese instante, el estómago de Kamijou emitió un leve gruñido.
Mientras algunos estudiantes salían del aula, otros se quedaban a almorzar con sus cajas de bento. Sin embargo, él no tenía una caja de bento como los demás sino solo un pan seco y una botella de agua.
Con resignación, Kamijou le dio un mordisco al pan seco mientras miraba por la ventana.
—¿Qué pasó, Kamijou-san?
—¿Por qué no sales a comprarte algo?
—¡Apresúrate! ¡Con tanta gente, se agotará todo!
Kamijou volvió la mirada hacia el frente.
Era el trío femenino más entusiasta del salón: Ai, Mai y Mii. Pelo rubio, pelo castaño y pelo morado, eran las chicas que tenían un nombre muy corto, pero que parecen ser mejores amigas, estaban ahí.
—...Ah... ustedes... Ai, Mai y Mii, ¿cierto? Bueno, Kamijou-san olvido traer su bento y tampoco tengo suficientes fondos para permitirse ese lujo.
—¿Estás pasando un mal momento?
Ai preguntó, Kamijou asintió.
—Tengo un trabajo de medio tiempo, pero apenas me alcanza para el transporte y lo justo para el día. Me temo que tendré que volver a saltarme el almuerzo.
—¡¿Entonces vives solo?!
—¡¿Tus padres no te mandan dinero?!
—¡Qué malos! ¡No cumplen con su responsabilidad!
Las tres chicas lo rodearon, hablando al unísono.
—No, no es eso.
Kamijou agitó las manos con nerviosismo.
No quería que lo malinterpretaran. Sus padres siempre lo habían apoyado y le enviaban dinero desde fuera de Ciudad Academia. Incluso cuando las cosas se complicaron con cierta compañera de cuarto, aunque ellos nunca supieron que vivía con él.
Pero en este mundo... esa ayuda jamás llegaría.
—Solo perdí el número de teléfono de mis padres. No tengo cómo contactarlos.
Las tres se quedaron en silencio por un segundo.
—¿Eh? ¿En serio?
—¡Qué desafortunado!
—¡Entonces estás en la más absoluta pobreza!
Kamijou ladeó la cabeza, con una expresión que decía: "Más o menos..."
—Con mi trabajo de medio tiempo me las arreglo.
Apenas terminó de hablar, grandes lágrimas brotaron de los ojos de las chicas.
—¡Aaah, Kamijou! ¡Sé que lo superarás!
—¡Cualquier cosa, cuenta con nosotras!
—¡Sí! ¡Nosotras te apoyamos!
Sus reacciones exageradas hicieron que Kamijou sonriera con incomodidad, pero en el fondo se sintió un poco mejor.
—¡Por cierto! ¿No trabajabas con una chica de segundo año? ¿Por qué no le pides que te preste dinero? Si se lo explicas, seguro entenderá.
—¡Qué buena idea, Ai!
—¡No pierdes nada intentándolo!
Kamijou la miró por un instante, luego bajó los ojos.
—Ella solo estaba de visita en la ciudad. Eso es todo.
Parte 5.
Una vez que el adolescente Kamijou Touma llegó al punto de encuentro, abrió la puerta de cierta cafetería.
Un suave tintineo anunció su llegada, marcando el inicio de lo que parecía ser su entrada a la vida adulta, y también la experiencia de tener algo prohibido.
—Hola, Kamijou Touma. Has llegado puntualmente a la cita mencionada.
Era una chica... o mejor dicho una niña de cabello largo color rosa rojizo que lleva atado en ambos lados con cintas negras.
—Heh. Es una broma, ¿verdad?
Kamijou Touma forzó una débil sonrisa.
—¿Dónde está la mujer bella durmiente?
—¿Te refieres a mi amiga, Reine?
—¿Qué...?
En ese instante, Kamijou comenzó a reírse de sí mismo mientras mostraba una mueca.
—No, puede ser... no me digas que le pediste a Reine-san que me citara solo para tener una cita contigo. Mira, no tengo nada contra ti, pero me interesan las mujeres, no niñas. Quizás cuando crezcas…
—¡¿Quién dijo que iba a tener una cita contigo?!
—¿Eh?
—No estoy aquí por una declaración ridícula, idiota. Y créeme, si quisiera algo contigo, no necesitaría una trampa tan tonta... Tampoco eso va a pasar.
—Oh, gracias a Dios.
—¿Te estás burlando de mí o siempre eres así de estúpido?
El uniforme escolar de estilo marinero y su apariencia infantil la hacían llamativa para cualquier adolescente promedio. Incluso si una declaración de amor hubiera sido real, la mayoría de los chicos habría considerado seriamente su propuesta.
Pero él sentía, en lo más profundo, que no debía confiar en esa chica.
—Lo siento.
—Suficiente teatro. No vine hasta aquí para soportar las tonterías hormonales de un adolescente con exceso de imaginación.
Touma ladeó la cabeza, aún con una sonrisa irónica.
—¿Entonces? ¿Cuál es la gran razón para hacerme venir hasta aquí en lo que parecía el prólogo de una novela prohibida?
Kamijou se sentó frente a la chica, en la mesa donde ella lo esperaba.
La niña de cabello rojo entrecerró los ojos, evaluándolo por un momento. Luego habló con voz firme:
—Princess... y la AST. Vamos, Kamijou, no finjas que no sabes de qué hablo.
—...
En ese instante, el nombre "Princess" atravesó la mente de Kamijou como una bala.
Recuerdos rotos, imágenes de culpa y dolor. El silencio pesó en la mesa como una condena.
—...Princess.
Kamijou repitió el nombre en voz baja, sintiendo el nudo en la garganta.
Princess era la chica que no pudo salvar.
Sin embargo, se suponía que solo él, Tobiichi Origami y la AST sabían lo que había ocurrido. El hecho de que alguien más conociera ese nombre lo dejó helado.
—¡¿Qué sabes de eso?!
Kamijou Touma gritó y golpeó la mesa.
—Tranquilízate. Vengo precisamente a hablarte de eso.
El chico bajó sus manos, y ella suspiró.
—Pero primero necesito que te calmes... y que esperes a mi amiga.
—¡¿Reine-san?! ¡¿Ella sabe de esto?!
Kamijou preguntó con sorpresa.
En ese instante, una voz suave respondió desde atrás.
—Kotori, disculpa por la demora.
—Llegas justo a tiempo, Reine.
Kamijou giró la cabeza. Reconoció al instante el rostro tranquilo de la mujer de cabello plateado.
—Reine-san…
—Um… hola, Kamijou Touma. Lamento no haberme presentado antes. Había asuntos que debía resolver primero.
—Ah.
Kamijou solo alcanzó a responder con un murmullo.
"..."
Reine tomó asiento y todos hicieron sus pedidos.
Tanto ella como Kotori pidieron té negro Darjeeling, acompañado de un dorayaki y un castella. Kamijou Touma al principio se negó, pero al ver que la charla sería larga, aceptó.
—Un té Darjeeling… y un pan de kinako, por favor.
La conversación se detuvo unos minutos mientras el camarero traía lo pedido. A pesar de la aparente calma, el tema real seguía latente, como una sombra al borde de la mesa.
—Oye… creo haberte visto antes. ¿Eres hermana de Itsuka Shido?
—Definitivamente eres idiota. ¿No recuerdas que me viste en el restaurante familiar donde trabajas?
—...
Ante el silencio de Kamijou, Kotori suspiró con resignación.
—Así que Reine-san conoce la existencia de la AST. Qué decepción. Pensé que esto sería una cita tranquila entre profesora y alumno… con té, dulces tradicionales y quizá una confesión amorosa.
Kamijou la miró de reojo, y luego enfocó su atención en Reine.
—Niña malvada. Me trajiste a esta mujer sexy como cebo para asegurar que no me escapara de la reunión. ¡Claro! Si me hubieras citado tú, con ese aire de comandante gruñona, ni de broma habría venido. Pero mandaste a Reine: voz suave, aura madura… ¿Cómo esperaban que un pobre chico con exceso de testosterona resistiera semejante trampa?
Kamijou fingió sollozar mientras lanzaba aquellas acusaciones con dramatismo exagerado.
—¡¿Cómo pudiste jugar así con mis sentimientos?!
La persona que atendía en la cafetería los observaba desde la barra con una sonrisa curiosa. Kotori, avergonzada y furiosa, se levantó de golpe y se acercó a Kamijou, sujetándole los hombros con fuerza.
—¡Oye! ¡Deja de comportarte así! ¡Y no soy una niña! ¡Ni siquiera te atrevas a tocar a Reine!
Comenzó a empujarlo y zarandearlo hacia adelante y atrás como si quisiera devolverle el sentido a la fuerza.
Mientras tanto, Reine tomó otro sorbo de té antes de hablar.
—Kamijou Touma, lamento la confusión que hayan causado mis palabras.
—Lo entiendo. Entonces, ¿de qué se supone que vamos a hablar?
Al ver que el chico se había calmado, Kotori soltó sus hombros con un resoplido y volvió a su asiento. Como si ignorara lo que había ocurrido, Kamijou Touma agarró el pan de kinako y comenzó a comer con naturalidad.
Parte 6.
—Normalmente no tendría este tipo de conversaciones con gente común. Pero si realmente quieres entender la magnitud del problema en el que entraste... solo por contactar con Princess, entonces escucha todo lo que tengo que decir. —dijo Kotori, con tono firme.
Kamijou Touma tragó saliva. Ya podía predecir la dirección que tomaría esa larga conversación.
—Estoy segura de que lo has oído antes. Los terremotos espaciales no tienen origen natural. Son fenómenos que escapan a las leyes de la ciencia. Algunos creen que son armas secretas o eventos astrofísicos inusuales. La segunda teoría... no está tan lejos de la verdad.
Kamijou no dijo nada, pero sus pensamientos ya giraban en torno a eso.
Como si quisiera continuar la explicación, Reine intervino con su habitual tono sereno.
—Un terremoto espacial es la manifestación del cruce de seres de otro mundo al planeta Tierra. Su sola aparición puede, intencionadamente o no, generar este fenómeno. En esencia, es como si pequeños agujeros negros se abrieran brevemente, destruyendo todo a su alrededor. Por eso, la mayoría de la humanidad los ve como una amenaza. Y por eso existen fuerzas militares dedicadas a eliminarlos.
—En Japón, tenemos una unidad especial dentro de la Fuerza Terrestre de Autodefensa. Se llama el Equipo Anti-Espíritu... la AST —añadió Kotori.
La mayoría de la población ni siquiera conoce la verdadera causa de los terremotos espaciales.
En ese sentido, Kamijou Touma podía considerarse "afortunado" al estar recibiendo esta información.
—Los refugios subterráneos se crearon poco después del primer terremoto espacial en Eurasia hace 30 años. Se sabe que sirve para proteger a los demás del desastre que se avecina, pero también sirve como un medio para evitar que ellos sepan de las operaciones secretas de la AST y organizaciones similares alrededor de todo el mundo.
—Los refugios subterráneos que hoy parecen comunes, fueron construidos después del primer terremoto espacial registrado en Eurasia, hace treinta años. Oficialmente, se crearon para proteger a la población. En realidad, también sirvieron para ocultar las operaciones secretas de la AST y otras organizaciones similares.
Después de escuchar eso, Kamijou vio a Kotori que sacaba un chupachups y se lo metió a la boca.
—A esos seres de otro mundo se les denominó "Espíritus". Según una hipótesis, provienen de una dimensión donde las leyes físicas son distintas a las nuestras. Así como la ciencia busca la verdad sobre este universo... parece que el universo es mucho más complejo de lo que imaginamos.
—¿Mundos paralelos?
Kamijou preguntó.
—No exactamente. No es como un plano horizontal, es más bien un descenso. Como si su mundo estuviera encima del nuestro.
Por alguna razón, Kamijou sintió que había escuchado eso antes. Pero no podía recordarlo.
—Cuando un Espíritu cruza a nuestro mundo, ocurre un terremoto espacial. Ellos no pidieron estar aquí. No buscan destruir. Pero su mera existencia... los convierte en objetivos de la AST.
Kamijou bajó la mirada hacia su taza, y entonces, recordó algo.
—Eso puede ser cierto... lo de la dimensión diferente. Porque yo estuve ahí.
—¿Qué?
Kotori casi suelta un grito al escuchar eso, pero Kamijou continuó hablando.
—Se podría decir que es un lugar encima del universo. Algo completamente fuera de las reglas conocidas. Una distorsión masiva del espacio-tiempo. He visto lo que puede hacer un Espíritu, y por experiencia propia puedo decir que los terremotos espaciales... son un efecto colateral. No es su intención. Como dijiste, son seres que no siguen nuestras leyes físicas de este mundo. Así que esa es mi conclusión.
Kotori se quedó inmóvil por un momento. Una leve expresión de asombro cruzó su rostro.
El espacio y el tiempo no podían existir de forma independiente. Si existiera otro universo, la forma en que ambos estarían conectados sería similar a un agujero de gusano.
—Espera un momento —Kotori dijo de repente—. ¿La AST sabe esto?
—¿Sobre qué?
—¿Estuviste en ese lugar? ¿Dónde se alojan los Espíritus?
—Es complicado de explicar... pero sí, podría decirse que sí.
—Eso explica tu estado cuando fuiste encontrado el 14 de abril por la AST.
Kotori murmuró, ahora con una sonrisa.
—Pensé que esto sería aburrido, pero ahora me estás interesando. Nunca había escuchado una explicación tan concreta. Si tuvieras alguna habilidad útil para el Fraxinus, te habría invitado a trabajar conmigo.
Touma frunció el ceño, algo confundido.
—¿Qué se supone que es eso? ¿Una niña como jefa?
Al escuchar eso, la expresión de Kotori se volvió un poco hostil, pero suspiró.
—Como habrás notado, la fuerza de un Espíritu supera con creces la de los humanos. Por eso, los magos de la AST usan el "Territorio" y las unidades CR para enfrentarlos. Pero incluso con esa tecnología, que prácticamente convierte la imaginación en poder, no es suficiente.
—Eso lo he escuchado de la AST.
—Reiryoku. Esa un tipo de energía prácticamente infinita. Es lo que les permite a los Espíritus invocar a sus "Ángeles", entidades con habilidades únicas según el Espíritu. En el caso de Princess, su poder era cortar cualquier cosa como si fuera mantequilla.
—¿Energía infinita? —repitió Touma, en voz baja.
Como si respondiera más a una inquietud científica que a una duda casual, Reine habló.
—Las leyes de la termodinámica establecen que nada puede generar energía infinita dentro de un sistema cerrado.
Kamijou entendió las palabras de Reine.
La Primera Ley de la Termodinámica, o ley de conservación de la energía, afirma que esta no se crea ni se destruye, solo se transforma.
Por eso, ideas como una máquina de movimiento perpetuo son imposibles.
Un ejemplo común es un carrito de juguete impulsado por imanes: en teoría, debería avanzar sin fin, pero en la práctica, la fricción y el aire lo detienen y la energía se disipa impidiendo que siga continuando infinitamente hasta perder esa energía.
—Pero los Espíritus parecen generar una energía que no pertenece a este mundo.
—¿Es eso posible? Incluso si no fuera de este mundo, eso no significa que sea infinito sino una energía regenerativa como una batería recargable.
Una fuente de energía inagotable.
Los humanos habían soñado con una fuente de energía inagotable, pero si eso era verdad, entonces la clave seria ese ser llamado Espíritu. Eso podría solucionar mucho de los problemas de la humanidad, pero también podría llevar a manos malas.
—Puede que tengas razón.
—Por eso se postula la idea de que exista un lugar más allá de nuestro universo.
En lugar de Reine, fue Kotori quien habló.
—Como puedes ya escuchar, existen otros Espíritus alrededor del mundo.
—Eso lo sé. Pero todavía no entiendo una cosa.
—Te escucho.
—¿Quiénes son ustedes? —preguntó Kamijou con el ceño fruncido.
Kotori lo miró en silencio por un segundo, luego respondió con voz serena.
—No te apresures. Por ahora, solo basta con que sepas que somos una organización secreta.
—¿Como la AST?
El rostro de Kotori se contrajo en una leve mueca de desagrado.
—No. No nos compares con ellos.
Kotori espetó, visiblemente molesta.
Reine entonces intervino con su tono habitual.
—La mayoría de las organizaciones secretas relacionadas con el asunto de los espíritus buscan eliminarlos. Sin embargo, existe una organización que tiene mucho poder político y económico y es la principal proveedor de la tecnología de la unidades CR. Esa es la corporación multinacional Deus Ex Machina Industries, si hubieras sido capturado por ellos... es posible que no hubieras regresado.
—¿Deus Ex Machina Industries?
Kamijou preguntó.
—La AST fue indulgente contigo. Me pregunto cuánto durará eso.
Al escuchar esas palabras de Kotori, Kamijou apretó los dientes.
—¿Qué sugieres?
—Nada. Solo que, por tu actitud, puedo descartar que hayas colaborado con la AST para eliminar a Princess.
—Eso no tiene sentido.
Kamijou estaba molesto al escuchar eso.
Si el incidente con Princess hubiera salido a la luz pública, no sería descabellado que lo señalaran como el principal sospechoso de la muerte de Tohka.
—Si hubieras sido capturado por DEM, te hubieran utilizado y sacado toda la información incluso si tienen que jugar con tu mente. Eso también incluye a los Espíritus, si Princess hubiera sido capturada con vida lo utilizarían como armas o herramientas para lograr sus fines egoístas.
—¿Eso es cierto?
—Por supuesto. DEM podría tener el poder para persuadir al primer ministro y permitir el traslado del Espíritu de la AST hacia ellos.
"..."
Después de escuchar eso, Kamijou su rostro parecía vacío.
—Entonces, si saben todo eso significa que ustedes también pertenecen a una organización secreta
—Correcto.
Kotori asintió con la cabeza, y Reine tomó la presentación a partir de aquí.
—Soy Murasame Reine. Además de ser profesora de física en la preparatoria Raizen, también soy la Oficial de Análisis a bordo de la aeronave Fraxinus.
—Nuestra organización se llama Ratatoskr y se encarga de proteger a los Espíritus. Soy la comandante de la aeronave Fraxinus.
Kotori bajó la mirada un instante, cruzó las manos sobre las piernas.
—¿Y cómo pensaban lograrlo, eh?
En ese momento, Kamijou esbozó una leve sonrisa amarga.
No era ironía ni burla. Era frustración. Resignación.
—Ha, como puedes ver. El Espíritu Princess, no... El Espíritu Princess… no. Tohka... está muerta. Y lo peor es que no pude evitar que esa tragedia ocurriera. ¡¿Por qué tuvo que pasar esto?!
—Lo siento. No tuvo que pasar eso.
Kotori apretó los labios con fuerza al momento de decir eso.
—Ella confiaba en mí. Y aun así, no pude hacer nada.
Ninguna de las dos se atrevió a hablar después de escuchar eso.
Kamijou bajó la cabeza.
Su respiración se volvió irregular. Un nudo comenzaba a cerrarse en su garganta, y sus manos temblaban levemente sobre sus piernas.
Reine entonces comenzó a hablar.
—Hm. Tú aceptaste a Princess, ese Espíritu que era perseguida por la AST y a la que nadie se atrevía a acercarse. Desconfiaba de los humanos, vivía aislada y llegaba a este mundo para causar destrucción. Pero entonces llegaste tú. Lograste que bajara la guardia, que confiara en alguien por primera vez.
—¿Acaso ustedes... tenían la intención de salvarla?
Después de escuchar las palabras de Reine, Kamijou levantó la mirada.
—¿Acabas de olvidar que nuestra misión era proteger a los Espíritus?
Kotori refunfuñó, pero mostró un poco de empatía ante el estado emocional del chico.
—Tohka, ¿cierto? Recuerdo que en ese momento, que ni siquiera sabía la razón de porque la atacaba la AST. ¿No le contaste por protegerla? Bueno, tuve que contarle todo... ¿Notaste su comportamiento extraño? Ella empezó a tener miedo de sí misma.
—Si... Eso creo. Ella me dijo que estaba dispuesta a dejar este mundo.
Kamijou apretó los dientes mientras hablaba.
—Quería proteger este mundo incluso si eso significara su propia soledad. Podía ver su expresión. No era un monstruo. Tenía preocupaciones, sentimientos y una curiosidad por descubrir lo nuevo.
En ese instante, Kamijou recordó la imagen de Tohka.
El comportamiento extraño de esa chica después de que haya hablado con Kotori y Shido.
—Cuando le ofrecimos nuestra ayuda, nos rechazó. Al parecer, estaba más contenta contigo.
¿Le habían contado ya sobre Ratatoskr? Tal vez. ¿Y si ella estaba a punto de aceptar su ayuda… justo antes de que él apareciera?
(No… no puede ser… ¿Fui yo quien la empujó hacia la muerte?)
Todo este tiempo… sin saberlo, la había guiado hacia el final.
—¿Por qué… por qué no la salvaron? —preguntó Kamijou con la voz rota, apenas un susurro entre el temblor de sus labios—. ¿Por qué no insistieron en llevársela?
Sus puños temblaban sobre la mesa.
La rabia contenida, el dolor y la culpa se mezclaban en sus palabras.
—Si tan solo hubieran aparecido ante mí… si me hubieran pedido que la convenciera, lo habría hecho. Sin pensarlo. ¡Hubiera hecho cualquier cosa por ella! ¡Cualquier cosa! No tengo nada en este mundo, ni siquiera sé si realmente pueda volver... pero ese día, ella me dio algo que proteger.
Su voz se volvió más dura, más rota.
—¿Por qué diablos se quedaron observando desde lejos? ¿Por qué se rindieron tan fácil? ¿Por qué no lucharon en rescatarla?
—Eso implicaba enfrentar a la AST.
—¡No me importa! ¡Si la organización Ratatoskr se trata de proteger a los Espíritus porque no fueron hasta las últimas con tal de salvarla!
Kotori no pudo encontrar una defensa ante esas palabras.
—No pensamos que ocurriera así.
Kotori respondió con una mezcla de amargura, y en un intento de defenderse, ella gritó.
—¡Eso no habría pasado, si tú no te hubieras metido!
—¿Ah, sí? ¿Me quieres echar la culpa?
—No, eso... no.
Viendo que Kotori no podía seguir hablando, Reine entonces empezó a hablar.
—10 de abril. Esa es la fecha de nuestro primer encuentro con el Espíritu "Princess". Ese día, un terremoto espacial ocurrió en la ciudad. La alerta se activó de inmediato y la gente fue evacuada... todos, menos él.
—¿Él?
—Shin... no sabía nada. Caminaba por la ciudad para buscarme por un GPS instalado en mi teléfono celular, y señalo el restaurante familiar, pero no se dio cuenta que estaba a cinco mil metros sobre el suelo. Lo que pasó después fue el encuentro con el Espíritu Princess.
Kotori entonces empezó a hablar.
—Shido no huyó y habló con ella. Pero fue breve antes de que la AST atacara. Desde entonces, no pudimos establecer una comunicación con Princess hasta ese día que nos viste en el restaurante familiar.
—Así que la misión de Ratatoskr era ganarse la confianza de los Espíritus para poder ayudarlos.
—Se puede decir que sí.
Después de escuchar eso, Kamijou tomó todo su té negro Darjeeling, y luego dijo.
—Entonces… ¿eso es Ratatoskr?
—Aunque no es tan simple como ganarse la confianza de un Espíritu. Incluso si llegara a aceptar como podríamos justificar tener a un Espíritu. Su poder es una amenaza para la humanidad, por eso tenemos algo que pueda ayudar a detener eso.
—Shin tiene una habilidad especial que nos podría ayudar para evitar que la AST pueda descartar a los Espíritus como un peligro para el mundo.
—Exacto. Mi hermano mayor, Shido tiene la habilidad de "sellar" el poder de un Espíritu si logra que desarrollen sentimientos humanos... si se enamoran de él. Por supuesto, esto requiere algo de tiempo y no es instantáneo.
—¿Ah?
Kamijou dejó escapar su voz al escuchar las palabras de Kotori y Reine.
—Espera, ¿en serio?
—Por supuesto.
—No, no me refiero a que tenga duda de que lo que me estas contando sea cierto, ya que si lo fuera tendría que ser una broma de mal gusto. ¡¿Qué clase de plan es ese?! ¡¿Usar a tu hermano como cupido mágico para evitar el apocalipsis?!
Kotori apretó su puño derecho con la intención de golpear a ese chico.
Reine cerró sus ojos al tener que ser la persona que explicara todo.
—Descubrimos su habilidad hace cinco años, durante el Gran Incendio de Tenguu. Fue entonces cuando nació Ratatoskr. Aunque había intenciones genuinas de proteger a los Espíritus, nadie estaba dispuesto a arriesgarlo todo sin una garantía. Shido fue esa garantía.
—Entonces, Reine-san... ¿todo esto fue planeado desde el principio?
—Sí. Teníamos claro que él debía formar parte desde el primer contacto.
Kotori intervino con firmeza:
—Es la única opción viable. Cualquier otro humano correría el riesgo de morir, o peor, provocar que un Espíritu pierda el control. El sellado es la única manera de proteger tanto a ellos como a nosotros. Incluso si tratáramos de llevarla, la energía "reiryoku" que emite pueden ser detectada como ondas espirituales ante cualquier perturbación.
—Maldición...
Kamijou masculló con frustración.
—Suena como si estuvieras diciendo que todo esto fue culpa mía... que tus planes se arruinaron por mi culpa.
Kotori guardó silencio un momento. Luego alzó la vista, con la mirada firme.
—Eso no importa ahora.
Hizo una pausa breve antes de continuar, bajando ligeramente el tono.
—Entonces… ¿qué piensas hacer ahora?
—¿A qué te refieres, Itsuka Kotori?
—Puede que no pueda corregir mi error de haber fallado en la misión de proteger a Princess. Pero sí puedo hacer algo ahora: proteger a quien fue capaz de tratarla como a un igual.
Sus ojos se suavizaron ligeramente.
—¿Qué dices? Puedo ofrecerte protección, en caso de que la AST intente hacerte algo.
—Lo pensaré.
Parte 7.
Esta era la sala principal de la aeronave Fraxinus.
—…Entonces, ¿qué opinas, María? ¿Crees que estuvo bien contarle sobre nuestra existencia?
—No creo que hubiera otra opción. Tarde o temprano, ese chico llamado Kamijou Touma se habría encontrado con esa verdad.
La voz provenía de todas las pantallas encendidas a su alrededor.
María, la inteligencia artificial a bordo de la aeronave Fraxinus, perteneciente a la organización Ratatoskr.
—Además, no creo que se trate de un simple estudiante de preparatoria como cualquier otro. De todos modos, recomiendo seguir observándolo de cerca. ¿Quién sabe lo que podría pasar de ahora en adelante? No querrás que se repita una tragedia como la del Espíritu "Princess", ¿verdad, Kotori?
Kotori no respondió de inmediato.
—Eso sería una coincidencia demasiado inverosímil…
—Encontrarse con un Espíritu y formar un vínculo también lo es, Kotori-san.
—Entendido, María.
Parte 8.
Era la sala de reuniones de la sede británica de Industrias DEM.
Dentro de esa sala, estaba un hombre alto de piel pálida de una apariencia de 30 años. Su cabello de color rubio cenizo y sus ojos negros que tienen una forma afilada miraba el informe que sostenía en su mano derecha.
Ese era el Director Ejecutivo Sir Isaac Ray Pelham Wescott que estaba sentado en su silla.
—¿Oh? Así que el espíritu Princess resultó ser asesinada. ¿Quién hubiera pensado que esos inútiles del AST hubieran conseguido tal hazaña?
—El único problema sería que no informaron nada de lo que realmente está buscando.
—El Séfira del Espíritu Princess.
Wescott dejó el portafolio que tenía en el escritorio y bebió su taza de café.
Frente a su mesa, estaba una mujer hermosa, de aspecto joven, con un cabello rubio nórdico claro, ojos morados, piel pálida y un cuerpo esbelto.
Ella era la secretaria Ellen Mira Mathers.
—El número diez del Árbol de la Vida de la Kabbalah: Malkuth.
—Veo que alguien ha repasado bien sus estudios mágicos.
Wescott comentó con una leve sonrisa.
La Kabbalah tenía el concepto del árbol Sephirot. Era un diagrama de 10 niveles que dividía las posiciones de los humanos, los ángeles y Dios. Y en ese árbol Sephirot, posición crucial de Dios no podía ser hallada.
Ain Soph Aur, Ain Soph, Ain.
—Entonces, ¿Por qué quieres esa sefirá?
Ellen preguntó.
—No es por menospreciarte, pero las habilidades de un mago nunca estarán al nivel de un Espíritu. Es cierto que hemos alcanzado un nivel donde el territorio y la unidad-CR nos haya dado la capacidad de enfrentar a un Espíritu, pero esto solo fue un tiro de buena suerte.
Wescott observó el archivo en su tableta después de dejar la taza de café en la mesa.
—Um... Este es la maga de la AST que acabó con el Espíritu Princess.
Tobiichi Origami. Miembro de la AST.
Edad: 16 años.
Altura: 152 cm. Fecha de nacimiento: 11 de noviembre. Medidas: B75 / W55 / H79.
Wescott leyó los datos con una sonrisa torcida dibujándose en sus labios.
—Una chica prodigio, con calificaciones perfectas, tanto físicas como académicas. Ha pasado un tiempo desde que encontré a una maga que haya sido capaz de matar a un Espíritu.
—Se refiere a la maga Adeptus 2.
—Correcto.
Westcott siguió viendo la tablet mientras hablaba.
—Fue una sobreviviente del incidente de hace cinco años en Tenguu. El caso del Espíritu "Efreet". Parece que el hogar donde vivía fue afectado por ese gran incendio.
Wescott entrecerró los ojos, su tono teñido de fascinación.
—¿Desea que sigamos vigilándola?
—No solo eso. Quiero saber si hubo alguna resonancia inusual en el momento en que el Espíritu fue asesinado. Algo que se haya separado de ella.
Ellen bajó la mirada levemente.
—¿El Séfira?
—Exacto —dijo Westcott, con una sonrisa calculadora—. Un Séfira sin dueño es como una joya sin caja fuerte. Si esa sefirá quedó libre, podríamos reclamarlo antes que nadie.
Wescott se levantó lentamente de su silla.
—Si capturamos un Séfira puro... incluso yo podría...
Se detuvo, como si la sola idea exigiera silencio.
Ellen lo observó con atención.
—...Convertirse en un Espíritu. Espera, no es suficiente con mi poder como mago.
—El territorio de un mago tiene como origen del estudio científico sobre el territorio de un Espíritu. Aunque nos haya dado la fuerza necesaria para confrontar un Espíritu nunca sería tan eficaz como el verdadero territorio del Primer Espíritu.
—Primer Espíritu.
Al escuchar eso, Ellen recordó.
—Ese es el Espíritu al que estás buscando.
—El sefirá es solo un fragmento del poder dividido del Primer Espíritu. Entonces, ¿Qué pasaría si todos esos fragmentos fueron reunidos en un solo individuo?
Wescott sonrió con una expresión que bordeaba lo siniestro.
—Obtendríamos la clave para reescribir este mundo, ¿lo recuerdas?
—Si. Un mundo para los magos.
—Pero no será tan sencillo con la existencia de Ratatoskr.
Ellen dijo con cierta molestia.
—Es cierto, pero tuvieron un mal inicio. Probablemente el comandante encargado haya sido un estúpido por permitir que tal cosa ocurriera. En este momento, Woodman estaría decepcionado por su desempeño.
—Woodman.
Ellen dejó escapar ese nombre.
Wescott notó la expresión de enojo de su compañera, y dijo.
—Me siento débil a tu lado, no soy tan talentoso como tú.
—…Eso lo compensa con su inteligencia, Ike-san.
Ellen levantó la mirada después de decir eso.
Wescott rió entre dientes.
—No lo dudo. Además, quisiera enviarles algún premio a los tontos de la AST.
—¿Desde cuándo el Director Ejecutivo de DEM reparte felicitaciones?
Ellen se ve sorprendida ante esa petición.
—Hasta a los tontos se les debe recompensar cuando hacen bien su trabajo.
"..."
Ese mismo día, en la base de operaciones del AST ubicada en la ciudad de Tenguu.
Mientras realizaba sus tareas rutinarias, Tobiichi Origami notó algo inusual. Varias de sus compañeras reían, conversaban e incluso parecía haber una fiesta improvisada. A pesar del ambiente festivo, todas seguían con sus uniformes reglamentarios.
La pregunta surgió en su mente: ¿Qué estaban celebrando?
—¡...!
Justo en ese instante, escuchó pasos apresurados a su izquierda. Giró la cabeza y vio a una joven rubia con gafas corriendo a toda velocidad.
Era Mildred F. Fujimura, oficial de preparación de la AST, apodada "Mily".
Cuando pasó frente a ella, Origami la detuvo con una mano al cuello del uniforme.
—¿¡Woah!? —exclamó Mily, soltando un chillido que sonó más como un maullido.
El busto de la chica de largo y despeinado cabello rubio notoriamente más prominente que el de Origami se sacudió por el brusco frenazo.
—¿¡Qué estás haciendo, Origami!? ¿¡Qué pasa si mi columna vertebral se dañó!?
—Tengo una pregunta, Mildred.
Con una camiseta negra sin mangas y una bata blanca echada descuidadamente sobre los hombros, su aspecto distaba mucho del de una soldado y se acercaba a la imagen de un mecánico mal vestido.
—Mily se siente muy herida por cómo Origami la trata… ¡Exijo una mejora en mi trato emocional!
—Entendido.
Origami respondió con su tono inexpresivo mientras soltaba su agarre.
Mily se masajeó el cuello y resopló antes de decir: —¿Y bien? ¿Qué pasa? Mily está muy ocupada, ¿sabes?
—¿Por qué llevas un sombrero? ¿Hay alguna celebración?
Mily abrió los ojos exageradamente, simulando sorpresa.
—Hmm… puede ser que sí.
Sin decir más, Origami apartó la vista y se dirigió hacia la sala de donde provenía el alboroto.
—¡Espera! ¡Mily dice que no deberías entrar!
—¿Hay algo que no quieres que vea?
Pero Origami ya había abierto la puerta.
En cuanto cruzó el umbral, todas las chicas del AST giraron a verla.
—¡Oh! ¡Es Tobiichi Origami!
—¡Así que decidió unirse a la fiesta!
La mirada de Origami se centró en la capitana Kusakabe Ryouko, quien alzó una copa de licor con una sonrisa sonrojada.
—¡Bienvenida! —saludó Kusakabe.
—Por favor, aleja eso, capitana.
Ryouko bajó la mirada a su copa y parpadeó.
—Oh, lo había olvidado. No te gusta el alcohol.
—¿Qué está ocurriendo aquí?
—¿No lo notas? ¡Es una fiesta!
—Hoy es un día laboral —insistió Origami, frunciendo apenas el ceño.
—Hehe, lo sé… pero el cuartel general nos acaba de aprobar un aumento de sueldo. Motivo suficiente para festejar, ¿no crees?
—Disculpa… Mily no pudo detener a la jefa —añadió Mily con una sonrisa incómoda.
Kusakabe dejó su copa en una bandeja cercana y se dirigió a Mily:
—Mildred, ¿podrías darnos un momento a solas?
—¿Eh? ¿Eh? ¡¿Mily está siendo exiliada?!
—Por favor. Me voy a enojar si no haces caso.
El cuerpo de Mily se estremeció. Aunque Kusakabe aún sonreía, algo en su rostro cambió. Su aura se volvió... peligrosa.
—Está bien... Mily se retira —dijo, retrocediendo rápidamente.
Kusakabe llevó a Origami a una sala contigua. Había un banco libre, así que le indicó:
—Vamos, siéntate.
—Sé que no me trajiste aquí solo para invitarme a beber.
—Ojalá fuera así —suspiró Kusakabe.
Origami se sentó a una distancia prudente.
—¿De qué quieres hablarme?
—Sobre Kamijou Touma. Recibí una notificación de los superiores.
—¿Una notificación?
Origami ladeó ligeramente la cabeza.
—Sí. Lo quieren a él. Quieren a Kamijou Touma.
—¿Qué piensa hacer?
—Ignorarla. Algo no encaja. Esa orden… no parece venir del alto mando. No es su estilo, ni siquiera en sus momentos más insensibles. Y además...
—¿Qué más?
—Quieren saber si Princess dejó algo… dentro de sí. Algún objeto.
—No vi nada. Respondí que no había tal cosa.
En ese momento, Tobiichi Origami comenzó a pensar en lo sucedido en ese día.
Ella misma fue quien eliminó al Espíritu Princess. Ese chico, Kamijou Touma, estuvo presente durante el incidente. Hubo un breve enfrentamiento entre ellos, el cual podría considerarse un abuso de poder por parte de ella. Sin embargo, notó algo extraño. En el momento en que lo golpeó, sintió como si su fuerza como maga hubiera desaparecido por un instante.
A pesar de eso, el chico fue sorprendido por un contraataque y reducido. La AST lo detuvo para interrogarlo, pero fue liberado poco tiempo después.
—Este día ha sido más tranquilo que muchos otros últimamente.
Origami solo asintió.
—Quiero que sigas observando a Kamijou. No quiero que lo involucren más de lo necesario.
—Eso parece lo más sensato. Pero... ¿está segura de que no hará algo estúpido ahora que conoce la existencia de los Espíritus?
—Sí. Y eso es precisamente lo que me preocupa.
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Facts.
- Imagine Breaker es un poder en su mano derecha que anula habilidades sobrenaturales (mágicas/científicas). Lo oculta de la AST para evitar que lo usen contra los Espíritus.
- Kamijou Touma conoce a una niña llamada Yoshino que tiene a una compañera como marioneta. Su nombre es Yoshinon.
- Después de una semana de ausencia, Kamijou vuelve a la preparatoria Raizen. Reine le pide una "cita", él acepta, pero sucede algo diferente. ¿Una niña?
- Durante la conversación con Murasame Reine y Itsuka Kotori, Kamijou obtiene mas información sobre las organizaciones secretas, la naturaleza de los Espíritus y así como el método de Ratatoskr para salvar a los Espíritus.
- Kamijou se culpa por interferir en los planes de Ratatoskr con Tohka. Kotori le ofrece protección contra la AST y otras organizaciones.
- Deus Ex Machina Industries entra en el juego. Westcott, el gerente general de esa corporación busca la sefirá de Tohka y reconoce el potencial de Tobiichi Origami al ser capaz de matar a un Espíritu comparándolo con Adeptus 2.
- Origami reconoce que Kamijou tiene una forma de eludir su territorio, pero no encuentra una razón de porque ocurre eso. Kusakabe Ryouko pide a Origami vigilar a Kamijou Touma para que no siga llamando la atención de la AST.