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Edge of Reckoning

Dios_9550
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Synopsis
En un mundo donde el tiempo ya no es una constante, sino un campo de batalla, Kael Riven , un Marca-Tiempo de Clase D, acepta una misión suicida: entrar en una zona prohibida y contactar con uno de los Cronóforos dormidos , seres místicos provenientes de dimensiones fuera del flujo temporal. Aunque nadie espera que sobreviva, Kael lo hace… pero al precio más alto: ha sido elegido . Algo dentro de él despierta, algo que ni siquiera los Cronóforos controlan — El Silencio , una fuerza primordial que le otorga la capacidad de ver y cortar los hilos invisibles del tiempo. Pero su nuevo poder viene con un costo. Cada uso lo aleja un poco más de la realidad, fragmentando su existencia y mostrándole visiones aterradoras de futuros que tal vez nunca deberían haberse visto. Mientras lucha por sobrevivir a un ataque de criaturas temporales junto a un equipo que no confía en él, Kael empieza a dudar: ¿Está salvando al mundo… o se está convirtiendo en su mayor amenaza?
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Chapter 1 - El Eclipse De Las Edades

La ciudad muerta respiraba. No con pulmones ni vida, sino con el paso errático del tiempo. Las ruinas se extendían bajo un cielo teñido de rojo, como si el universo mismo estuviera sangrando lentamente. Fragmentos de edificios aparecían y desaparecían entre destellos de luz azulada. Relojes rotos flotaban en el aire, girando sin sentido. El viento soplaba en ralentí.

Kael Riven caminaba solo entre los escombros, su figura recortada contra la niebla temporal. Llevaba un traje negro ajustado con marcas doradas — un símbolo de su rango D, aunque ya no sabía qué significaba eso realmente. Cada paso dejaba grietas en el suelo, como si el tiempo mismo reaccionara a su presencia.

"Dicen que no se puede matar al tiempo... pero yo ya he intentado hacerlo más veces de las que recuerdo."

Su voz resonó en su mente, fría, casi ausente de emoción. Pero bajo esa fachada helada, algo más latía. Un eco lejano de dolor. De pérdida. De nostalgia.

Se detuvo frente a lo que parecía ser una biblioteca abandonada. Las paredes habían sido consumidas por el paso errático del tiempo. Libros yacían esparcidos por el suelo, algunos intactos, otros simplemente desaparecidos. Kael tomó uno de los volúmenes que aún resistían. Su portada estaba cubierta de polvo y símbolos antiguos.

Al abrirlo, algunas páginas brillaron con una luz azul tenue, como si reconocieran su toque.

"Recuerdo detectado: conexión emocional fuerte. Posible memoria perdida."

La voz interior apareció sin aviso. Era parte del sistema, aunque él no sabía cómo había llegado a existir dentro de su cabeza. Ni siquiera estaba seguro de querer saberlo.

Cerró el libro con fuerza.

— No quiero recordar...

Pero el pasado no siempre permite ser ignorado.

De entre las sombras, una figura femenina emergió. Mira Lys. Su cabello largo y oscuro ondeaba con la brisa, y sus ojos reflejaban preocupación. Vestía una chaqueta verde militar y llevaba una mochila pequeña cargada con herramientas de investigación.

— Kael... ¿eres tú?

Él no se sorprendió. Solo levantó la vista, como si ya hubiera previsto su llegada.

— ¿Qué haces aquí?

— Te vi entrar en ese lugar — respondió ella, acercándose con cautela. — Sabía que algo iba mal.

Kael bajó la mirada hacia su brazo izquierdo, donde una cicatriz profunda marcaba su piel.

— ¿Sabes por qué soy Clase D?

Mira cruzó los brazos, firme.

— Porque nadie confía en ti.

Kael sonrió con amargura.

— No. Es porque no soy humano. O al menos… eso dicen.

Ella lo observó con atención, tratando de encontrar alguna señal de broma en sus palabras. No la había.

— Cuando era niño, entré en un Portal prohibido. Solo salí porque alguien me salvó. Pero esa persona… dejó algo dentro de mí. Algo que ahora controla mi vida.

Un silencio incómodo llenó el aire. Kael miró al horizonte, como si pudiera ver más allá del presente.

— Me dijeron que no debía nacer. Que no debería existir. Y aun así… estoy aquí.

Mira dio un paso adelante, suavizando su expresión.

— Entonces prueba que puedes seguir siendo real.

Kael la miró. Por primera vez en mucho tiempo, sintió algo distinto al vacío.

— Real… — repitió, como si fuera una palabra extranjera. — Tal vez ya no sé lo que significa.

En ese instante, el ambiente cambió. El aire se tensó, las luces parpadeantes titilaron violentamente, y una grieta temporal se abrió a lo lejos, liberando una energía pulsante.

Kael apretó los dientes.

— Esto no debería estar pasando. El tiempo está inestable.

— ¿Qué significa eso? — preguntó Mira, alerta.

Kael se puso en guardia.

— Significa que algo grande está a punto de romperse… y probablemente nos arrastrará con él.

Como si confirmaran sus palabras, una criatura temporal surgió de la oscuridad. Pequeña, pero radiante de energía pura. Se movía como si existiera en múltiples momentos al mismo tiempo.

Kael la observó con frialdad.

— Ese no es un monstruo común. Es parte de algo más grande.

Mira lo miró, lista para actuar.

— ¿Qué hacemos?

Kael respiró profundamente.

— Primero, descubrimos quién eres tú. Segundo, sobrevivimos.

Y sin esperar respuesta, avanzó hacia la criatura. Una nueva luz brilló en sus ojos.

Una luz que no era completamente humana.

 La criatura surgió de entre las sombras con un rugido silencioso, como si el tiempo mismo se quebrara al moverse. Era pequeña, apenas del tamaño de un humano adulto, pero irradiaba energía pura. Sus ojos brillaban con múltiples reflejos, como espejos rotos que mostraran mil versiones de sí mismos. Se movía como si no estuviera completamente en este momento.

Kael no retrocedió.

Se quedó quieto, con los brazos caídos a los lados, mirando fijamente al ser. Su respiración era calmada, pero sus pupilas brillaron con un destello blanco. En ese instante, vio lo que nadie más podía: la criatura existía en múltiples líneas temporales, apareciendo y desapareciendo entre posibles realidades.

Mira dio un paso atrás.

— ¿Qué demonios es eso?

Kael no respondió. No podía hacerlo sin perder concentración. Algo dentro de él se activó… algo antiguo, algo que no sabía que poseía hasta ese momento.

"Arma detectada: 'Daga de Realidad'"

"Estado: Inestable"

"¿Activar? [Sí] / [No]"

Una voz interior resonó en su mente. No era suya. Ni tampoco del sistema. Era algo más profundo. Más primordial.

Él no dudó.

— Sí.

En un parpadeo, una daga apareció en su mano derecha. No era metálica, ni física en el sentido tradicional. Parecía hecha de fragmentos de espacio roto, de espejos fracturados por donde se filtraba algo oscuro y poderoso. Cada vez que la movía, el aire a su alrededor se retorcía. El mundo parecía dudar de sí mismo.

Mira lo observó con los ojos muy abiertos.

— ¿Qué es esa cosa?

Kael no apartó la vista de el monstruo.

— No lo sé. Pero me pertenece.

La criatura lanzó un ataque, veloz como un relámpago. Kael no se movió. Solo levantó la daga. La hoja atravesó el aire y, de alguna forma imposible, también atravesó la realidad de la criatura.

La bestia chilló.

No de dolor. De confusión. Porque, por un instante, dejó de existir.

Sus formas se superpusieron. Una imagen mostraba a la criatura viva. Otra la mostraba muerta. Otra la mostraba nunca nacida. Y otra… simplemente borrada.

Kael aprovechó ese segundo de vacilación existencial.

Movió la daga en un arco amplio. No cortó piel ni hueso. Cortó la coherencia de la criatura en este plano . Con cada movimiento, la bestia se distorsionaba, como un reflejo en un espejo roto.

Finalmente, Kael extendió la palma de su mano izquierda hacia la criatura. La daga brilló con intensidad. El aire vibró. El suelo se agrietó bajo ellos.

— Esto no es un corte — murmuró Kael, con voz baja, casi reverente. — Es una decisión.

Y con un último movimiento, clavó la daga directamente en el pecho de la criatura.

El impacto no fue físico. Fue conceptual.

La criatura se detuvo. Sus ojos se abrieron de par en par. Su cuerpo comenzó a desvanecerse, no en sangre ni carne, sino en posibilidades anuladas . Como si ya no tuviera derecho a estar allí.

Con un sonido hueco, como el de una puerta cerrándose en otro universo, la criatura desapareció. No murió. Simplemente… dejó de ser.

El silencio llenó el ambiente.

Mira lo observaba como si fuera la primera vez que lo veía de verdad.

— ¿Qué hiciste?

Kael bajó la daga. Esta aún brillaba, pero ya no tanto. Como si hubiera gastado parte de su esencia en el ataque.

— No la maté — dijo él, con voz tensa. — Le negué su lugar en esta realidad.

Mira tragó saliva.

— ¿Cómo?

Kael guardó la daga en un compartimento oculto en su brazo izquierdo. El metal se fundió con su traje, como si fuera parte de él.

— No soy un guerrero normal. Soy un rompecabezas andante. Y esta daga… es la respuesta equivocada a la pregunta correcta.

Mira lo miró, con una mezcla de admiración y temor.

— ¿Qué quieres decir?

Kael caminó hacia ella, lentamente. Sus ojos brillaban con un tono grisáceo, como si el arma hubiera absorbido parte de su humanidad.

— Quiere decir que no estoy aquí para ganar batallas. Estoy aquí para cambiarlas.

Mira lo siguió mientras el eco del combate aún flotaba en el aire.

— ¿Desde cuándo tienes esa arma?

Kael no respondió de inmediato. Pasó la mano por el lugar donde había estado la daga. Aún sentía el peso de lo que acababa de hacer.

— No la tengo desde siempre — dijo finalmente. — Ella me tiene a mí.

Mira frunció el ceño.

— Eso no tiene sentido.

— Lo tendrá… algún día.

Mira lo tomó del brazo, obligándolo a detenerse.

— Kael, dime la verdad. ¿Esa cosa te controla?

Él la miró fijamente. No había ira, ni arrogancia. Solo cansancio.

— No lo sé. Pero no importa. Si no la uso yo, alguien más lo hará. Y no será tan misericordioso como yo.

— ¿Misericordioso? — repitió Mira. — Acabaste con algo que ni siquiera entiendes. No parece tener mucho de misericordia.

Kael cerró los ojos. Cuando los abrió, había un brillo diferente. No de poder. De duda.

— No le quité la vida. Le quité la certeza de existir. Es peor que matarla.

— ¿Por qué?

— Porque cuando ya no sabes si existes… empiezas a preguntarte si alguna vez lo hiciste.

Mira lo soltó. No supo qué decir.

— ¿Te está cambiando?

Kael sonrió, pero no había alegría en ello.

— Ya no soy quien era. No sé quién soy ahora. Solo sé que si no la uso… moriremos todos.

( Descripción de la Daga de Realidad Nombre: Daga de Realidad Origen: Desconocido. Podría haber sido creada por el Silencio, o tal vez haya existido antes incluso que el propio tiempo .Función: Distorsiona la percepción de la existencia del oponente. No mata… lo hace dejar de ser real .Limitaciones: Cada uso altera la propia percepción de Kael sobre su existencia. Puede borrar partes de su memoria, su cuerpo o su identidad. Apariencia: Fragmentos de espacio-tiempo incrustados en una empuñadura negra. Brilla con colores cambiantes, como un espejo roto).

 El combate había terminado, pero Kael no se sentía victorioso. Se sentía… incompleto.

Mira lo observaba con preocupación, como si pudiera ver el precio que había pagado por usar aquella arma.

— ¿Vas a seguir así? — preguntó ella. — ¿Usando cosas que no entiendes?

Kael guardó silencio por un largo momento. Luego, murmuró:

— No tengo elección. No puedo huir de esto. No cuando siento que hay algo… llamándome.

— ¿Algo?

Él asintió.

— Algo que no debería existir. Y que, aun así, me espera.

Mira tragó saliva.

— ¿Dónde?

Kael no necesitó responder. Los dos lo sabían.

— En el bunker — dijo ella, con voz baja.

Kael asintió.

— Tengo que ir. No porque me paguen. No por órdenes. Sino porque… me reconoce .

Mira lo miró como si fuera la última vez que lo vería tal como era.

— ¿Y si no regresas?

Kael la miró fijamente. No había arrogancia en sus palabras, ni falsa bravuconería. Solo certeza.

— Entonces, probablemente no era yo quien debía hacerlo.

Sin esperar respuesta, Kael se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia el vehículo blindado que los llevaría al bunker. El cielo estaba rojo. Las grietas en el suelo seguían brillando. Y en algún lugar, detrás de esa puerta sellada, algo lo esperaba.

Algo que sabía su nombre.