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Chapter 6 - Chapter 6: "Heirs of the Sky... The Weight of a Legacy's Wings"

El sol descendió con majestuosa lentitud sobre el horizonte, tiñendo el cielo de intensos tonos escarlata y dorado. Sus últimos rayos bañaron los tejados de la ciudad, proyectando largas y estilizadas sombras sobre las calles pavimentadas.

La luz se filtraba a través de las torres de la «Catedral Central», envolviendo sus blancos muros en un resplandor etéreo, como si la propia piedra absorbiera el calor del día antes de rendirse a la noche. «Las ventanas reflejaban el resplandor abrasador», creando una danza de luz que se mecía con la brisa vespertina.

La ciudad de abajo 'preparada para el descanso vespertino':

Los mercaderes plegaban sus toldos con movimientos rituales, guardando pergaminos y herramientas con la calma de quienes saben que mañana será otro día.

Los hornos de panadería exhalaron sus últimos vapores, 'perfumando los rincones con notas de masa crujiente y canela'.

Los transeúntes repetían rutinas familiares: algunos compartían murmullos íntimos, otros aceleraban el paso hacia la comodidad del hogar.

Las farolas de la calle parpadeaban una tras otra formando un camino luminoso que preparaba la ciudad para su transición nocturna, trazando estelas doradas sobre las aceras.

Un niño señaló al cielo, con la boca abierta en un silencioso "¡Oh!". "Ni la rutina ni los años pudieron disminuir su asombro" cada vez que aparecían...

Entonces, 'llegó el sonido'.

**VWOOOOM—**

**VWOOOOM—**

Primero, un zumbido bajo y constante, casi como un susurro vibrante.

**HUUUMMMM—**

**HUUUMMMM—**

Luego, un 'crepitar de energía contenida', como el murmullo de un trueno lejano.

El sonido era "tan predecible como el tañido del reloj de la plaza": un bajo continuo que vibraba a través de los adoquines, "apenas perceptible" para aquellos que no prestaban atención.

En el mercado, los vendedores seguían envolviendo sus mercancías.

En la taberna, los clientes miraban brevemente hacia el cielo "por puro reflejo" antes de volver a sus cervezas.

Eran como golondrinas al anochecer:

Dos siluetas negras cruzando el cielo escarlata,

sus alas reflejando el último destello del sol.

Y allí, surgiendo de los tonos ardientes del crepúsculo, 'dos ​​mecadragones descendieron en perfecta sincronía'.

Desde abajo, sus siluetas parecían enormes, proyectadas contra el cielo carmesí como "gigantes dormidos que despertaban de su viaje".

**Wshhhhhh**

**Wshhhhhh**

'El aire a su alrededor fluctuaba', perturbado por la fuerza de los propulsores de fusión adaptativos que sostenían su trayectoria.

'Cada maniobra fue impecable', sus movimientos controlados con tanta precisión que parecía una coreografía aérea diseñada para la gravedad de Underworld.

Las luces de navegación parpadearon, marcando puntos clave en el espacio aéreo mientras se acercaban a la Catedral Central.

Las unidades tenían una forma aerodinámica y agresiva, con cascos reforzados capaces de soportar presiones y temperaturas extremas. Sus alas extendidas no eran meramente decorativas, sino sistemas de energía altamente sofisticados que se adaptaban a las corrientes de aire y la gravedad ambiental.

Cada nave estaba equipada con «motores de fusión adaptativos», diseñados para cambiar sin problemas entre «vuelo atmosférico y viaje espacial».

**Chk-vmmm**

**Chk-vmmm**

Durante el descenso, la energía de los propulsores "vibraba con un intenso brillo azul", como un pulso de vida que ajustaba la velocidad.

Las torretas de defensa descansaban bajo el casco, con sus cañones retráctiles listos para cualquier amenaza. Los módulos de fuego de plasma y los proyectiles de precisión garantizaban que no fueran simples transportes, sino unidades de combate táctico.

Dentro de la cabina, la tenue luz del crepúsculo se filtraba a través de las ventanas reforzadas, proyectando reflejos dorados sobre las pantallas táctiles y los controles mecánicos. Cada ajuste manual se traducía en respuestas precisas, sincronizadas con la presión del aire y la estabilidad del casco.

**VVVMMmmm…**

El profundo rugido de los motores de fusión vibraba a través de la estructura de la nave, irradiando energía contenida. Las placas blindadas absorbían cada fluctuación, regulando la presión atmosférica interna con absoluta precisión.

Los trajes de vuelo Blue Rose abrazaron sus cuerpos exactamente, equilibrando protección y flexibilidad para maniobras extremas.

Ante los monitores de cristal reforzado, Lyrielle Arabel (Rosa Azul 53) mantenía una postura impecable, con su mirada gris acero fija en los cálculos del panel de control. A través del visor opaco de su casco, su expresión severa reflejaba una concentración absoluta. El tinte del visor no era completamente oscuro, lo que permitía vislumbrar su rostro bajo la luz de la cabina desde ciertos ángulos.

Su traje azul marino con detalles blancos, reforzado con placas cinéticas ligeras, se ajustaba a la perfección a su figura, eliminando cualquier interferencia. Las marcas de identificación de sus guantes contrastaban con el brillo de los indicadores de presión al deslizar los dedos por los interruptores de ajuste. El arnés, firmemente ajustado, mantenía su posición estable, asegurando una sincronización perfecta con el asiento gravitacional.

**VVVMMmmm…**

A su lado, en la nave gemela, 'Vaelinne Schtrinen (Blue Rose 54)' operaba las 'palancas del acelerador y del estabilizador' con movimientos ágiles, casi descuidados, pero perfectamente calculados.

Su traje rojo intenso con sutiles líneas blancas en los brazos y el torso resaltaba bajo la tenue luz de la cabina. El reflejo del atardecer en las superficies metálicas de su uniforme amplificaba su presencia, irradiando una energía inconfundible.

"El peso de su casco opaco descansaba sobre sus hombros", su visera translúcida revelaba su expresión cuando se la miraba de frente.

Sus ojos rojos, agudos y brillantes, delataban la emoción del vuelo, un fuego interior que ardía más intensamente con cada maniobra.

Sus guantes tácticos, reforzados para controles de alta presión, respondieron impecablemente a cada ajuste mecánico. «El arnés se ajustó firmemente sobre su traje», otorgándole estabilidad sin restringir su movimiento.

Las 'frecuencias de enlace' entre los mecadragones fluían claramente a través de los cascos, bloqueando todo ruido externo.

-"Sincronización perfecta, como siempre... Pero dime, ¿no sería más emocionante si aceleráramos un poco antes de aterrizar?"

La voz de Vaelinne era casual pero desafiante mientras ajustaba su trayectoria.

Sus palabras resonaron a través del canal privado del casco, filtradas por el sistema de comunicaciones de los mecadragones con una claridad impecable.

—No estamos aquí para jugar, Vaelinne. Mantén la estabilidad.

Lyrielle respondió sin apartar la vista del panel táctil, con un tono firme e inflexible.

La transmisión entre sus cascos no tenía retrasos, cada palabra resonaba con precisión milimétrica en el canal privado.

Una señal iluminó los monitores, iniciando el protocolo de autorización de descenso.

La voz de la Atalaya irrumpió en el canal, formal y precisa:

[-"Aquí 'Atalaya 17' de la Catedral Central. Identidad confirmada. 'Blue Rose 53 y Blue Rose 54, autorización de descenso en trámite'. Mantenga la altitud y reduzca la velocidad."]

Lyrielle activó el canal de respuesta sin demora, con un tono controlado y profesional.

[-"Aquí 'Blue Rose 53', aproximándose. Velocidad reducida. Esperando confirmación final."]

Vaelinne puso los ojos en blanco con una leve sonrisa, pero activó su propio canal sin desviarse del protocolo. Su tono relajado transmitía esa chispa desafiante siempre presente.

[-"Blue Rose 54 aquí. Todo bajo control... aunque podríamos hacerlo más emocionante con un poco más de empuje."]

[-"..."]

La Watchtower, acostumbrada a sus comentarios, los ignoró con su frialdad habitual.

—Bueno, ya entendí... Manteniendo también la velocidad reducida. A la espera de la confirmación final.

Vaelinne dejó escapar una breve risa, disfrutando el momento.

"Al volver al canal privado", Vaelinne recuperó su actitud relajada, como si el vuelo fuera poco más que un paseo nocturno.

—Vamos. ¿Qué pasó con esa pequeña parte de ti que a veces disfrutaba rompiendo las reglas?

Vaelinne se lo recordó con un toque juguetón en su voz.

El sistema de audio captó el matiz burlón en su tono, transmitiéndolo fielmente a través de la conexión de los mecadragones.

Lyrielle mantuvo su expresión firme, pero un brillo sutil en sus ojos mostró que no era completamente inmune al comentario.

Lyrielle respondió con calma mesurada:

Romper las reglas y caer en la imprudencia son cosas diferentes. No confundas los términos.

Vaelinne sonrió, pasando un dedo por el panel como si estuviera considerando seriamente cambiar la velocidad solo para probarla, pero se contuvo.

Luego, en tono relajado pero con mirada penetrante, dijo:

[-"Entonces sigamos con nuestra trayectoria perfecta, Señorita Precisión Absoluta."]

Las luces de la cabina se reflejaban en sus visores opacos, creando destellos en los tonos plateados de Lyrielle y rojos de Vaelinne.

[-"Jaja."]

Lyrielle dio un ligero suspiro, manteniendo la mirada en el horizonte mientras continuaba:

-"Algún día, tu impulsividad te hará estrellarte, Vaelinne."

Vaelinne arqueó una ceja ante el comentario de su pareja y, con una sonrisa desafiante y un tono seguro, dijo:

["Si eso sucede, caeré estrepitosamente."]

Lyrielle negó levemente con la cabeza, pero no discutió más. Sabía que intentar cambiar la mentalidad de Vaelinne era una causa perdida.

[-"Y tendré que ser yo quien te saque de los escombros, ¿no?"]

Lyrielle no pudo evitar decirlo en un tono neutral pero ligeramente exasperado.

Vaelinne fingió considerarlo, inclinando la cabeza hacia un lado, luego con un tono juguetón y una risa breve, dijo con más confianza:

["Lo harías de todos modos, ¿no?"]

**Ksssshhhh***

El sistema de comunicación ajustó ligeramente la frecuencia, sintonizando la transmisión con una leve estática en el canal del casco.

Por un momento, Lyrielle no respondió.

**Ffshh—vvMMM—rrMM...**

El suave sonido de los propulsores llenó el espacio entre ellos, el murmullo de los motores de fusión pulsando en el aire, marcando el ritmo de su descenso.

Finalmente, Lyrielle se permitió una leve sonrisa y, con su calma mesurada y un raro toque de sinceridad abierta, dijo:

[—Sí. Lo haría.]

Vaelinne, al escuchar su honestidad, respondió en voz baja, con un leve brillo en sus ojos, su voz clara en el canal de enlace del vuelo privado.

[-"Sabía que lo harías."]

El silencio entre ellos duró apenas unos segundos, pero en ese instante, el zumbido del motor inundó la cabina con su ritmo constante. Mientras esperaban la autorización para aterrizar, Vaelinne alzó la vista, fijando su mirada en la cresta del reino que se alzaba imponente en la distancia, iluminada por el crepúsculo.

El escudo del reino proyectaba una presencia imponente, y su estructura reflejaba la historia y el legado de generaciones pasadas. En el centro, dos espadas de una sola mano, dispuestas en paralelo, con largas hojas pulidas, contrastaban a la perfección: una de un negro intenso, como acero forjado en la sombra, y la otra de un azul vibrante, que evocaba la luz y la energía de las antiguas fuerzas que protegían a la nación.

El marco del escudo, adornado con grabados geométricos y símbolos arcanos, revelaba vestigios de su legado. En la cima, una luna creciente inscrita en un círculo se alzaba como emblema de protección; su tenue silueta recordaba que el reino jamás quedaría desatendido.

Era más que un escudo: era la representación del 'equilibrio, el poder y la resiliencia', un símbolo del ex líder que conocieron desde la infancia.

[-"Tuvimos un terrible modelo a seguir, ¿no?"]

Vaelinne finalmente habló, con un tono burlón, pero con una inflexión apenas perceptible que delataba pensamientos más profundos. **Apartó la mirada de la cresta**, fingiendo indiferencia aunque el peso de los recuerdos flotaba en el aire.

[-"Sí... Lo hicimos."]

Lyrielle no necesitó pensar para entender a quién se refería. «Las marcas que dejó en ellos fueron imborrables», no solo como el visionario que trajo la revolución tecnológica al reino, sino como persona... como un amigo cercano. «No era solo su antiguo líder; era alguien que había estado en sus vidas de maneras que trascendían órdenes y títulos».

[-"¿Crees que lo volveremos a ver algún día?"]

Vaelinne continuó, su tono ahora contenía una melancolía no disimulada.

Lyrielle cerró los ojos brevemente, exhalando con un dejo de resignación.

[-"Vaelinne, hemos tenido esta conversación más veces de las que puedo contar."]

Su tono era cansado, pero "no había impaciencia en su voz", sólo el cansancio de una pregunta que nunca tuvo respuesta... y comprensión de los sentimientos de su pareja.

**Ksssshhhh...**

El sistema de comunicaciones ajustó ligeramente la frecuencia antes de que la voz firme de la Watchtower interrumpiera la conversación.

[-"Aquí 'Atalaya 17' de la Catedral Central. 'Blue Rose 53 y Blue Rose 54', permiso de aterrizaje concedido. Diríjanse a las 'Plataformas 6 y 7' en el piso 96. 'Mantengan la formación y sigan las balizas de aproximación'. Descenso autorizado en 30 segundos."]

El instante se rompió como una burbuja de cristal. Lyrielle volvió su atención al panel de control sin dudarlo, mientras Vaelinne exhaló un breve suspiro y volvió la mirada hacia adelante.

—Continuaremos esta conversación más tarde, Vaelinne. Concéntrate en aterrizar.

Lyrielle deslizó sus dedos por el panel, cambiando del canal privado al de la Atalaya.

["Blue Rose 53, afirmativo. Ajustando rumbo. Iniciando descenso a la Plataforma 6."]

Vaelinne hizo lo mismo, ajustando la presión del propulsor con precisión antes de responder.

["Blue Rose 54, recibido. Bajando al andén 7."]

El sonido del motor cambió sutilmente, marcando la transición a las maniobras de aterrizaje.

Las naves continuaron su descenso en perfecta alineación, como si su sincronización fuera algo más que habilidad técnica... como si estuviera escrito en cada decisión que compartían.

**Fffshhh—vvMMM—rrMMM...**

**Fffshhh—vvMMM—rrMMM...**

El 'aire vibró' bajo la presión del propulsor, formando un pulso rítmico que marcó su descenso.

Los **estabilizadores ajustan la resistencia**, absorbiendo las fluctuaciones de la gravedad con cada metro recorrido.

Desde su posición, la Catedral iluminaba el horizonte crepuscular, sus plataformas listas para recibirlos, las luces de baliza destellaban un código de bienvenida.

**Pip-pip-pip-pip...**

Las luces de navegación parpadearon en secuencia rápida, reflejándose en las viseras de ambos pilotos.

**Shhh—fffkk—vvMMM...**

**Shhh—fffkk—vvMMM...**

La 'frecuencia de los sensores' emitió un leve zumbido, calibrando su aproximación con precisión matemática.

Las dos naves descendieron sincronizadas, los propulsores se ajustaron con perfecta coordinación antes de hacer contacto.

**RMM—shhh—Kttkk...**

**RMM—shhh—Kttkk...**

Los 'propulsores reducidos a una vibración profunda', disminuyendo la potencia antes del impacto suave.

**¡THOOM!**

**¡THOOM!**

Un 'golpe contenido' resonó en la plataforma cuando los amortiguadores se activaron, disipando la energía del aterrizaje.

**Ksssshh…**

**Ksssshh…**

El 'eco del ajuste hidráulico' resonó con un silbido controlado, asegurando la estabilidad de la estructura metálica.

[-"Blue Rose 53 y 54, aterrizaje completado. Bienvenidos de nuevo."]

La Atalaya 17 cerró la comunicación, permitiendo que el sonido del vuelo se disipara.

Vaelinne sonrió mientras se estiraba, dejando que sus manos cayeran sobre los controles con satisfacción.

—Bueno… eso fue fácil. Aunque la próxima vez podríamos improvisar un poco.

Su tono juguetón volvió a colorear el canal privado.

["Jajajaja..."]

Lyrielle dejó escapar un ligero suspiro, manteniendo su mirada en los monitores.

Una leve sonrisa apareció en su rostro cuando las luces de la cabina reflejaron el final de la maniobra.

(*****)

El vestuario del hangar estaba iluminado con una luz tenue, diseñada para reducir el impacto visual tras largos periodos de exposición a paneles táctiles y pantallas de navegación. El ambiente era cálido, con una ligera vibración en el suelo, que recordaba al pulso residual de los motores del Mecadragón.

Los compartimentos reforzados emitieron un sonido mecánico al abrirse, liberando el espacio donde se guardarían los trajes de vuelo. El aire estaba cargado con la fatiga de quienes regresaban de una larga misión. La tenue luz deslizó su resplandor sobre las curvas de los trajes de vuelo, revelando siluetas esculpidas por el paso del tiempo.

**Psssht—chhk—**

Lyrielle 'deslizó sus guantes tácticos sobre el panel de desbloqueo'.

La taquilla se abrió bajo sus dedos precisos. Lyrielle se quitó el casco con un movimiento fluido, dejando que su cabello castaño claro cayera en ondas rebeldes sobre sus hombros. La visera opaca le había dejado una leve marca rosada en la frente, que se masajeó con dos dedos mientras el traje azul comenzaba a descomprimirse.

"El material se desprendió de su piel como una segunda dermis", revelando:

'La línea definida de su cintura', estrecha pero poderosa, marcada por años de maniobras abruptas en gravedad cero.

'Sus largas piernas', todavía tensas por las horas que pasaron agachadas en la cabina, ahora se estiran con un suspiro casi inaudible.

'El escote de su ropa interior táctica' dejaba al descubierto un triángulo de piel pálida, ligeramente enrojecida por la presión del traje.

-"Bueno, esa fue una entrada impecable..."

Vaelinne murmuró detrás de ella.

Vaelinne rompió el silencio, su voz aún marcada por la energía del vuelo, pero con un tono más personal ahora que estaban fuera de los protocolos oficiales.

Lyrielle no se giró, pero sus 'finos labios se curvaron levemente' mientras guardaba el casco, un gesto tan discreto como inevitable.

-"Siempre lo es…"

Su respuesta fue neutral, pero había un tono de certeza en sus palabras mientras sus 'manos de dedos largos' ajustaban la hebilla de su cinturón, enfatizando la 'curva de sus caderas' mientras se movía.

Vaelinne se quitó el casco con un gesto decidido, sacudiendo su melena carmesí, que estalló en un glorioso caos al liberarse de la presión del vuelo. Su expresión era relajada, como si ese gesto marcara el verdadero fin de la misión.

—¡Uf! No hay nada como quitárselo después de seis horas…

Ella gruñó, estirando los brazos hacia el techo, disfrutando la sensación de libertad.

El traje rojo se desprendió de su torso como si luchara por contenerla, revelando:

La tensión de sus abdominales definidos, visible incluso bajo la capa de sudor que brillaba en la tenue luz.

El arco de su espalda, donde los músculos se delineaban debajo de su piel.

Sus brazos esculpidos, que al flexionarlos hacían resaltar sus curvas frontales en un espectáculo que nadie más podía admirar.

Se apoyó en los casilleros, cruzando los brazos para acentuar el volumen de su pecho debajo de la cómoda tela.

-Aunque hubiera sido más divertido si hubiéramos probado esos nuevos propulsores en la estratosfera, ¿no?

Lyrielle finalmente la miró, sus ojos gris plateado recorrieron el cuerpo sudoroso de Vaelinne con desaprobación profesional.

—Eso habría incinerado los motores. Y a nosotros…

Vaelinne se rió.

Dejó que su cabeza cayera hacia atrás, dejando al descubierto la longitud de su cuello.

'El sudor corría como un rastro plateado antes de desaparecer en su escote.'

-"Valdría la pena sólo por ver esa mirada de 'te lo dije' en tu cara, Lyrielle."

-"..."

Lyrielle simplemente ignoró ese comentario.

El vestuario vibró ligeramente.

El eco residual de los motores apagándose en el hangar resonó en el espacio.

Lyrielle se bajó la cremallera de la parte superior del traje.

Revelando más de esa piel de porcelana lunar mientras sacaba el informe de la misión que había redactado en su tableta personal.

—El informe de la administración está listo. Cultivos estables, pero necesitan semillas más resistentes a la radiación o más filtros protectores...

Vaelinne se inclinó hacia delante.

Apoyó las palmas de las manos sobre sus firmes muslos para leer por encima del hombro.

—¡Esos ineptos del Ministerio de Abastecimiento se olvidaron otra vez de los filtros! ¿Acaso creen que Admina es un jardín de flores?

El calor de su aliento rozó la piel desnuda de Lyrielle.

-"No es que se les haya olvidado…"

Lyrielle ajustó la pantalla del informe con sus largos dedos.

Los datos de radiación brillaron en amarillo neutro.

—Es una decisión calculada. Gestionan los recursos como si Admina fuera una cartera de inversiones, no un prometedor planeta fronterizo.

Las proyecciones holográficas tiñeron su rostro de azul eléctrico.

Acentuaron la tensión en su mandíbula.

Sus párpados se fruncieron ligeramente mientras analizaba las cifras.

-"Priorizan este planeta sobre otro cuyo futuro desconocen…"

Su voz era más profunda de lo habitual.

Parecía que las palabras habían desgastado su compostura habitual.

Para ellos, arriesgar más significaría perder lo que consideran una 'apuesta estratégica'".

Su mano izquierda, la misma que ajustaba sistemas críticos en combate con precisión quirúrgica, se levantó en un gesto inusual.

Un mechón rebelde de cabello castaño dorado había escapado a su rigurosa orden.

Lyrielle se lo metió detrás de la oreja con un movimiento casi frenético.

Vaelinne se dio cuenta.

Sus ojos rojos, normalmente intensos, se suavizaron por un momento.

Ella conocía cada uno de sus rituales, cada mecanismo de control.

Ella sonrió.

No era su sonrisa habitual, la que desafía las reglas y las jerarquías.

Esta vez, sus labios se curvaron con una comprensión íntima.

Ella no dijo nada.

No fue necesario

Lyrielle cerró su tableta personal con un *clic* audible.

- "Bueno, ¿qué tal si dejamos de lado los datos de la misión por un momento y nos damos un merecido baño los dos?"

Vaelinne dio un paso atrás con un movimiento fluido, mientras sus dedos trabajaban en los cierres laterales de sus pantalones cortos tácticos.

La tela cedió con un sutil *clic*, revelando la línea definida de sus caderas antes de caer al suelo.

-"Si seguimos así no terminaremos de sacar todo este sudor y suciedad de la misión."

Ella pisó descuidadamente la prenda mientras se dirigía al baño.

Se quitó los calcetines refrescantes hasta la rodilla con los dedos de los pies, dejándolos abandonados cerca de los casilleros.

Con un movimiento ágil, pisó el dobladillo de su top táctico para quitárselo sin usar las manos.

La prenda voló en un arco hacia un banco pero se deslizó al suelo.

Lyrielle observó el desorden con el ceño ligeramente arqueado.

—Está bien. Eso sería lo más apropiado.

Ella no tenía prisa

Sus manos deslizaron la cremallera restante de su traje con la misma precisión que usaba al calibrar los motores del mecadragón.

La tela se deslizó por sus largas piernas y se acumuló en el suelo como un lago azul a sus pies.

Debajo del traje, su camiseta táctica de compresión aún se aferraba a su torso, liberando la marca rosada que el arnés había dejado entre sus pechos.

- "No vamos a continuar con esto por ahora, Vaelinne."

Dobló el traje cuidadosamente antes de guardarlo.

Sus largos dedos atraparon el borde de su top táctico.

Ella lo desabrochó lentamente y lo colocó en el cesto de la ropa sucia junto con los pantalones cortos.

Vaelinne siguió adelante sin mirar atrás.

Dejó un rastro de desorden a su paso hacia la zona de baño.

Ella silbó una melodía entre dientes.

Lyrielle suspiró.

Un destello de afecto cruzó sus ojos plateados.

Recogió cada prenda de ropa del suelo, sacudiendo el polvo imaginario antes de doblarlas meticulosamente.

Ella alisó la toalla que Vaelinne había dejado arrugada.

"Algún día tendrás que aprender a ser menos…tú."

Murmuró, sabiendo que Vaelinne ya no estaba escuchando.

Una vez que Lyrielle terminó de ordenar todo y se sintió satisfecha, comenzó a caminar hacia el baño privado del vestuario de mujeres.

Este baño era un onsen un poco más grande que los vestuarios, y había sido encargado por el antiguo líder del reino, ya que consideraba que era más cómodo y fácil para los pilotos del mecadragón que tener que ir al 'piso 90 de la Catedral Central' donde había uno más grande.

La zona de baño era un espacio abierto de piedra volcánica pulida, diseñado con tecnología avanzada para simular un entorno natural en lo alto de la Catedral.

Las aguas termales emanaban un tono turquesa, enriquecido con minerales regenerativos que ayudaban a aliviar la fatiga muscular después de largas misiones.

'Cascadas artificiales en distintos niveles', ajustando la presión del agua para brindar masajes cervicales personalizados, esenciales para la recuperación de los pilotos.

El lavadero era un espacio minimalista con bancos de cedro y cubos de agua caliente. Vaelinne ya estaba sentada en uno, con las piernas estiradas y el torso inclinado hacia adelante, dejando al descubierto la línea de su espalda ligeramente musculosa. El vapor se elevaba del agua caliente tras ella, enmarcando su silueta como un cuadro viviente.

-"..."

Lyrielle la observó un momento, contemplando su despreocupación mientras recordaba el desastre que había dejado atrás. Vaelinne, percibiendo la mirada silenciosa de su compañera y la inusual demora en su respuesta, decidió romper el silencio.

—¡Lyrielle! ¿Vas a seguir admirando mi espalda o me vas a ayudar a lavarme?

Le mostró una esponja natural. Su tono era burlón, pero había una petición genuina tras él; después de largas misiones, incluso Vaelinne admitió (en privado) que le gustaba que Lyrielle le frotara la espalda.

-"Jaja."

Lyrielle suspiró y se arrodilló detrás de ella con una toalla limpia y un cubo de agua caliente. Sus dedos, normalmente fríos y precisos en los controles del mecadragón, se volvieron deliberadamente lentos mientras vertía el agua sobre los hombros de Vaelinne.

-"Giro de vuelta."

Ordenó suavemente mientras tomaba la esponja de las manos de Vaelinne.

Vaelinne obedeció, esta vez sin bromas.

**Shhh—Plishhh—Hmmm…**

El agua 'se deslizó por su piel', lavando la suciedad de Admina y revelando 'una piel mucho más clara y rosada' de lo que Lyrielle conocía.

**Chrr—Hmmm—Psss…**

Se podía oír el sonido de la esponja frotando suavemente a Vaelinne.

-"Deberían darnos baños portátiles."

Vaelinne murmuró, cerrando los ojos mientras Lyrielle "se frotaba la nuca con jabón".

**Chrr—Hmmm—Psss…**

-Eso sería un desperdicio. Los romperías en el primer aterrizaje.

Lyrielle respondió, pero sus manos no se detuvieron ante la broma de Vaelinne, sabiendo que ella prefería ese tipo de baño.

Hubo un silencio muy relajante entre los dos.

-"He terminado..."

Lyrielle dijo cuando vio que no había otro lugar para limpiar el cuerpo desnudo de su amiga.

**Plip… Tsk… Goteo…**

Vaelinne se giró en el banco de cedro, el agua del balde aún goteaba de sus hombros mientras le arrebataba suavemente la esponja a Lyrielle.

-"Mi turno."

Dijo, con un brillo travieso en sus ojos rojos. Sus dedos, usualmente bruscos al manejar los controles del mecadragón, se volvieron deliberadamente lentos al tomar el cubo de agua caliente.

Lyrielle no protestó mientras se levantaba de su posición de rodillas y cambiaba de lugar con Vaelinne.

**Shhh—Plishhh—Hmmm…**

Pero su espalda se tensó ligeramente mientras Vaelinne le vertía el agua en la nuca. El contraste era evidente:

**Tsshhh—Fshhh…**

Vaelinne frotó con una presión firme pero circular, como si estuviera desenredando nudos de estrés en lugar de limpiar la piel.

**Tsshhh—Fshhh…**

Lyrielle, acostumbrada al autocontrol, "contuvo un escalofrío" cuando la esponja se deslizó sobre la curva de su clavícula.

**Plip… Tsk… Goteo…**

El agua corría en pequeños chorros sobre la piel de Lyrielle, perdiéndose en el vapor que envolvía el espacio con un calor sofocante.

**Tsshhh—Fshhh…**

Vaelinne, arrodillada con la calma de quien conoce el ritmo de la otra, sintió el ligero temblor en los músculos de su compañera. Entonces, **sus dedos se deslizaron hacia el abdomen de Lyrielle**, presionando suavemente los definidos músculos mientras la esponja cubría con cuidado cada centímetro.

-Oye, ¿cuándo vas a dejar esta barriga plana y hacer espacio para un bebé?

Sus dedos dibujaron un círculo irónico justo debajo del ombligo.

-"Tu marido ya debe tener el nombre grabado en la cuna..."

Lyrielle no reaccionó de inmediato. Su postura se mantuvo firme, pero un ligero movimiento en su respiración delató el impacto de la pregunta. Sus ojos se encontraron con los carmesí de Vaelinne por el rabillo del ojo, mientras el agua seguía cayendo entre ellos.

-"Con panza no podría volar, y alguien te tiene que salvar el trasero cuando te pasas con los giros."

Ella respondió con voz tranquila pero con un tono desafiante.

-"Ha. What's lacking is the fear of motherhood."

**Ssshhhk—Fsshh…**

Vaelinne scoffed with her familiar smile, maintaining the slow rhythm as the sponge traveled down her back, sliding the warm water.

This time, Lyrielle 'turned her head completely,' and the water falling from her wet hair brushed against Vaelinne's shoulder.

-"Are you measuring my parenting skills or yours?"

She asked, with a slightly arched eyebrow.

-"Because if it's the latter, remember that your 'educational style' includes aerial flips at three thousand meters."

**Sqqsh—Plip—Psssshh…**

Vaelinne squeezed the sponge, letting a trickle of hot water fall over Lyrielle's waist before responding:

-"That's exactly why I'll be the favorite aunt."

She declared, as her knuckles grazed the lower rib of the other, as if checking her resilience.

-"But don't change the subject. Yes or no?"

Vaelinne didn't want to let her escape the conversation.

-"You'll have to wait a few years for that to happen."

Lyrielle replied after seriously contemplating.

-"Well then, I'll wait too! Do you think I'd let you keep flying solo while I'm on the ground changing diapers? Not a chance."

She paused dramatically, the smile on her face curving with intention.

-"Although… if it's a boy, I'll teach him to do aerial flips before he can walk."

Lyrielle sighed, but a corner of her mouth curved with a hint of indulgence.

**Plip… Tsk… Drup…**

The steam 'enveloped the scene,' as the water droplets fell in gentle whispers against the stone, not rushing the moment.

When Vaelinne finished cleaning Lyrielle, they both completed the ritual on their intimate areas. Once ready:

**Splooosh—Chhhhk—Plip… Plip…**

Vaelinne jumped into the hot spring with a splash that wet the stone edge, laughing as Lyrielle frowned.

-"Tradition says to enter gently, Vaelinne!"

-"And I say it's more fun this way."

Lyrielle couldn't help but scold her as usual.

She, however, 'followed the ritual to the letter': first dipping one foot, then the other, and finally sitting on the edge before sliding in slowly. The 'turquoise water from the minerals' enveloped her up to her shoulders, and for a moment, 'her impassive expression softened.'

**Fssshhh—Whmm—Plip…**

Vaelinne swam toward her, stopping just inches from her face.

**Fssshhh—Whmmm…**

-"See? Even you enjoy breaking the rules sometimes."

She whispered, noticing how Lyrielle had closed her eyes under the flow of the artificial waterfall.

-"This is nothing compared to your ruckus."

Lyrielle opened one of her eyes as she justified herself to her friend.

The turquoise water enveloped their bodies like a liquid cloak, the artificial light of the onsen playing to enhance their differences. Vaelinne, always unable to stay still, made a gentle wave crash against Lyrielle as she settled beside her.

Lyrielle maintained her upright posture even in relaxation, her narrow shoulders and waist sculpted by years of aerial maneuvers emerging from the water like the bow of a ghost ship. Her short hair, clinging to her nape in golden strands, shimmered with mineral particles that painted her skin with fleeting star-like glimmers. Each breath caused her firm C-cup breasts to break the surface with mechanical precision, her collarbone drawing a line so perfect that even the steam seemed to avoid distorting it.

Vaelinne, in contrast, 'occupied the space like a calm storm.' Her wide hips—useful for anchoring in three-hundred-degree turns—displaced the water with each movement, making the reflections dance over her generous D-cup breasts that trembled slightly with her laughter. Her crimson hair floated around her like flames caught in slow motion, framing arms that, though slender, tensed with steel muscles as she splashed playfully.

-"Don't you ever get tired of that statue pose?"

Vaelinne provoked, sending a stream of water toward Lyrielle's shoulder.

-"And you, don't you ever get tired of making waves where there are none?"

She replied, though an almost invisible line of a smile appeared when the trickle slipped down her chest.

The steam now enveloped them both equally, temporarily erasing their fatigues. Lyrielle, with her long legs extended like folded wings, and Vaelinne, whose powerful thighs shone under the water as if carved from the same mineral as the mecadragons. Two warriors turned into opposite mirrors: one made of calculated lines to the millimeter, the other of curves that defied gravity.

-"Aaah, this feels so good..."

Vaelinne lifted her head to the ceiling with a satisfied expression.

-"Yes."

Lyrielle simply nodded, her eyes closed.

-"Thank goodness we have baths like this... and it's all thanks to him."

Vaelinne let the words slip out without thinking, but when she paused, her smile began to fade little by little.

-"..."

Lyrielle, beside her, sensed the immediate change in her friend's mood.

-"Do you know what's curious? Everything still works… but nothing is the same without them."

Vaelinne no longer smiled when she said it, her voice now softer.

-"..."

Lyrielle didn't respond immediately. Her expression remained impassive, but her faint smile had also disappeared. She had listened to every word attentively.

The kingdom was not in chaos, but neither was it in true stability.

The four liberated empires had 'brought a new dynamic,' a mix of independence and fragile alliances that, while promising, created more uncertainty than expected.

But the nobility never forgot what Kirito had done to them.

Vaelinne rested her hands on her thighs under the water, 'clenching her fists slightly' as she spoke, her expression losing some of its carefree tone.

-"It's clear they are moving their pieces. They're not doing it aggressively, but they are. Everything is a little tenser, a little less predictable."

Lyrielle opened her eyes, observing the expression that rarely showed on her companion.

-"Haaaaah..."

Vaelinne let out a sigh, crossing her arms.

-"If the world knew the truth..."

-"But they don't. They'll never know."

Lyrielle finally spoke. Her expression didn't change, but her voice did.

To the world, Kirito and Asuna were dead. Their story had ended. Their legacy was just a memory.

Vaelinne looked down, her frustration reflected in her eyes.

-"We know. And the closest families know. Those who had the privilege of knowing before everything faded away."

The kingdom had lost them. Not in battle, not in politics, but in something even more definitive.

Kirito 'had returned to his world, to the real world,' leaving behind the only existence they knew capable of breaking the impossible. Perhaps that had always been his destiny.

Vaelinne pursed her lips.

-"He was here longer than I thought he would stay."

Lyrielle held her gaze.

-"But in the end… he left."

-"And even though they knew the truth, even though they understood that Kirito and Asuna would never return… the world still awaited them..."

Vaelinne let out a brief laugh, devoid of humor.

-"The worst part is that the nobility thinks he's dead… and yet, they hate him."

-"..."

Lyrielle let the silence settle before responding.

-"Because even though he's not here… they still feel his shadow..."

The weight of a memory that never disappears.

Vaelinne glanced at her sideways.

-"And what do you see in those moments?"

Lyrielle adjusted her position, as if that would give her a few more seconds before answering.

-"That everyone is searching for direction… but no one really knows where to go."

It was the truth that no one dared to say out loud.

The world was moving forward, but 'the shadow of an absent leadership hung in the air.' No one said it, but 'everyone felt that something was missing, that the pieces didn't quite fit.'

Vaelinne let out a brief laugh, without joy.

-"Because he was the only one who dared to do it, right?"

-"Yes..."

Kirito was the catalyst for change, the leader who took risks without fear of uncertainty.

Asuna was the pillar of stability, the protector who ensured that every advance had direction.

But the balance was not the same without him. Kirito was the one who drove technological revolution, who challenged archaic structures, who made decisions that no one else had the courage to execute.

Vaelinne rested her head against the stone edge, watching the flickering lights.

-"Haaah, it's frustrating..."

She closed her eyes for a moment, exhaling.

-"If he were here, things would continue moving toward a better future, without this constant push and pull."

-"But he's not."

Lyrielle watched her, her gaze deep but without a defined expression.

Vaelinne let out a tired but genuine smile.

-"And here we are, repeating conversations we've had more times than I can count. I'm sorry for affecting the atmosphere..."

-"No, it's fine. I miss him too..."

Lyrielle shook her head sincerely, understanding her companion's feelings.

-"Haaah, thank you, Lyrielle, for understanding me."

Vaelinne let out a sigh before thanking her.

**Fssshhh… Plip… Plip…**

Time had passed. Fifteen minutes—the recommended limit before the humid heat caused dizziness—when Lyrielle placed her palms on the stone edge to get out.

-"They won't pay for our recovery if we faint here."

The flush on her skin betrayed that the onsen had already served its purpose.

-"Okay..."

Vaelinne submerged one last time before following her to the locker room, letting her mood change with the water.

(*****)

The locker room was illuminated by cold lights that highlighted the two uniforms arranged in parallel.

Lyrielle, always serene, adjusted the blue suit with white details: a fitted jacket down to the hips, with reinforced sleeves at the elbows; combat pants that blended with high-soled boots.

On her left hip hung a one-handed double-edged sword. Its straight, gleaming blade bore the symbol of the Empire etched near the hilt: simple, yet lethal. On her right rested a cleanly designed plasma pistol, its barrel glowing with an electric blue hue.

Vaelinne, on the other hand, moved with restless energy as she fastened her bright red suit with white accents. The same design as Lyrielle's, but with a clear difference: the color reflected her character.

On her left hip rested a twin sword, identical in design to Lyrielle's, and on the right, an angular laser pistol, with blinking red lights indicating it was fully charged.

The two finished dressing almost simultaneously: Lyrielle smoothing her impeccable uniform before placing her cape over her shoulders, while Vaelinne did the same with a carefree gesture. The swords brushed against their thighs, the pistols ready to be drawn… two opposing silhouettes, yet complementary.

But the night still had a purpose before it completely closed.

Vaelinne leaned against her locker, crossing her arms with a light smile.

-"As always, we're late. Tsukigaki should be getting impatient."

Lyrielle terminó de hacer los últimos ajustes en su compartimento de equipo. Sus movimientos eran meticulosos, pero su expresión reflejaba una calma consciente, como si ya anticipara ese comentario.

-"Él no mide el tiempo como nosotros. Él sabe que vendremos."

Tsukigaki no era sólo un dragón.

Él era un legado... Él era familia.

Un vínculo con una historia que aún no se había cerrado del todo.

Vaelinne bajó brevemente la mirada y su expresión perdió algo de su tono despreocupado.

-"Seis generaciones cuidándolo. Desde que ella lo dejó en nuestras manos, hemos seguido su camino."

Lyrielle finalmente se giró para mirarla. Su mirada no expresaba incertidumbre, sino convicción.

-"Nunca ha sido una obligación. Es parte de quienes somos."

Ronye Arabel había confiado en ellos.

Ella había confiado en su linaje para proteger a Tsukigaki hasta el día en que pudiera despertar de su estado criogénico.

Vaelinne exhaló con una mezcla de cansancio y afecto, dejando caer los brazos con un gesto relajado.

—No es una carga. Nunca lo ha sido. Es nuestro deber, pero también nuestra elección.

Lyrielle dejó escapar un pequeño gesto, algo muy cercano a una sonrisa, aunque contenida.

-Entonces no lo hagamos esperar más.

**Pulgar—Kshhh—Clank…**

El sonido de la puerta automática cerrándose resonó detrás de Lyrielle Arabel y Vaelinne Schtrinen, mientras sus pasos las llevaban hacia el piso 95.

Tsukigaki los estaba esperando.

Y alguien más los estaba esperando también... alguien a quien, no hacía mucho tiempo, recordaban y extrañaban.

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