Oscuridad.No se ve… nada.
Espera…El cielo está nublado.
¿Cómo?
De la nada, una luna llena atraviesa las nubes, iluminando todo a su paso.Un bosque… ¿Qué es este lugar?
Un momento…
—Este es… el bosque prohibido. —Ash susurró, confundido—. Pero… ¿por qué estoy aquí? ¿Dónde está la academia?
Los susurros del bosque comenzaron a crecer.El viento silbaba con fuerza.Los árboles crujían, se sacudían como si quisieran arrancarse de la tierra.Una neblina espesa cubría las hierbas, envolviendo todo en un velo fantasmal.
Y entonces… comenzaron las voces.
—Tú no perteneces a este mundo…—¡LÁRGATE DE AQUÍ!—Primero esos malditos monstruos… ¡y ahora tú! ¿¡Quién los trajo!?—Nacimos de la maldad y el caos de esos dioses… y de su cómplice… ¡TÚ!
Los gritos, los murmullos, el retumbar de voces grotescas…Todo provenía del bosque prohibido.Y en medio de ese coro aterrador, surgió una voz distinta.
Una mujer.Su tono era agudo.Pero su risa… inhumana.
—¡JAJAJAJAJAJA! TÚ SERÁS MI PRIMERA PRESA…!—ME COMERÉ TUS RECUERDOS, UNO POR UNO… PARA SABER CÓMO LLEGARON AQUÍ…—¡SÍ, SÍ, SÍ, SÍSÍSÍSÍ! —gritaba mientras reía sin freno, como si su locura no tuviera fondo—.
Ecos. Risas. Chillidos.Una presencia se acercaba.
Ash abrió los ojos de golpe, empapado en sudor.
Jadeaba. El corazón le golpeaba el pecho como si quisiera huir primero.
—¡ASH! ¡ASH! ¡DESPIERTA, VAMOS! —la voz de su hermano comenzaba a filtrarse por el velo del sueño.
Giró la cabeza, y ahí estaba Kai, sacudiéndolo con desesperación.
—¡Te vas a lastimar si sigues retorciéndote así! ¡Vamos, tenemos que llegar temprano a clases!
La voz de Kai por fin sonaba nítida.Real.Pero la sensación en el pecho de Ash no desapareció.
La imagen del bosque…La luna…Las voces…
Todo seguía ahí, como si lo hubiese vivido de verdad.
Ash no dijo nada. Se sentó al borde de la cama, aún temblando, mientras el sol apenas comenzaba a colarse por la ventana.
Fuera de su mente, la vida continuaba. Clases, alumnos, profesores…
DIA 1
Las primeras clases del día comenzaron puntuales.Kai, al levantar la vista, notó que las chicas ya estaban sentadas en la parte superior del aula. No perdió tiempo: se acercó de inmediato a saludarlas con su energía habitual. Ash, aunque más tranquilo, lo siguió y terminó sentándose con ellos.
El grupo comenzó a conversar entre risas y emoción. Todos compartían la misma sensación: el primer día de clases por fin había llegado.
Fue entonces que un hombre entró en el aula con paso firme y mirada directa.
—Mi nombre es Thomas Saito —dijo con voz clara—. Y seré su instructor en la materia más importante: la teoría de los elementos.
Un murmullo generalizado se esparció por el aula. Thomas los observó con calma, y luego sonrió de lado.
—Para conocerlos mejor, primero quiero que cada uno se presente.
Uno a uno, los estudiantes comenzaron a decir sus nombres. Algunas presentaciones fueron simples, otras más llamativas. Al terminar, el profesor se dirigió al pizarrón.
—Bien, ahora vamos a lo esencial. —Escribió en letras grandes: FUEGO.Junto a la palabra, dibujó un personaje sencillo, rodeado por un aura llameante.
—Antes de explicar esto… ¿alguien puede decirme cuáles son los tipos de energía que existen?
Silencio.
Nadie levantó la mano.
Thomas asintió, sin molestarse.
—Está bien. Escuchen, porque esto es básico: existen dos tipos de usuarios.—Los que pueden controlar la energía directamente… y los que necesitan canalizarla a través de objetos: bastones, libros, espadas, etc.
Algunos alumnos lo sabían. Otros recién lo descubrían.Pero lo que sorprendió al profesor fue que, por primera vez, ninguno respondió ni interrumpió.
Y eso… le gustó.
Borró el dibujo del pizarrón y escribió una nueva frase:
ELEMENTOS Y SUS FUNCIONES EN COMBATE
Thomas se volvió hacia la clase.
—Cada elemento tiene un propósito. No se trata de quién es más fuerte… sino de cómo lo usas. Aquí no hay buenos ni malos elementos. Solo buenos… o malos usuarios.
Apuntó con la tiza. Y comenzó:
—Pura ofensiva. Ataques potentes, agresivos y de alto desgaste. No tienen defensa, pero si presionan bien, no la necesitan. Gastan mucho maná. Si no terminan rápido… pierden.
—Curan, protegen, drenan maná. No ganan solos, pero hacen ganar al equipo. Necesitan estar en armonía con su entorno y saber cuándo intervenir.
—Bloquean, aguantan, resisten. Lentos pero duros. Ideal para proteger a los demás. Si están bien posicionados, son casi imposibles de mover.
—Los más rápidos. Entran, golpean y desaparecen. Perfectos para romper líneas o eliminar objetivos claves. Pero si los atrapan… no duran nada.
—Congelan, retrasan, detienen. No hacen daño masivo, pero pueden anular al enemigo sin necesidad de tocarlo. En el lugar correcto, son letales.
—Se mueven, escapan, absorben. No destacan por fuerza bruta, pero son los más impredecibles. Si el campo está a su favor, dominan.
Thomas los miró un momento en silencio. Luego golpeó el pizarrón con firmeza.
—Recuerden esto: un mal elemental no es culpa del poder... es culpa del usuario.—Y en este lugar… la incompetencia se paga caro.
Una pausa.
—La próxima clase… les enseñaré cómo no morir por confiarse solo en su elemento.
Toda aquella explicación había durado una clase completa. El profesor Thomas añadió varios detalles más sobre los elementos, pero con lo dicho ya bastaba para abrirle los ojos a muchos.
Al sonar el timbre, las chicas se acercaron a los hermanos y los invitaron a almorzar juntas.Ellos no se negaron.
El grupo se dirigió al comedor.Comieron algo ligero, entre risas y comentarios sobre el profesor Thomas, cuando una escena desagradable captó su atención.
Unos estudiantes del primer grado estaban molestando a otros: empujones, comentarios ofensivos, incluso tirándoles la comida.Ash observó en silencio, con el ceño fruncido.
Al terminar de comer, regresaron a clases.Les tocaba de nuevo con el profesor Thomas, quien continuó detallando los elementos uno por uno, esta vez con mayor profundidad.
Pero Ash apenas prestaba atención.
Seguía mirando, entre ceja y ceja, a ese pequeño grupo de abusadores que aún no dejaban de molestar a los más callados.
DÍA 2
Esa mañana, los estudiantes fueron llevados a la parte trasera de la academia: un gran campo deportivo rodeado por árboles, con torres de vigilancia mágica y varias zonas de entrenamiento físico.
La profesora encargada era Irene Mizuki, una mujer enérgica, bromista y directa, que no se andaba con rodeos.
Antes de iniciar el entrenamiento, sacó una bola de cristal y la sostuvo en alto.
—Hoy haremos la prueba de afinidad elemental. Todos van a tocarla, uno por uno —ordenó con una sonrisa desafiante.
Los estudiantes pasaron al frente.Al tocar la bola, esta se iluminaba con el color del elemento que poseían.
Los hermanos Starwind se concentraron cuidadosamente.Con esfuerzo, lograron hacer aparecer solo un resplandor de fuego. No podían permitirse revelar más… aún.
Aurora también mostró afinidad con el fuego.Freya sorprendió con el elemento agua.Lili, como muchos esperaban, resultó tener el elemento tierra.
Luego siguieron los demás… hasta que comenzaron las sorpresas.
Un estudiante mostró agua y rayo al mismo tiempo, causando que la bola se agrietara por la intensidad de su energía.
Hubo un murmullo general.La profesora Irene frunció el ceño. Eso no era común.
Y entonces llegaron los dos últimos.
Ambos tocaron la bola y esta reaccionó de inmediato, liberando un viento que sopló con fuerza hacia todo el campo.
Dos poseedores del elemento viento.
La reacción fue inmediata:Asombro. Murmullos. Nerviosismo.
—El director tenía razón —murmuró Irene para sí—. Este año… será muy interesante.
Molesta por el alboroto, la profesora impuso un entrenamiento parejo para todos.
—¡Van a correr por todo el campo hasta que yo diga que se detengan! —gritó.
Siguieron ejercicios de resistencia, pesas, y pruebas de concentración mientras Irene caminaba entre ellos golpeándoles la espalda sin previo aviso.
—¡Un mago sin cuerpo fuerte no sobrevive ni al primer año! —les gritaba, entre risas.
Al finalizar la clase, se dirigieron al comedor nuevamente.
Pero justo antes de entrar, los mismos bravucones del día anterior estaban molestando a un estudiante de primer grado.
Ash y Kai se detuvieron.Se miraron.
No más.
—¡Oye! —gritó Kai, con voz firme.
Ash se acercó con paso decidido.El comedor quedó en silencio.
Los abusadores retrocedieron al verlos de frente.
—¿Problemas? —preguntó Ash, sin necesidad de levantar la voz.
Uno de los bravucones murmuró entre dientes:
—N-no es nada… solo estábamos bromeando…
—Claro… —dijo Kai, cruzado de brazos—. Entonces deja de "bromear".
Al escuchar el apellido "Starwind", los agresores bajaron la cabeza y se alejaron sin decir más.
Ash se volvió hacia el chico.
—Ven, come con nosotros.
El muchacho, algo tembloroso, asintió y los acompañó.
—Me llamo… Amadeo Kaze —dijo mientras se sentaba.
Y sin saberlo, un nuevo integrante se unía al grupo.
DÍA 3
Las clases ese día fueron más rígidas, pero calmadas.Ash, buscando algo de claridad, decidió ir a la biblioteca.Comenzó a revisar libros de magia avanzada, teoría elemental y antiguas guerras mágicas. Uno de ellos, en particular, llamó su atención.Pero justo cuando iba a abrirlo, sintió algo extraño…
Como si alguien lo estuviera observando.
Miró alrededor.Nada.Tal vez solo era su imaginación. O tal vez… no.
Buscó una mesa para sentarse y, al alzar la vista, vio una escena que no le sorprendió:Kai estaba coqueteando con la bibliotecaria.
Ash se acercó y se unió a la conversación, empujándose con su hermano entre bromas, presentándose uno sobre el otro con exageración.Ella, entre incómoda y divertida, soltó una pequeña risa.
—Soy Nix Corvus, la bibliotecaria. ¿Van a pelearse aquí o quieren estudiar?
Ambos, con tono dramático, comenzaron a pedirle salir con ellos…Y, por supuesto, fueron rechazados con elegancia.
—Rechazo... por partida doble —dijo Nix con una sonrisa maliciosa.
Kai cayó al suelo fingiendo desmayo.Ash fingió llorar con las manos al cielo.Y Nix, ya divertida, solo los ignoró.
Mientras Ash abría el libro, poco a poco, sus amigos comenzaron a llegar y se reunieron en la mesa.
Las chicas intentaban explicarle a Kai los elementos, ya que él no había prestado atención en las clases.Al principio parecía interesado… pero lentamente empezó a quedarse dormido.
—¡Kai, despierta! —gritó Lili, dándole un golpe con el libro en la cabeza.
—¡Tú dijiste que querías ayuda! —añadió Freya, molesta.
Kai solo murmuraba excusas entre bostezos.
Ash, por su parte, ya estaba completamente sumergido en el libro.Y sus pensamientos comenzaron a fluir:
Nada de esto tiene sentido…El profesor dijo que el fuego solo sirve para atacar, pero yo... yo puedo curarme con fuego.También puedo atacar con agua, y no me siento limitado como los demás.
Miró de reojo a su hermano.
Sabía que Kai y yo éramos prodigios al controlar varios elementos, incluido el viento… pero no imaginé que solo seríamos dos en toda la academia.
Siguió leyendo.Las páginas hablaban de antiguas guerras, de pactos religiosos, de una gran tregua ocurrida tras una "explosión divina"... pero nada cuadraba.
Parecen personajes de un juego… como si todo estuviera diseñado para que cada uno tenga un rol fijo y nada más.Mi padre me contó una versión distinta. Lo que vivió mi abuelo… no aparece en ningún libro.
Todo le parecía fabricado. Controlado. Falso.
Una tregua "en memoria", gracias a los religiosos… ¿Qué tiene que ver eso?Si descubro lo que realmente ocurrió, y lo hago público, ¿me verán como una amenaza?
No debo destacar. No todavía.
Sus pensamientos se cortaron de golpe cuando el grupo comenzó a gritar su nombre.
—¡¡Ash!! ¡Responde!
—¡Shhhh! —exclamó Nix desde el mostrador—. ¡Uno más y los saco a todos!
El grupo se quedó en silencio.Ash suspiró, cerró el libro… y decidió unirse a la conversación.
DÍA 4
Volvieron a clases con el profesor Thomas.
Ese día, la lección trataba sobre cómo canalizar los elementos.Para los hermanos Starwind, ese tema era tan natural que les costaba tomárselo en serio.
Kai comenzó a hablar en voz alta, interrumpiendo la clase, comentando tonterías sobre fuego y albóndigas.
El profesor frunció el ceño.
—¿Quieres explicarlo tú entonces? —preguntó, señalándolo con la tiza.
—¡Claro! —respondió Kai con entusiasmo—. Verán, todo comienza con una buena comida, y luego…
—¡A la esquina! Cien lagartijas. Ahora.
Kai soltó un quejido, pero obedeció entre risas.
Ash, mientras tanto, analizaba todo en silencio.Y concluyó algo importante:
Quienes pueden usar los elementos directamente… son hechiceros.No necesitan canalizadores. Su magia fluye naturalmente.
En cambio, los que usan armas, libros o varas... son magos.Ellos deben recitar, concentrarse, y canalizar. Es más lento. Más frágil.
Una diferencia sutil… pero esencial.
Y para Ash, toda diferencia podía ser la clave para descubrir la verdad.
DÍA 5
De nuevo con la profesora Irene.Pero esta vez, la misión sería diferente… al menos para los hermanos.
Después de los entrenamientos habituales, Kai tuvo una brillante idea:
—Hermano… ¿y si hoy investigamos algo importante?—¿Qué cosa? —preguntó Ash, ya sospechando.—¡Los vestidores de mujeres!
Así de claro. Esa era su gran "investigación del día".Durante cada ejercicio, lo murmuraban entre risas, haciéndose señales.Lo repitieron tanto… que las chicas lo escucharon.
Cuando todos se dirigieron a sus respectivos vestuarios para bañarse y cambiarse, el grupo de amigos se quedó atrás.Fue ahí cuando las chicas estallaron:
—¡¡MAÑOSOS!! —gritó Lili.
—¡COCHINOS! —añadió Freya mientras golpeaba a Kai con una toalla.
—¡NO SON MÁS QUE NIÑOS PERDIDOS! —Aurora ya los tenía agarrados de las orejas.
Los hermanos intentaron huir, pero al correr directo al vestidor…¡Pum! Cayeron al suelo.
La profesora Irene les había puesto el pie con una sonrisa sádica en el rostro.Acto seguido, se sentó sobre sus espaldas mientras ellos se quejaban.
—Felicitaciones. Están oficialmente castigados —dijo con voz burlona—.Van a barrer toda la academia… hasta que anochezca.
Y así, con el rostro pegado al suelo, ambos supieron que ese… no sería un buen día.
DÍA 6
El día de descanso no fue tal.
Los hermanos se la pasaron limpiando cada rincón de la academia, desde los pasillos hasta los patios traseros.
Kai se quejaba sin parar.Ash, en silencio, simplemente barría.
Durante su recorrido, vieron a los bravucones de siempre burlarse y soltar comentarios por lo bajo.
Kai quería responder.Pero Ash lo detuvo.
—No vale la pena… —dijo, sin mirarlos siquiera—. Nuestra prioridad ahora es pasar desapercibidos. Tener enemigos desde el principio solo nos hará perder tiempo.
Kai resopló, pero entendió el mensaje.
A veces, la victoria está en saber cuándo ignorar.
DÍA 7
Por fin… un día libre.
No podían salir de la academia, pero al menos podían descansar.
La idea original era recorrer todo el campus, explorar, conocer nuevas zonas…Pero la flojera les ganó.
Se quedaron en su cuarto.Kai, con una sonrisa tranquila, escribía una carta para sus padres.
Ash, en cambio, estaba en silencio, sentado junto a la ventana, perdido en sus pensamientos.
Una semana completa… y nada tiene sentido.Tendré que recorrer el primer y segundo piso de la biblioteca. Hay libros ocultos, lo sé…¿Existe una posibilidad real de volver a mi antiguo mundo?Algo no cuadra: los elementos, el estilo de combate, las mecánicas…Todo esto se siente como un videojuego. ¿Es una ventaja? ¿O una trampa disfrazada?
Ash cerró los ojos un instante.
Y con esa duda constante, terminó su primera semana.
No hubo gloria…Pero sí tensión.Y todos lo sabían: lo verdaderamente importante... estaba por comenzar.